Corrupción
Qatar desmiente su implicación en los sobornos y habla de «desinformación»
El Parlamento Europeo suspende la negociación sobre el levantamiento de visados
La monarquía absolutista de Qatar, epicentro de atención internacional por acoger el mundial de fútbol, quiere seguir con la fiesta en paz. Tras revelarse el grave escándalo de corrupción en el Parlamento Europeo, en que la Policía belga incautó 600.000 euros en efectivo y detuvo a una parlamentaria envuelta en una presunta trama qatarí para comprar influencias, un alto funcionario del país árabe aclaró que «cualquier acusación de mala conducta por parte del Estado de Qatar es una desinformación grave».
A las puertas de unas semifinales y la gran final que atraerán las miradas de millones de personas, otro oficial de Doha insistió en que «cualquier asociación del Gobierno qatarí con las acusaciones no tiene sustento y están gravemente desinformadas». Los desmentidos del país organizador del mundial no convencieron a varias ONG que monitorean este importante caso de corrupción.
En las 16 redadas de la Policía belga, se arrestaron a cinco personas que cometieron «supuestas ofensas de organización criminal, corrupción, y lavado de dinero». Además de los fajos de billetes, incautaron teléfonos y ordenadores con información relevante. En el centro del operativo está Eva Kaili, vicepresidenta del Parlamento Europeo que curiosamente hizo declaraciones muy favorables sobre el país anfitrión.
Kaili, integrante del Partido Socialista griego Pasok –del que ya fue expulsada–, aseguró el 21 de noviembre en el Parlamento Europeo que «Qatar vivió una transformación histórica, cuyas reformas han inspirado al mundo árabe». Y fue más allá: «Está en la vanguardia de los derechos laborales».
Si bien el país organizador trató de aprovechar el tirón de la competición para lucirse en el escaparate internacional, no ha logrado librarse de ser blanco de las críticas por sus postulados retrógradas respecto a los homosexuales y las mujeres, el denigrante trato a los trabajadores extranjeros –habrían muerto más de 6.000 construyendo los estadios– o el uso de sus petrodólares para ganar influencia.
Según la Fiscalía belga, «terceras partes en posiciones políticas o estratégicas dentro del Parlamento Europeo recibieron grandes sumas de dinero o regalos para influir en las decisiones de la Cámara». En su polémico discurso, Kaili consideró que otros parlamentarios buscaban desacreditar a Qatar y «acusar a todo aquel que se relaciona con ellos de corrupción, mientras aceptan su gas».
El exeuroparlamentario italiano Antonio Panzeri, presidente de la oenegé Lucha contra la Impunidad –que está también bajo custodia policial– habría sido el contacto inicial de los qataríes en la trama corrupta. En su orden de arresto se especifica que «intervino políticamente junto a miembros del Parlamento Europeo para beneficiar a Qatar y Marruecos». Paradójicamente, su entidad se promociona como «pilar central en la arquitectura de la justicia internacional».
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, anunció ayer que la posición europarlamentaria que defiende la exención de visados para los turistas procedentes de Qatar volverá a la comisión competente para su revisión, por lo que no se iniciarán las negociaciones como estaba previsto con los Veintisiete para pactar esta medida. La medida ha sido acordada con el conjunto de los grupos políticos, informó Metsola y sometida al voto del Pleno en Estrasburgo.
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