Terrorismo yihadista
Bagdhadi reconoce que no tiene un "ejército"sino una banda terrorista
Le resulta insuficiente para hacerse con el control total de la yihad.
Dicta unas "normas"para tratar de unificar los ataques "contra el enemigo".
Pese a “pregonar” los 8.000 muertos y heridos que, según ellos, han causado en los seis primeros meses del año, los cabecillas de Daesh no están satisfechos con el rendimiento de sus terroristas, por su escasa formación. Sirven para matar y destruir, que no es poco, pero para operaciones de más calado, como las que planean en occidente, con células “serpiente”, que golpean y desaparecen, no están preparados
La banda terrorista pide a sus combatientes que trabajen y desarrollen su actividad hasta que “destruyan completamente al enemigo, logrando el empoderamiento, ser fuertes y capaces, en la tierra, Y para ello les dan, en el último número de “Al Naba”, el semanario dedicado a los combatientes, una serie de normas.
Estas instrucciones vienen a demostrar la escasa formación de los terroristas ya que lo único que realmente saben hacer es matar y destruir, en muchos casos con acciones suicidas. Y para eso no hace falta una gran formación, sino una suficiente fanatización.
El Estado Islámico, después de su derrota territorial, pretende, pese a la extensión de sus “wilayas” (franquicias) por distintas partes del mundo, uniformizar a sus combatientes para que no se conviertan en lo que son, una banda en la que cada cual actúa tratando de causar el mayor daño al enemigo pero sin unos criterios comunes. Eso sí, con absoluta adhesión “inquebrantable” al “califa” Abu Bark Bagdhadi.
Lo primero que les advierten es que “el enemigo es lo suficientemente fuerte como para prevalecer” por lo que “la selección de objetivos, que depende del muyahidin, es fundamental”.
Frente a este enemigo, el combatiente yihadista se encuentra con diferentes opciones.
A continuación, “Al Naba” les suelta la teórica que, tras una lectura de la traducción (el texto está en árabe) más bien parece una “lección” para complicarles las mentes que para llevarles a la lucidez.
Les plantean distintas opciones en las que se hablan de “microprocesos”, lejos de las “grandes operaciones”, que, sin embargo, también se deben desarrollar cuando sea factible. Claro que no se puede caer en “microprocesos negligentes, con poco rendimiento y débil impacto”. Solución, las “opciones intermedias”. En cualquier caso, no se debe trabajar “sin concentración aunque resulte amable”. Toda una treórica “militar”.
“Hay que lograr grandes adversidades y pérdidas en el enemigo, en términos físicos, humanos y psicológicos, con la utilización de los
medios de comunicación y los rendimientos significativos”, subrayan.
En definitiva, lo que quiere Daesh es que se trabaje y planifique a largo plazo, de acuerdo con la política que dictan. Y por supuesto, “usar a Dios para llevar a cabo lo que pretenden.Es sí, y sí, y sí”, para que no se les olvide.
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