Ataque militar

Ucrania alerta sobre un posible golpe de Estado contra Zelenski con Rusia como país implicado

El presidente ucraniano acusa a Rusia de participar en el ataque militar al gobierno, mientras que el Kremlin se desmarca

Vladímir Zelenski, durante su investidura en el Parlamento ucraniano o Rada Suprema/Efe/Sergey Dolzhenko
Vladímir Zelenski, durante su investidura en el Parlamento ucraniano o Rada Suprema/Efe/Sergey Dolzhenkolarazon

Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, ha alertado de que ha sido informado de un supuesto complot a nivel nacional para cometer un golpe de Estado el próximo 1 de diciembre en el país. “He recibido informaciones de que el día 1 (de diciembre) se ejecutará en nuestro país un golpe de Estado”, ha aseverado en una rueda de prensa en la que ha indicado que las autoridades tienen en su poder grabaciones en las cuales se puede escuchar a varios representantes “discutir con representantes de Rusia”.

“Tenemos algo de información de agencias (de inteligencia), incluso tenemos grabaciones de audio de representantes de Ucrania, con, por así decirlo, representantes de Rusia, discutiendo la participación de Rinat Ajmétov en un golpe de Estado en Ucrania, y que mil millones de dólares será necesario” para ello, dijo Zelenski.

En dichas conversaciones, las partes hablarían de la participación del multimillonario Rinat Ajmetov en el golpe militar. Así, Zelenski ha afirmado que, no obstante, no cree en la posibilidad de que este pudiera llevarse a cabo y ha descartado la implicación de Ajmetov. “No creo en los golpes de Estado, tampoco en que Ajmetov se preste a participar en esto”, ha dicho, según informaciones de la agencia de noticias Sputnik. En su opinión, ha señalado, se trata de intentar “meter a Ajmetov en una guerra contra él y el Estado ucraniano”. Además, ha asegurado que en caso de tener lugar un golpe de Estado, no abandonará Kiev y continuará trabajando en su oficina. “No soy (el expresidente Viktor) Yanukovich, no huiré a ninguna parte”, ha aseverado. “Tampoco soy (Petro) Poroshenko”, ha insistido.

Los servicios de inteligencia de Ucrania y Estados Unidos temen que el fuerte despliegue sea el preludio de una invasión. Ambos coinciden en que la amenaza de agresión por parte de Rusia es real y trabajan en la hipótesis de un ataque en enero o febrero de 2022 que empezaría en el este de Ucrania. En Kiev y Washington se baraja la posibilidad de que Moscú ataque militarmente el este del país, cuyo objetivo sería un gobierno más inclinado a cooperar con Rusia.

El Kremlin, por su parte, ha condenado dichas afirmaciones y ha rechazado cualquier tipo de implicación en tales planes. “Rusia no se dedica a este tipo de cosas”, ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, al comentar los comentarios de Zelenski. En una rueda de prensa, ha recalcado que Moscú carece de planes algunos para cometer golpes de Estado.

El ataque que tanto teme Ucrania

No obstante, Zelenski ha ido más allá y ha insistido en que en caso de un conflicto armado con Rusia, Ucrania deberá contar con sus fuerzas para poder hacerle frente. ”En caso de una intensificación del conflicto con Rusia, (Ucrania) debería contar con sus propias fuerzas y su Ejército”, ha afirmado antes de recordar que el país está en guerra con Rusia desde hace ocho años. En este sentido, ha recordado que los líderes europeos buscan iniciar contactos entre las partes, algo a lo que ha dicho “no oponerse”. Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reiteró una vez a mediados de noviembre que Rusia no es parte del conflicto en el este de Ucrania y calificó de “alarmistas” los informes sobre supuestos preparativos de una invasión.

Ante la influencia de Putin en la antigua esfera soviética, Kiev y sus aliados están vigilando de cerca los movimientos del mandatario ruso en la frontera oriental de Ucrania, nuevo foco de tensión entre las fuerzas rusas y los militares ucranianos en el límite este del país. Ucrania ha alertado de más de 115.000 soldados rusos acumulados para participar en un posible complot en la región del Donbas, parcialmente controlada por los separatistas liderados por Rusia y epicentro, junto a Crimea, de un conflicto no resuelto y activo desde hace siete años.