Entronización
Ámsterdam se viste de naranja para celebrar la histórica ceremonia
Teñida de naranja, la ciudad de Ámsterdam espera la coronación de la nueva pareja real. Los holandeses ultiman los detalles para que sus príncipes herederos, Guillermo Alejandro y Máxima de Orange-Nassau, tomen el relevo generacional y se conviertan en los próximos reyes de Holanda. Las celebraciones comienzan hoy con una cena de gala que se celebrará en el Rijksmuseum, que dará paso mañana a la ceremonia en el Salón de Moisés del Palacio Real de Ámsterdam –también conocido como el Salón de los Padres de la Ciudad– en el que la todavía reina de Holanda pronunciará un breve discurso que pondrá punto final a un reinado de 33 años. En el momento en que Beatriz, Guillermo Alejandro y Máxima, así como el resto de los testigos presentes en el acto, hayan firmado el «Acta de Abdicación», el matrimonio se convertirá en reyes de Países Bajos, mientras que Beatriz pasará a ser «princesa de Países Bajos». La pequeña Catalina Amalia, de nueve años, será nombrada princesa de Orange y ocupará el primer lugar en la sucesión del trono. Más tarde, Guillermo Alejandro y Máxima saludarán a los holandeses por primera vez como reyes desde el balcón del Palacio Real de Ámsterdam, acompañados por Beatriz, y el recién procalmado rey dirigirá unas palabras a las cerca de 20.000 personas que se espera que se reúnan en la Plaza de Dam. El himno nacional pondrá el broche al discurso del nuevo rey, tras lo que la nueva princesa heredera y sus hermanas, las princesas Alexia y Ariane, se unirán a su familia en el balcón. Como preludio a toda esta ceremonia, los holandeses llevan días de preparativos y los souvenirs con el rostro de los príncipes ya están por todas partes. Camisetas, tazas, globos y hasta pasteles decorados con la inevitable corona forman ya parte del escenario que se encontrarán los miles de asistentes al acontecimiento.
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