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Acercarse a Finlandia para huir de Rusia

La Razón
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Los Estados miembros de la UE se dividen en dos categorías: los que se están por encima de la media de corrupción en Europa -principalmente los nuevos Estados miembros del centro y del este de Europa, además del antiguo 'club med' (Italia, Grecia, Portugal, España e Irlanda)-, y, por otra parte, aquellos que están por debajo de la media -los países del viejo núcleo del norte de Europa-. El primer grupo tiene un serio problema que debe ser vigilado por las instituciones públicas, someterse a la supervisión de la sociedad civil y ser objeto de un intenso periodismo de investigación. El segundo grupo son el ejemplo de la lucha anticorrupción. A pesar del informe de la Comisión Europea, que alerta de una "impresionante"escalada de corrupción, también se pone de manifiesto que no es una conclusión generalizada que sirva para definir a todos los países miembros.

Uno de los principales valedores de un sistema no corrupto es Estonia, que, aunque se trate de un nuevo estado miembro, es uno de los países con menores tasas de corrupción, algo que puede ser atribuible a su cultura 'Finlandesa', dado que los ciudadanos de este país nórdico son los personas más correctas del mundo. Un llamativo dato que aportan recientes encuestas sobre este aspecto revela que las experiencias personales relacionadas con la corrupción son muy bajas (1% o menores), mientras que la percepción de la corrupción en altos niveles políticos son mucho mayores. Esto parece reflejar el alto grado de publicidad que se le ha otorgado a los casos que conciernen a la clase política, lo que supone una clara advertencia de los ciudadanos hacia sus gobernantes para que sean conscientes de que los están vigilando.

Para aportar cierta perspectiva al informe de la Comisión, se pueden comparar sus resultados con los de otros países como Rusia y Ucrania. Ambos cuentan con una alta permisividad sobre prácticas corruptas a todos los niveles. Tanto es así, que hasta un pequeño empresario afirma sin pudor que "en nuestro país no se puede conseguir nada si no se soborna a lo policía o a los inspectores". Por lo tanto, si se compara a la mayoría de los Estados de la Unión Europea con estas prácticas, podríamos decir que hablamos de temas diferentes. En la UE existen "algunas manzanas podridas", pero no es la monstruosidad de Rusia y Ucrania. De todas maneras, si cabe subrayar que los nuevos Estados miembros del sudeste -Croacia, Bulgaria y Rumanía- son países que continúan con una corrupción endémica.

Investigador de Centro Europeo de Estudios Políticos*