Downing Street
El futuro de Reino Unido, en manos de un 0,3% de la población
Apenas 160.000 afiliados del Partido Conservador elegirán al sucesor de Johnson y auto nuevo primer ministro británico
Siempre se ha dicho que los británicos tienen una implicación más directa con la clase política que otros países europeos. Los diputados –que no se eligen por listas elaboradas por la dirección del partido– tienen que rendir cuentas con el electorado de su distrito, con el que se reúne una vez por semana para entender las preocupaciones locales. Si es necesario, con algunas cuestiones votan en contra de lo que diga su formación si así se lo pide su circunscripción de cuyo apoyo, al fin y al cabo, depende su escaño.
Sin embargo, Reino Unido se enfrenta ahora a un escenario bastante inusual, ya que el próximo inquilino de Downing Street será elegido tan solo por el 0,3% del electorado. Esto es lo que representan los alrededor de 160.000 afiliados del Partido Conservador. Tras la forzada dimisión de Boris Johnson, son las bases quienes deben elegir ahora en las primarias al nuevo líder entre los dos candidatos seleccionados previamente por los diputados.
Y el ganador, que se conocerá este lunes, se convertirá automáticamente en el próximo primer ministro. En circunstancias normales, se suelen convocar luego elecciones anticipadas para dar autoridad de alguna manera a su mandato. Sin embargo, ahora que la inflación podría llegar al 18% y la oposición laborista saca entre diez y doce puntos de ventaja es muy probable que se agote la actual legislatura y se espere a 2024 para sacar de nuevo las urnas.
Con la idea de transmitir el mensaje de descentralización, en 1998 los «tories» cambiaron las reglas para dar más peso a sus bases. El partido no publica datos demográficos detallados sobre sus miembros. Pero desde 2015, la Universidad Queen Mary de Londres y la Universidad de Sussex, han ido supervisando los perfiles con la ayuda de una de las principales agencias de sondeos, YouGov. Y no se trata precisamente de un sector representativo de la sociedad británica. Según su última investigación, el 68 % tienen más de 50 años; el 96% son blancos; el 21% son socios de las ONGs National Trust o English Heritage; el 66% son hombres. Las mujeres son manifiestamente una minoría y cuando se les pregunta por su opinión prefieren que sus maridos actúen como portavoz ante las preguntas.
Durante todas las votaciones eliminatorias que celebraron los parlamentarios «tories» para elegir a los dos finalistas, fue Rishi Sunak, ex titular del Tesoro, quien se proclamó como gran vencedor. La ministra de Exteriores, Liz Truss, arropada por el núcleo duro, tan solo se coló en el último momento en la carrera. Pero ahora es ella quien se proclama como la gran favorita entre las bases.
El hecho de que la elección de los afiliados no coincida con la de los diputados no es algo exclusivo de los conservadores. Con el Partido Laborista fueron las bases quienes, de manera inesperada, eligieron en 2015 como líder a Jeremy Corbyn y las filas nunca llegaron a aceptar por completo al bautizado en su día como el «Pablo Iglesias británico».
Pero volviendo a las primarias conservadoras, Truss saca ahora hasta 32 puntos de ventaja a su rival, el ex titular del Tesoro Rishi Sunak. Su victoria parece tan obvia que no son pocos los que consideran que alargar el proceso es una absurda pérdida de tiempo. Pero no se quiere repetir lo que ocurrió en 2016 con la elección de Theresa May. En la recta final, su rival Andrea Leadsom tiró la toalla y May se mudó directamente al Número 10 sin conocerse la opinión que las bases tenían de ella. Y aquello no salió especialmente bien. De ahí que ahora se quieran completar todas las fases, al igual que ocurrió en 2019 cuando era obvio que Boris Johnson era el gran favorito frente a Jeremy Hunt.
Con el escándalo del «Partygate», la popularidad del aún primer ministro en funciones cayó en picado, sus filas forzaron finalmente su salida. Sin embargo, según una reciente encuesta de «The Times», el 49% de los afiliados «tories» creen que el excéntrico político debería seguir en el Número 10, más que el apoyo combinado de Truss y Sunak.
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