Ucrania

Un misil ruso mata a un exmarine y médico estadounidense mientras prestaba ayuda humanitaria en Bajmut

Pete Reed, fundador de la ONG Global Response Medicine, trabajaba en la evacuación de heridos cuando un proyectil ruso impactó contra su vehículo

Pete Reed en una imagen de archivo mientras trabajaba en la batalla de Mosul como voluntario médico
Pete Reed en una imagen de archivo mientras trabajaba en la batalla de Mosul como voluntario médicoLa Razón

La noticia saltaba hace dos días cuando Alex Potter subía a su cuenta de Instagram el siguiente texto: “Hola amigos, familia, todos. Mi marido Pete Reed fue asesinado ayer en Bajmut, Ucrania. Estaba evacuando a civiles y respondiendo a los heridos cuando su ambulancia fue bombardeada. Murió haciendo algo genial y que le dio la vida, haciendo lo que amaba y, según parece, salvando a un miembro del equipo con su propio cuerpo. Como pueden imaginar todos estamos en shock y tenemos mucho trabajo aún que hacer para llevarlo a casa, así que pedimos privacidad. A medida que tengamos más detalles, los iremos transmitiendo”.

Alex Potter daba así a conocer la muerte de su marido, un exmarine estadounidense de 33 años, víctima de un misil ruso lanzado contra la ambulancia en la que viajaba en el entorno de Bajmut, la ciudad ucraniana que vive un brutal asedio por parte de los invasores y en la que han perdido la vida cientos de personas hasta ahora luchando por apenas unos palmos de terreno.

Pete Reed trabajaba como médico voluntario en el país invadido y falleció mientras evacuaba a civiles en medio de los combates. Sucedió, según contó su ahora viuda al diario estadounidense “The Washington Post”, cuando otro equipo de evacuación cerca de donde Reed se encontraba fue atacado, lo que requirió que su equipo prestara ayuda. Su muerte se produjo solo un mes después de su llegada a Ucrania para trabajar con Global Outreach Doctors como su Director de País en Ucrania.

Pete Reed había fundado en Global Response Medicine (GRM) junto a Derek Coleman, dos veteranos militares estadounidenses que en 2017, tras vivir de primera mano la batalla de Mosul, en Irak, decidieron actuar y formaron una ONG para servir a las personas más vulnerables del mundo en medio de un conflicto, una guerra o un desastre.

“En enero, Pete se incorporó trabajar con Global Outreach Doctors en su misión en Ucrania y murió mientras prestaba ayuda”, dijo la ONG. ‘Pete fue la piedra angular de GRM, sirviendo como presidente de la junta durante cuatro años, explican desde la ONG con la que colaboraba cuando murió.

Antes de 2017 y de crear GRM, Reed sirvió en dos despliegues como fusilero de la Infantería de Marina de Estados Unidos en Afganistán, cuerpo al que se unió en septiembre de 2007 después de cumplir 18 años. Como soldado de infantería, fue enviado dos veces durante los siguientes cuatro años a la provincia de Helmand en Afganistán.

Reed dejó el servicio activo como cabo en septiembre de 2011 después de terminar cuatro años de servicio obligatorio. Tras dejar las fuerzas armadas, dio sus primeros pasos en la ayuda humanitaria cuando su estado natal, Nueva Jersey, fue azotado por el huracán Sandy, en 2012. Luego, en 2014, ayudó en Haiti y, tras establecerse temporalmente en Jackson Hole, Wyoming, se fue al norte de Irak para supervisar las operaciones de capacitación médica.

Según “The Washington Post”, Reed en Irak prestó ayuda durante la Batalla de Mosul, que comenzó en 2016, y trató a más de 10 000 pacientes con traumatismos. Desde 2017, participó en operaciones de su propia ONG, Global Response Medicine en Irak, Yemen, Siria y Polonia.

“Este es un claro recordatorio de los peligros a los que se enfrentan los trabajadores de rescate y asistencia en zonas de conflicto mientras sirven a los ciudadanos atrapados en el fuego cruzado. Pete tenía solo 33 años, pero vivió una vida al servicio de los demás, primero como un infante de marina estadounidense condecorado y luego en ayuda humanitaria. GRM se esforzará por honrar su legado y el servicio desinteresado que practicó”, escribió Global Outreach Doctors después de su muerte.

Reed es uno de al menos siete estadounidenses que han muerto en Ucrania desde la invasión rusa en febrero de 2022.

Según se puede leer en la propia web de Global Response Medicine, “el 2 de febrero, el fundador de GRM, Pete Reed, fue asesinado en Bajmut, Ucrania [...] Apoyamos completamente a la familia, los amigos y los colegas de Pete durante este momento devastador”.

Asimismo, incluyen también una declaración de su esposa, Alex Potter: “Pete y yo nos conocimos en mi cumpleaños en noviembre de 2016, poco después de que yo llegara a Irak para fotografiar la Batalla de Mosul. Queriendo poner en práctica mis habilidades de enfermería, le envié un mensaje y me dio la bienvenida al equipo de GRM. Pensé que me quedaría un par de semanas, pero nos enamoramos casi de inmediato y nos convertimos en la mano derecha del otro. Me encantó la forma en que abogó enérgicamente por los civiles heridos, los estrechos vínculos que estableció con los médicos iraquíes y su personalidad magnética: su capacidad para conectarse y amar literalmente a todas las personas con las que entró en contacto. Pasamos los siguientes años aventurándonos juntos por todo el mundo y de vuelta en los Estados Unidos. Éramos fervientes defensores de las esperanzas y los sueños de los demás. Cada vez que tenía dudas o preocupaciones, sobre la vida, los planes, el futuro, desde las más importantes hasta las más mundanas, Pete decía algo como Estoy aquí tonto. Nunca he conocido a alguien más desinteresado. Todo lo que hizo fue siempre en beneficio de los demás. Siempre fue encantador, a menudo ruidoso y, a veces, descarado, pero lo daba todo por aquellos a los que amaba, y amaba a todos en su círculo increíblemente amplio. Esa gran personalidad se superpuso al hecho de que también era increíblemente sensible, amoroso y valiente en todos los aspectos de la palabra, alguien que me llevó a mí y a otros a través de tiempos increíblemente difíciles, anteponiendo las necesidades de los demás por encima de las suyas. Le apasionaba su familia, la familia del Cuerpo de Marines, la familia Camp Beckett y muchos otros que no puedo nombrar. No puedo imaginar nuestras vidas sin él. Lo amaba tanto, y él me amaba tanto”.