París

Altercados en el centro de Roma durante el encuentro entre Letta y Hollande

El centro de Roma fue escenario hoy de violentos enfrentamientos entre la Policía y un grupo de manifestantes contra la construcción de la línea de alta velocidad Turín-Lyon y en defensa del derecho a una vivienda digna, mientras se celebraba una cumbre ítalo-francesa en la capital italiana.

Los altercados tuvieron lugar en pleno centro de Roma, a escasos metros de la embajada de Francia y a unos cuatro kilómetros de distancia del lugar de celebración de la cumbre, presidida por el primer ministro de Italia, Enrico Letta, y el jefe del Estado francés, François Hollande.

La reunión ítalo-francesa al máximo nivel propició que el llamado movimiento "NO TAV"convocara una concentración en la ciudad para protestar contra la construcción de la línea de tren de alta velocidad entre Turín (Italia) y Lyon (Francia), un proyecto que los dos Estados pretenden volver a ratificar hoy.

A la protesta se sumó el Movimiento por la Vivienda, que en anteriores manifestaciones en defensa del derecho a una casa digna algunos participantes protagonizaron altercados y enfrentamientos con la Policía, como ocurrió el pasado 31 de octubre en Roma.

Según las imágenes ofrecidas en directo por televisión, un grupo de manifestantes pertrechados con cascos lanzó botellas, bengalas y petardos contra el cordón policial que intentaba impedir que se desplazara por el entorno de la plaza de Campo de' Fiori, próxima a la embajada francesa.

Algunos de los participantes situados en primera línea golpearon con palos a los policías, quienes cargaron contra ellos para impedir su avance.

Los altercados se produjeron mientras Letta y Hollande, junto a algunos ministros de sus gobiernos, abordaban en Villa Madama -sede habitual de los encuentros con líderes internacionales- cuestiones como la crisis económica y las políticas migratorias, más allá de la construcción de la línea de alta velocidad Turín-Lyon.

Desde hace años, habitantes de los valles de Susa, Venaus y Sangone, en la región de Piamonte (noroeste de Italia), se oponen a la construcción del túnel por el que pasará esa línea ferroviaria.

Los contrarios al TAV, que permitirá reducir de 7 a 4 horas el tiempo necesario para unir por tren Milán y París, consideran que destruirá el paisaje y temen efectos negativos medioambientales y para la salud, ya que las obras suponen la remoción de miles de toneladas de uranio y amianto, principales materias primas que contienen esas montañas.