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Bruselas

Alemania exige a Francia «reformas estructurales»

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Franois Hollande, ha acordado este jueves acelerar la puesta en marcha del fondo europeo de 6.000 millones para combatir el paro juvenil y la creación de la unión bancaria con el fin de facilitar la salida de la crisis.

Los dos mandatarios han pactado además facilitar el crédito a las pymes de los países en crisis a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Se trata de la primera vez que Merkel y Hollande acuden con una posición común al Consejo Europeo que se celebrará a finales de junio, donde esperan que el resto de países se sumen para adoptar decisiones.

"La contribución franco-alemana no agota todos los temas, pero tiene en cuenta la situación en Europa y cómo queremos hacerla evolucionar a corto plazo", ha dicho Hollande en rueda de prensa tras recibir a Merkel en el palacio del Eliseo.

"Queremos que esté más atenta a la situación del empleo, en particular el de los jóvenes; que sea más rápida en la puesta en marcha de la unión bancaria, más eficaz en la gobernanza económica, más armónica en los sistemas fiscales y que ponga en marcha políticas de crecimiento y competitividad", ha explicado el presidente galo.

"A veces hay el sentimiento de que los esfuerzos para poner a Europa sobre una base sostenible se están relajando rápidamente y no puede producirse esta relajación porque el paro juvenil muestra que debemos hacer más si queremos preservar la prosperidad", ha subrayado Merkel.

La canciller ha insistido no obstante en que "la consolidación presupuestaria y el crecimiento no son contradictorios sino las dos caras de la misma moneda". Así, Merkel ha respaldado la propuesta de la Comisión de dar más tiempo a países como Francia o España para corregir su déficit excesivo, pero ha dejado claro que "esto está ligado a la perspectiva de que haya reformas".

En cuanto a la lucha contra el paro juvenil, la canciller ha explicado que el objetivo es que el fondo de 6.000 euros pueda gastarse entre 2014 y 2015, y no en siete años como estaba previsto. Estas cuestiones se concretarán en la reunión de ministros de Empleo de la UE que ella mismo ha convocado en Berlín el 3 de julio.

Por lo que se refiere a las pymes, Hollande ha dicho que se trata de que "de manera rápida y concreta el BEI pueda aportar liquidez, crédito, a las empresas de los países más afectados por la crisis, y de forma más general a las empresas innovadoras".

Respecto a la unión bancaria, el presidente francés ha dicho que "es muy importante que Francia y Alemania hayan acordado un calendario y mecanismos sin que sea necesario cambiar los Tratados"para crear una autoridad única de resolución. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schuble, exigía este cambio de Tratado.

La propia Merkel ha defendido además la recapitalización directa de los bancos con problemas a cargo del fondo de rescate (MEDE), aunque ha dicho que debe ser "el último recurso".

Los dos mandatarios han acordado además impulsar la convergencia de los sistemas fiscales en la eurozona y también los aspectos sociales, con la introducción de salarios mínimos, que no existen por ejemplo en Alemania, en todos los Estados miembros.

Francia y Alemania apoyarán también que se creen "contratos de competitividad"que los países de la eurozona deberán firmar con Bruselas en los que se recojan las reformas a las que se comprometen. Los Estados cumplidores recibirán a cambio compensaciones financieras de la UE.

Para ello, se creará un presupuesto específico de la eurozona, que se financiará, entre otras cosas, con la tasa las transacciones financieras internacionales, y que podrá utilizarse también para combatir el paro en los países en crisis.

Finalmente, Merkel y Hollande han acordado aumentar el número de cumbres del Eurogrupo y crear la figura del presidente del Eurogrupo

a tiempo completo. En la actualidad ocupa este cargo el holandés Jeroen Dijsselbloem, que es al mismo tiempo ministro de Finanzas de su país.

El presidente francés ha asegurado que pondrá en marcha las reformas que le exige la Comisión para mejorar la competitividad de la economía gala, pero ha defendido que "los detalles, los procedimientos y las formas de actuar son responsabilidad del Gobierno"porque de lo contrario "no habría soberanía posible".