El Cairo
Ashton intenta limar diferencias en un Egipto polarizado
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, trató hoy de limar las profundas diferencias entre las partes enfrentadas en Egipto e instó a la contención y al cese de la violencia en el país.
La visita de Ashton, que se prolongará finalmente hasta mañana para seguir con sus esfuerzos de resolver la actual crisis, se produce dos días después de que ochenta personas murieran en enfrentamientos en El Cairo entre la policía y los islamistas.
En su segundo viaje a Egipto desde el golpe militar que el pasado 3 de julio depuso al presidente Mohamed Mursi, la responsable europea destacó en un comunicado la importancia de que el proceso de transición sea "plenamente inclusivo".
Para Ashton, todas las fuerzas políticas deben participar en dicho proceso, en el que hay que integrar a los Hermanos Musulmanes, que rechazan por el momento participar en ningún diálogo de reconciliación si no se restituye a Mursi en el poder.
Ashton analizó los desafíos que afronta Egipto con el presidente interino, Adli Mansur; el viceprimer ministro y titular de Defensa, Abdel Fatah al Sisi; y el jefe de la diplomacia, Nabil Fahmy.
También se entrevistó con representantes de los movimientos juveniles 6 de Abril y "Tamarrud"(rebelión), instigador de las protestas contra Mursi de finales de junio.
Como ya hizo en su visita del pasado día 17, Ashton también mantuvo un encuentro con responsables de los Hermanos Musulmanes y de la llamada Coalición Nacional para la Defensa de la Legitimidad, así como con el ex primer ministro de Mursi, Hisham Qandil.
El portavoz presidencial Ahmed al Muslimani aseguró en una rueda de prensa que la UE comprende la situación en Egipto y valora la hoja de ruta del periodo de transición.
Al Muslimani también reiteró que las autoridades egipcias aceptan negociar con miembros de la Hermandad "cuyas manos no estén manchadas de sangre".
Por su parte, Fahmy relató a Ashton los esfuerzos realizados para lograr una reconciliación nacional y aplicar dicha hoja de ruta, que estipula la reforma de la Constitución y la celebración de elecciones parlamentarias y presidenciales.
Más beligerante se mostró el dirigente del grupo "Tamarrud"Mahmud Badr, quien dijo a Ashton que rechazan pactos y "una salida segura"de los líderes de los Hermanos Musulmanes que están siendo procesados por la Justicia por instigar a la violencia.
Badr, como ya ha hecho antes su movimiento y también las autoridades, tachó a los miembros de la hermandad de "terroristas", y se preguntó si "Europa aceptaría una acampada de Al Qaeda en su suelo".
La UE ha expresado su determinación a ayudar a Egipto a alcanzar la estabilidad y la democracia, aunque en los últimos días la brecha entre las distintas partes no ha hecho más que profundizarse.
Las autoridades han insistido en sus amenazas de adoptar medidas más firmes contra los islamistas, mientras los seguidores de Mursi no dan su brazo a torcer y mantienen su pulso en las calles.
La Coalición Nacional para la Defensa de la Legitimidad convocó para esta noche marchas en todo el país y una manifestación del "millón"de personas para mañana, martes, bajo el lema "Mártires del golpe".
En un comunicado, la alianza, que incluye a los Hermanos Musulmanes, explicó que estas nuevas protestas buscan reclamar los derechos de los fallecidos en las últimas "masacres"en Egipto y rechazar "el sangriento golpe militar".
La idea es dirigirse a sedes de las fuerzas de seguridad portando ataúdes para condenar "los actos criminales de los efectivos del Ministerio del Interior contra los manifestantes pacíficos".
Fuentes de seguridad revelaron hoy a Efe que la intención era haber desmantelado ya por la fuerza las acampadas de los islamistas, pero que la visita de Ashton ha frenado estos planes.
Mientras, crecen los temores a que se decrete el estado de emergencia para reprimir las protestas, después de que el presidente delegara ayer esta prerrogativa en el primer ministro, Hazem el Beblaui.
Beblaui trató hoy de ahuyentar estos fantasmas y subrayó que el Gobierno prefiere no tener que declarar esta medida de excepción, que solo se adoptaría si los acontecimientos ponen en peligro la seguridad nacional.
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