Vacunación obligatoria
Sin sueldo o sin poder coger el metro: los castigos de China para los que no se quieren vacunar contra el coronavirus
Autoridades del país asiático anunciaron que han sido puestas más de dos millones de dosis y se ha superado a Estados Unidos en el porcentaje de vacunación, pero los chinos rechazan estas estrategias
Más de 2.000 millones de dosis se han puesto desde que arrancara la campaña de vacunación contra el coronavirus en China, según anunció las autoridades del país. Además, casi 900 millones de personas han sido completamente vacunadas. En cuanto a porcentaje de población vacunada, ha superado a Estados Unidos y se ha situado al mismo nivel que Reino Unido.
No obstante, la estrategia de vacunación en China, con sus tácticas de coerción para aumentar la cantidad de inmunizados, están en el ojo de la polémica. Cada vez más personas rechazan estas formas que llevan incluidas castigos, como la bajada de sueldo (e incluso su suspensión) o la prohibición de entrar a los lugares públicos.
“El incumplimiento de estos objetivos conlleva una penalización, lo que incentiva a los funcionarios locales a adoptar medidas de mano dura para conseguirlo”, afirmó el investigador principal de salud global en el Consejo de Relaciones Exteriores, Yanzhong Huang, a CNN.
En todo el país, una gran cantidad de localidades ha prohibido a los residentes no vacunados el acceso a los servicios públicos, tales como hospitales, transporte público o escuelas. En Chongqing, del suroeste del país, los gobiernos de los distritos anunciaron que los residentes que no estén vacunados verían afectados su crédito social, un sistema nacional que utiliza grandes datos para incentivar determinados comportamientos. Y en Qinghai, se advirtió de que podrían ver afectadas sus pensiones, seguros médicos y prestaciones sociales, si los ciudadanos o un miembro de su familia no quería vacunarse.
Han vacunado puerta por puerta, han viajado a las regiones más remotas y hasta se han regalado premios por dosis, pero China ha llegado a un nivel en el que la vacunación no solo es obligatoria, sino que también acarrea sanciones. Funcionarios locales advirtieron que los gobiernos municipales serían “gravemente responsables” si se producen contagios entre no vacunados, puesto que los residentes son cada vez más reacios pese a estas sanciones, que según algunos, “solo pretenden asustar”.
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