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EE UU se muda a Jerusalén: más de 50 muertos palestinos

Decenas de miles de personas protestan en la frontera de Gaza por el traslado de la embajada. La comunidad internacional reclama calma y condena el uso desproporcionado de la fuerza.

Un niño es evacuado durante las protestas por el traslado de la Embajada de EE UU a Jerusalén en la Franja de Gaza / Reuters
Un niño es evacuado durante las protestas por el traslado de la Embajada de EE UU a Jerusalén en la Franja de Gaza / Reuterslarazon

Decenas de miles de personas protestan en la frontera de Gaza por el traslado de la embajada. La comunidad internacional reclama calma y condena el uso desproporcionado de la fuerza.

Jornada sangrienta en el ya de por sí convulso Oriente Medio. La inauguración de la polémica Embajada de EE UU en Jerusalén llevó a los palestinos a salir a manifestarse ayer. Más de 40.000 salieron a protestar a la frontera entre Gaza e Israel. Los incidentes violentos registrados ayer en la frontera, culminaron, según fuentes palestinas, con 55 muertos y alrededor de 2.700 heridos, 1.360 de ellos por disparos. Asimismo, el Ejército israelí bombardeó siete objetivos de Hamas en la Franja. Se trata de la peor jornada de enfrentamientos desde la última guerra en 2014, conocida como la «Operación Margen Protector».

Al menos diez de los muertos están confirmados como miembros de uno de los brazos de Hamas. Entre ellos, uno de los hijos de Abd el Aziz a Rantisi, otrora jefe de Hamas, que fue eliminado por Israel años atrás. La organización fundamentalista islámica que gobierna Gaza desde junio de 2007 sostiene que se trata de «protestas populares pacíficas» y que los soldados israelíes abren fuego de forma indiscriminada, sin justificación alguna. Israel rechaza terminantemente esta versión de los hechos. El portavoz del Ejército recalcó que se trata de ataques violentos organizados por Hamas, cuyos hombres, vestidos de civil, se mezclan con la población a la que azuzan, e intentan cometer atentados y romper el muro fronterizo entre Gaza e Israel.

Los disturbios estallaron ya horas antes de comenzar en Jerusalén la ceremonia de inauguración de la nueva sede diplomática estadounidense. Si bien hace ya más de seis semanas que los viernes se han convertido, por llamamientos de Hamas, en los días tradicionales de provocaciones en la frontera con Israel, para ayer y hoy estaban programados incidentes especialmente fuertes. Ayer, por lo de la embajada norteamericana, y hoy para conmemorar lo que los palestinos denominan la «Nakba», término que en árabe significa «catástrofe». Ayer, Ismail Radwan, uno de los dirigentes de Hamas en Gaza, anunció que las protestas continuarán hasta el 5 de junio, el día en que comenzó en 1967 la Guerra de los Seis Días.

Ayer la violencia tuvo como escenario doce focos distintos a lo largo de la frontera entre Israel y la franja de Gaza. Según el Ejército, 40.000 palestinos protestaron, aunque las intenciones de Hamas eran ver una multitud de por lo menos 100.000 personas, lo cual intentarán lograr hoy. «En cada uno de los 12 sectores, la célula central de Hamas tenía órdenes precisas de romper la valla fronteriza, perpetrar atentados entre las tropas e infiltrarse a Israel», dijo el portavoz del Ejército, el brigadier general, Ronen Manelis. Poco antes del atardecer, Hamas ordenó a la gente volver a sus casas, retirarse de la zona fronteriza. Probablemente el detonante de la orden «temprana» –dado que todavía había luz– se debió a que la fuerza aérea israelí bombardeó posiciones de Hamas al norte de la Franja. Con ello, Israel trató evidentemente de transmitir un mensaje: Hamas va a pagar un precio directo por su incitación y violencia. De hecho, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reiteró ayer que el Estado judío «tiene la obligación de defender su frontera» y acusó al grupo intergrista de la matanza en la franja.

En la misma línea, Estados Unidos responsabilizó a los islamistas en exclusiva de la violencia que se desató en Gaza por exponer a los habitantes del territorio palestino a «un terrible riesgo», expresión con la que se refirió a la respuesta israelí.

La Autoridad Palestina, a pesar de su enemistad con Hamas, acusó a Israel de perpetrar «una terrible masacre» contra los palestinos en Gaza y exhortó a la comunidad internacional a «protegerlos». Asimismo, proclamó tres días de duelo nacional y una huelga general en Cisjordania hoy.

Las condenas internacionales por el uso desmesurado de la fuerza no se hicieron esperar. Hasta el Gobierno de España pidió al Ejecutivo de Israel «hacer un uso proporcional de la fuerza» tras la muerte de civiles por los disparos efectuados por las Fuerzas de Seguridad israelíes. La representante de Exteriores de la UE, Federica Mogherini, exigió a Israel que respete el derecho a la protesta pacífica y «el principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza», mientras que el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Husein, exhortó a Israel a que «pare ya» su ofensiva.

«La impactante muerte de decenas de personas y los cientos de heridos por el fuego real de los israelíes en Gaza deben parar ya», reclamó Al Husein en la cuenta oficial de Twitter de la ONU. Hasta ahora, uno de los pocos puntos de consenso en la comunidad internacional era que el estatus de Jerusalén, que ambas partes reivindican como capital, debía decidirse en unas eventuales negociaciones de paz. El Gobierno de Netanyahu da por zanjada la cuestión, mientras que los palestinos y sus aliados árabes –entre 128 de los 193 miembros de la ONU– exigen a la Casa Blanca que dé marcha atrás.