Corrupción

La Eurocámara destituye a su vicepresidenta Eva Kaili, investigada por la trama de sobornos de Qatar

Un juez belga le imputa junto a otras tres personas por el delito de participación en organización criminal, blanqueo de capitales y corrupción

Puede que sea el veredicto que haya contado con menor oposición en el Parlamento Europeo en toda su historia. La eurodiputada socialista griega Eva Kaili ha dejado de ostentar una de las 14 vicepresidencias de la Eurocámara después de que la Justicia belga le haya imputado los delitos de corrupción, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal al ser descubierta “in fraganti” por presuntamente haber aceptado sobornos a cambio de beneficiar a Qatar.

La Conferencia de Presidentes de la Eurocámara, que representa a las diferentes fuerzas políticas, decidió este martes por unanimidad dar este paso que después fue refrendado en el pleno por una mayoría aplastante de 625 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones. El único voto en contra ha sido el del eurodiputado croata Mislav Kolakusiv, no inscrito en ningún partido.

A pesar de que la eurodiputada socialista griega permanece encarcelada desde este pasado viernes, su equipo de abogados defiende que la representante pública de 44 años y, antigua presentadora de informativos, es inocente. De momento, todos sus bienes en suelo griego le han sido congelados, lo que según el diario heleno “Kathimerini” incluyen 463.197,69 euros en ahorros y seis propiedades inmobiliarias. Resulta evidente que su enriquecimiento ha tenido lugar en los últimos años de servicio a a la democracia europea. Según la declaración de bienes que envió al Parlamento griego en 2013, entonces sus ahorros eran tan solo de 70.585, 61 euros.

Pero puede que estas posesiones tan solo sean la punta del iceberg. En el registro realizado a su casa el pasado viernes se encontraron 150.000 euros en metálico que se suman al dinero que llevaba su padre en una maleta y que permitió la detención de la eurodiputada. Sobre esta cifra hay diferentes versiones Mientras la Fiscalia habla de cientos de miles de euros sin dar más detalles, el periódico belga “Le Soir” cifra esta cantidad en 600.000.

Se espera que en las próximas horas la justicia belga analice de nuevo si los cuatro acusados en esta trama de presuntos sobornos para conseguir una posición favorable a Qatar deben permanecer o no en prisión. Este lunes, agentes de policía acompañados por el juez instructor del caso se personaron en la sede de la Eurocámara en Bruselas para requisar la información de 10 ordenadores, con el propósito de evitar el borrado y cualquier interferencia que ponga trabas a esta delicadísima operación que se ha mantenido con sigilio durante casi seis meses.

En total, la cifra incautada asciende ya a un millón y medio de euros si se contabilizan todos los registros realizados desde el pasado viernes, lo que incluye también los 600.000 euros en metálico en la casa del ex eurodiputado italiano Antonio Panzeri.

“La justicia belga está haciendo lo que, a primera vista, el Parlamento Europeo no ha hecho”, ha asegurado el primer ministro belga, Alexander De Croo, quien ha prometido que las Fuerzas de Seguridad el país van a ir hasta el final.

Nadie sabe hasta dónde puede enmarañarse esta madeja ni si en los próximos días podemos enfrentarnos a más detenciones. En el caso de algunos eurdiputados cuyos despachos y domicilios han sido registrados, para poder proceder a la detención se necesitaría o ser sorprendidos en flagrante delito -como Eva Kaili- o que la justicia belga pida el levantamiento de inmunidad a través del suplicatorio al Parlamento Europeo, el mismo modus operandi que con Carles Puigdemont.

Las sospechas se ciernen sobre la subcomisión de Derechos Humanos, los miembros de la Delegación para las relaciones de la Península Arábiga y un grupo de amigos de Qatar. De momento, los involucrados son socialistas de países del sur, Italia y Grecia. De hecho, este martes se han producido nuevos registros en despachos de la Eurocámara, aunque esta vez en su sede de Estrasburgo donde está transcurriendo la última sesión plenaria del año en máxima tensión.

Entre los afectados por estos registros se encuentra Mychelle Rieu, funcionario que trabaja para la subcomisión de Derechos Humanos. Además, otro de los nombres que están en el ojo del huracán es el de Marc Tarabella, que ya ha sido suspendido del Partido Socialista belga. Su domicilio fue registrado este sábado, pero se desconoce si se encontró algún tipo de material comprometido. En todo caso, nada que de momento parezca comprometer su inmunidad parlamentaria y causar su detención. Él ha negado haber paticipado en ninguna trama fraudulenta de sobornos y regalos, a pesar de que se ha pronunciado a favor del país árabe en numerosas ocasiones.

Ahora también se miran con lupa las declaraciones públicas menos beligerantes hacia Qatar y los encuentros y viajes con nacionales de este país, aunque el país árabe niega estar involucrado en este asunto. El propio vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, ha tenido que salir al paso por sus declaraciones en defensa de Qatar y su viaje al mundial de fútbol.

“Recibí un balón de fútbol y una caja de chocolates, ambos se los dejé al conductor que me llevó al estadio. Creo que había también algo de material promocional del Mundial”, ha respondido a los periodistas en una rueda de prensa en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

La Eurocámara promete una investigación sobre lo sucedido y nuevas medidas para mejorar la transparencia, entre ellas salvaguardar la posición de los “chivatos” que arrojen luz sobre casos de corrupción. En la burbuja europea, nadie duda de que el “Qatargate” se tardará en olvidar.