Guerra en Irak

Al Bagdadi, ¿envenenado?

El líder del Estado Islámico habría sufrido «una intoxicación grave», según medios locales

Imagen de la primera y prácticamente última aparición pública del líder yihadista del Estado Islámico en Mosul
Imagen de la primera y prácticamente última aparición pública del líder yihadista del Estado Islámico en Mosullarazon

El líder del Estado Islámico habría sufrido «una intoxicación grave», según medios locales

Los rumores sobre la posible muerte de Abu Baker Al Baghdadi se multiplicaron ayer después de que la agencia de noticias iraquí en árabe, WAA, difundiera la noticia de que el líder del Estado Islámico estaba en peligro de muerte tras haber sido envenado.

Según WAA, que cita fuentes “precisas” , Al Baghdadi y tres de sus lugartenientes injirieron comida que había sido envenenada, por lo que sufrieron una “intoxicación grave” y tuvieron que ser trasladados a un lugar desconocido bajo estrictas medidas de seguridad.

Tras el intento de asesinato, Dáesh puso en marcha una campaña de detenciones con el fin de encontrar a los responsables que intentaron matar a su dirigente, agregó la agencia WAA sin precisar cuándo tuvieron lugar los hechos aunque dijo que ocurrieron en la localidad de Al-Ba'aj, al suroeste de Mosul.

Las redes sociales y medios online internacionales se hicieron eco de la noticia. Sin embargo, el halo de misterio que envuelve al despiadado líder yihadista dejará en interrogante su destino una vez más. Con ésta ya van cinco las veces que se ha especulado sobre la muerte de Al Baghdadi. La más reciente fue en junio pasado cuando la agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo yihadista, reportó que el autoproclamado “califa” había muerto en un bombardeo de la coalición en Raqqa. Poco después se desmintió la noticia. En octubre de 2015, Bagdad anunció que el líder del EI habría muerto en un ataque de las fuerzas aéreas iraquíes contra el convoy en el que viajaba en la provincia de Al Anbar. Después se confirmó que Al Baghdadi no viajaba en esa caravana.

Una vez más se especuló que el autoproclamado “califa Ibrahim, había sido gravemente herido en marzo de 2015, en un ataque aéreo de la coalición en el distrito de al-Baaj, en el norte de Irak. Surgieron informes sobre su posible reemplazo por otros líderes del EI en el caso de que sucumbiera a sus heridas. Poco después, Al Baghdadi resucitó de entre los muertos.

En noviembre de 2014 se creyó que el líder del EI había muerto o estaba gravemente herido por un bombardeo de la coalición liderada por Estados Unidos contra un convoy de diez camiones del EI cerca de Mosul. Una semana más tarde, reapareció en una cinta de audio de 17 minutos, llamando a atacar a los "Judios”, "apóstatas"y los musulmanes "traidores"en Arabia Saudita.

Lo paradójico de este último “intento de asesinato” es que Al Baghdadi que ha pretendido establecer un “califato” islámico en el siglo XXI es que habría podido correr la misma suerte que los últimos califas de la dinastía Omeya. Las riñas internas entre los propios príncipes del Califato Omeya llevaron al fin la dinastía en 740. Toda la familia real fue también “presuntamente envenenada” en una festín. Pero hubo un superviviente, el príncipe Abd al Rahman, , nieto del califa Hisam, conocido en España como Abderramán I, el primer emir de Córdoba.

Poco que conoce del pasado del líder del Estado Islámico. Su verdadero nombre es Ibrahim Awad Ibrahim al Badri, nacido en 1971 en el barrio Al Jibriya de Samarra.

En los pocos datos que hay de su biografía se le conoce por sus dotes en el deporte, especialmente el fútbol, lo que le dio el mote de “Maradona” iraquí durante su estancia en 2004 en la prisión estadounidense de Camp Bucca, al oeste de Bagdad.

Al Baghdadi dejó las botas de fútbol hace una década para convertirse en el terrorista más buscado del mundo después del fallecido Osama Bin Laden.