Cumbre
Cazas chinos y rusos patrullan el mar de Japón con Biden en Tokio
Las maniobras coinciden con la cumbre de las democracias Quad: Estados Unidos, Australia, India y Japón
Las democracias que en los últimos años han tenido que enfrentarse al Dragón, la alianza que reúne a EE UU, Australia, India y Japón, ha repetido una vez más el mismo mantra: «Por un Indo-Pacífico abierto y libre de coacciones». Con una firmeza sin precedentes, los líderes del Quad han expresado su oposición a las acciones coercitivas, provocativas o unilaterales que pretendan cambiar el statu quo en el Indo-Pacífico.
En el marco de la segunda sesión de los cuatro líderes, el primer ministro Modi, el presidente Biden, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el recién elegido primer ministro australiano, Anthony Albanese, aviones militares rusos y chinos realizaron ejercicios conjuntos para patrullar la región. La maniobra se interpreta como un mensaje dirigido a Biden tras defender el paraguas protector de EE UU en Taiwán.
La declaración conjunta, emitida después de una cumbre en Tokio, no mencionaba a China por su nombre, pero el dedo acusador era claro. En ella expresaron su firme oposición a «cualquier intento provocador o unilateral» de cambiar el statu quo, e hicieron un llamamiento a la resolución pacífica de las disputas sin recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza. Los dirigentes no fueron tan claros en lo que respecta a Rusia. El comunicado evitó culpar a ese país de la guerra en Ucrania y se limitó a describir la situación allí como una «crisis trágica». No obstante, sí destacaron «los desafíos al orden marítimo basado en normas, incluso en los mares de China Oriental y Meridional», en una clara señal a las acciones asertivas de China, que protagoniza numerosas disputas en ambas aguas.
Los cuatro líderes del Indo-Pacífico se comprometieron a permanecer unidos por una región libre y de libre acceso, y a colaborar en pro de la paz, la prosperidad y la estabilidad en la región, al tiempo que buscan coordinar las respuestas a retos como la energía, la salud y la ciberseguridad, sin dejar de atender las predicciones de la ONU sobre el cambio climático.
«De esto se trata, de la democracia frente a la autocracia: tenemos que asegurarnos de que la democracia se cumpla», aseguró Biden. Pekín siempre ha criticado al grupo tachando estas reuniones de «camarillas antichinas destinadas al fracaso» y ha descrito la alianza como una especie de «OTAN asiática», aunque la realidad es que a diferencia de la alianza europea, no existe ningún pacto de defensa mutua en vigor. Según sus miembros, el grupo pretende profundizar en los lazos económicos, diplomáticos y militares entre los cuatro países. Y aunque no suelen mencionarlo explícitamente, estos acuerdos pretenden ser un baluarte contra las agresiones chinas. En una declaración de marzo de 2021 en la que se describe el «espíritu de la Cuadrilateral», sus miembros afirman: «Aspiramos a una región libre, abierta, inclusiva, sana, arraigada en los valores democráticos y no limitada por la coacción».
Todos los países de la Quad tienen disputas abiertas con Pekín. Japón con respecto a las disputadas islas Senkaku-Diaoyu, donde en 7 kilómetros cuadrados deshabitados se burlan la marina mandarina y la guardia costera japonesa: aguas codiciadas por su pesca y recursos naturales. El domingo pasado, Kishida protestó oficialmente ante Pekín. La acusación: desarrollar plantas de extracción de gas en las aguas disputadas del Mar de China Oriental.
Los indios, por las fronteras en el Himalaya que en 2019 provocaron los enfrentamientos más violentos en 40 años. El viernes, Nueva Delhi se opuso a la construcción por parte de China de un segundo puente sobre el lago Pangong: una zona en disputa que, según India, está «ocupada ilegalmente» por China desde la década de 1960.
Los australianos, ante la guerra comercial que estalló hace dos años después de que Canberra exigiera una investigación independiente sobre los orígenes de la covid. Por último, los americanos. En este caso la lista sería muy larga. Entre los desafíos por la supremacía económica, militar y tecnológica, las guerras arancelarias y las tensiones por Taiwán. El Diálogo Cuadrilateral de Seguridad comenzó como una asociación informal tras el devastador tsunami del Océano Índico en 2004, momento en el que los cuatro países se unieron para proporcionar ayuda humanitaria al desastre en la región afectada.
Fue formalizado por el ex primer ministro japonés Shinzo Abe en 2007, aunque después quedó inactivo durante casi una década.
La agrupación resurgió en 2017, como reflejo del cambio de actitud en la región ante la creciente influencia de China. Los líderes de la Quad celebraron su primera cumbre formal en 2021 y volvieron a reunirse virtualmente en marzo.
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