Elecciones
Chile y la elección presidencial más incierta desde el retorno de la democracia
Expertos indican que el país está transitando entre la extrema izquierda y una derecha radical que se han aprovechado del clima de polarización inaugurado durante el estallido social de 2019 y que amenaza el oasis de estabilidad de la región
A inicios de octubre de 2019 el Presidente Sebastián Piñera declaraba en un medio de comunicación que Chile era “un verdadero oasis en medio de una América Latina convulsionada”. La estabilidad económica y los altos niveles de empleo eran sus ases bajo la manga.
Pero a partir del 18 de octubre de ese mismo año nada fue lo mismo. El llamado “estallido social” se apoderó del país dando paso a un escenario complejo, no exento de violencia, donde miles de chilenos se volcaron a las calles para rechazar los sistemas de pensiones, salud y educación, argumentando una profunda desigualdad económica y social. Altos sueldos de parlamentarios y una aversión generalizada a la clase política gobernante fueron parte de los argumentos del descontento ciudadano.
Lo anterior dio paso a meses de contiendas políticas, desórdenes en las calles y división social que decantó en un histórico plebiscito donde la opción “Apruebo” ganó para dar paso a la redacción de una nueva Constitución, cuya comisión elegida popularmente, hoy trabaja en ello.
Votantes indecisos
Restan sólo días para que los chilenos vayan a las urnas a elegir al nuevo Presidente de la nación y la palabra que suena con más fuerza es “incertidumbre”. Una incertidumbre acrecentó tras la acusación constitucional en contra de Sebastián Piñera que trató de destituirlo pero que finalmente esquivó en una votación en el Senado. ¿La razón? Supuestas irregularidades en la millonaria venta de un proyecto minero en Islas Vírgenes.
Ese es el escenario en el que los siete los candidatos se medirán este domingo. Yasna Provoste, José Antonio Kast, Gabriel Boric, Sebastián Sichel, Marco Enríquez Ominami, Franco Parisi y Eduardo Artés.
Y si bien son varios los candidatos que se han visto las caras en innumerables debates políticos, son dos los que suenan fuerte como posibles líderes en la carrera hacia La Moneda: José Antonio Kast y Gabriel Boric, del Partido Republicano y del Partido Convergencia Social respectivamente.
Mucho se ha hablado de una polarización dentro de la política y una feroz incertidumbre entre quienes deberán definir su voto este domingo. Así al menos lo revelan las encuestas que incluso indican que los llamados “indecisos” alcanzan el 22%.
Es el caso de la ingeniera civil Oriana Antúnez (40 años) quien no se siente representada por ningún candidato. “Estas elecciones presidenciales nuevamente están marcadas por la derecha e izquierda, como un circo político. La clase política sigue sin nuevas perspectivas, no conocen la realidad de la gente y siguen pensando en los extremos, no en una nueva política que genere diálogo entre los distintos partidos para lograr beneficiar al país”.
Para el analista político Guillermo Holzmann, Chile atraviesa por una polarización artificial donde los votantes en elecciones anteriores dieron cuenta que no querían seguir perpetuando la clase gobernante de antaño, para así dar paso a una refundación política, ideológica y social en el país. “Hay una evidente opción de no polarización y un respaldo a la no violencia por parte de la ciudadanía, que claramente no están consignados dentro de los ejes de izquierda y derecha tradicionales”, asegura Holzmann.
Para el antropólogo social y magíster de análisis sistémico aplicado a la sociedad, Pablo Ortúzar, existen dos hechos sociológicos que han quedado establecidos durante el último año: una elite política altamente polarizada y sectores medios que no lo están. “Este escenario llamaba a una tregua de élites para articular un nuevo pacto de clases, pero en vez de eso, la clase dirigente ha apostado por una escalada a los extremos. Sin embargo, no ha sido seguida por las mayorías, por lo que el próximo Presidente, en el actual escenario, será elegido con poco apoyo y un programa radical. Una combinación desastrosa”, vaticina.
Ortúzar va más allá asegurando que es probable que Chile transite por un “péndulo político entre extremos” antes de dirigirse hacia un camino de estabilidad con una agenda creíble, mayoritaria y sustentable. “Es una pena, porque serían años tan traumáticos como perdidos”.
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