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Asalto sangriento a un hotel en Mali

Fuerzas especiales locales terminan con veintidós horas de secuestro por parte de terroristas ligados a Al Qaeda en Sévaré y dejan un balance de doce muertos

En una arriesgada operación que concluyó con la muerte de 12 personas, las Fuerzas Especiales malienses irrumpieron ayer en un hotel de la región de Mopti con el objetivo de rescatar a un grupo de rehenes extranjeros que permanecían retenidos desde el viernes por la mañana por presuntos yihadistas. Los soldados se enfrentaron a tiros a los asaltantes que se habían atrincherado en el edificio, situado en la ciudad de Sévaré, donde se encontraban alojados varios pilotos e ingenieros adscritos a Minusma, la misión de las Naciones Unidas en Mali. Cinco de los soldados responsables del rescate y cuatro asaltantes fallecieron durante los combates. También perdieron la vida dos empleados del Hotel Byblos y un nacional de Sudáfrica que trabajaba para una de las empresas de aviación empleadas por la ONU, según publicó en Twitter el portavoz del ministerio de Exteriores sudafricano, Nelson Kgwete.

Tres de sus compatriotas y un ciudadano ruso lograron ser rescatados con vida tras quedarse agazapados durante horas, sin que los atacantes advirtieran su presencia. Otro de sus compañeros de cautiverio, de nacionalidad ucraniana, consiguió ponerse a salvo de sus captores el viernes por la tarde. Mopti se encuentra en la región de Mali fronteriza entre la zona más fértil del río Níger y los paisajes desérticos sahelianos, y es conocida por albergar numerosos centros de estudios islámicos, entre cuyos alumnos hay ciertas simpatías por los grupos salafistas.

Horas después de los hechos, aún no estaba claro cuál había sido el objetivo inicial de los terroristas que, antes de hacerse fuertes en el hotel, armados con fusiles de asalto, arremetieron contra los soldados que custodiaban una base militar cercana. Una vez repelidos por los militares, buscaron refugio en el lugar en el que se hospedaban los integrantes de la misión de la ONU, desatándose un intercambio de munición con los soldados malienses. Fuentes de la Minusma informaron en un comunicado de que sus efectivos escoltaron al contingente de las fuerzas especiales que se desplazó desde la capital, Bamako, para participar en la liberación de los rehenes.

La operación finalizó con una docena víctimas mortales, aunque el daño podría haber sido mucho mayor si uno de los asaltantes, quien se hallaba preparado para hacer estallar el cinturón de explosivos que llevaba adherido a su cuerpo, no hubiera sido abatido a las puertas del hotel.

El Ejecutivo de Ibrahim Boubacar Keita difundió en un comunicado que siete de los autores del asalto habían sido arrestados. En esos momentos ningún grupo había reivindicado la autoría, aunque las primeras sospechas recayeron sobre los discípulos de Amadou Kouffa, un fanático de la zona vinculado a Ansar al Din y a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Fuentes militares consultadas por la cadena de televisión estadounidense CNN apuntaban, sin embargo, a la implicación de afiliados al movimiento de liberación Macina, calificado por Human Rights Watch como un grupo islamista responsable de «serios abusos en el curso de operaciones militares contra las fuerzas de seguridad de Mali». El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el ataque. «Este ataque no minará la determinación de las Naciones Unidas de seguir acompañando al pueblo malienses en sus esfuerzos por implementar un acuerdo de paz», dijo .

La matanza de ayer sorprendió a los vecinos de Sévaré, una localidad que hasta ahora se había mantenido al margen de la violencia desatada en Mali, desde que las milicias islamistas se impusieran en la rebelión tuareg de 2012 y amenazaran con tomar Bamako. Atentados posteriores se han cebado, especialmente, con las ciudades de Timbuktú y Gao.