Elecciones en Alemania
Baile de alianzas en el Bundestag
La única incógnita que envuelve el previsible triunfo de la canciller alemana es con quién formará gobierno. Hay cuatro escenarios posibles: reeditar la «Gran Coalición», una coalición exclusiva con los Liberales o con Los Verdes o la «Jamaica».
La única incógnita que envuelve el previsible triunfo de la canciller alemana es con quién formará gobierno. Hay cuatro escenarios posibles: reeditar la «Gran Coalición», una coalición exclusiva con los Liberales o con Los Verdes o la «Jamaica».
Tras doce años siendo la canciller de Alemania, Angela Merkel será seguro reelegida para otros cuatro años. Como líder del país más estable económica y políticamente entre los países europeos más grandes, es difícil retarla. Incluso más después de que desmostarse ser capaz de cambiar sus opiniones dependiendo de la opinión pública, y la oportunidad política con el aplomo más desarmador.
¿Por qué Merkel ganará (casi seguro)?
Primero, las encuestas. El sistema representativo alemán hace que sea mas fácil que en Estados Unidos o Reino Unido traducir las intenciones en prospectivos escaños y por lo tanto la distribución del poder. Al mismo tiempo dificulta predecir las coaliciones de partidos que finalmente formarán el gobierno.
Las encuestas de los meses recientes le otorgan consistentemente al centro-derecha (la CDU de Merkel y su partido hermano en Babaria CSU) una clara ventaja con entre el 37 y 40% de los votos. Su actual compañero de la «gran coalición», los socialdemócratas de centro-izquierda (SPD) están pasándolo mal para no bajar el resultado de los dos últimas caídas históricas de 23 y 26% en 2009 y 2013, respectivamente. Es probable que cuatro partidos más entren en el Bundestag, cada uno con entre un 7 y un 10%: el partido populista de derechas «Alternativa por Alemania» (AfD); un partido populista de izquierdas «Die Linke» (La Izquierda); el partido de los Verdes y los Demócratas Liberales (FDP). Solo hay una posibilidad para que Merkel no sea reelegida: una coalición dura de izquierdas encabezada por el SPD, Linke y los Verdes. Los números parecían sumar al principios de este año cuando la denominación del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, como rival de Merkel llevó a una sorprendente y dramática subida en las encuestas de los socialdemócratas. Pero la «Schulzmanía» se disolvió pronto después de que el SPD perdiese tres elecciones estatales seguidas. Schulz tuvo quizá su última oportunidad el domingo 3 de septiembre cuando tuvo lugar el único debate televisado. Pero tanto las encuestas como la mayoría de observadores del cara a cara televisivo concluyeron que Angela Merkel había ganado el debate, dado que Martin Schulz no pudo establecer con claridad por qué el país necesitaba un cambio político. La batalla del socialdemócrata de llorar «más justicia social» podía difícilmente hacer hervir la sangre de la sociedad alemana en un tiempo en el que el empleo está en un récord alto, las pensiones están a la alza, y el gasto social nunca ha sido más generoso. Tras las transferencias sociales, la desigualdad social ha disminuido también en vez de crecer.
¿cuál es el origen de su popularidad?
Una razón profunda para la popularidad mantenida de Merkel es su flexibilidad política. Esto puede ser maldecido como «oportunismo sin valores» o alabado como «sensatez para cambiar las necesidades y opiniones», pero sus cualidades como una estratega dotada le han servido bien. Estas tácticas apuntan a una «desmovilización asimétrica»: peticiones populares sociales, medioambientales o de derechos sociales de la oposición han sido rápidamente avaladas por la participación general de Merkel, pero principalmente por los partidos de sus adversarios. Su último giro de 180º en matrimonio homosexual (el cual el SPD, FDP y los Verdes definieron como prerequisitos para charlas sobre la coalición) muestra puramente esto: Merkel se rindió ante un apresurado voto de conciencia en estos asuntos del Bundestag, la izquierda lo ganó. Los conservadores, ella incluida, pudieron registrar su opinión, y: se quitó del medio el tema.
Las alternativas de Merkel
La táctica de Merkel es la de crear un margen de maniobra cuando se trata de elegir compañero de coalición. Y puede no haber más de cuatro opciones, pero ninguna de ellas es la fácil.
1. Otra «gran coalición» con el SPD como compañero junior. Ambos ven esto como un «último recurso». Y bien puede serlo: las grandes coaliciones llevan a una gran frustración de sus constituyentes, quienes ya no ven representados su valores. Las grandes coaliciones pueden crear hondas democráticas que lleven a la racionalización de los extremos.
2.Una coalición de Centro-derecha/ Liberal: la CDU/CSU y el FDP han formado coaliciones en otras ocasiones en las que el FDP ha promovido libertad económica y libertades sociales. La última coalición con Merkel, sin embargo, no terminó bien para los Liberales; fueron expulsados del parlamento federal. De ahí que el FDP muestre poco y no prometa apoyo a Merkel durante la campaña. Pero si dan los números: éste sería el compañero más natural para Merkel.
3.Si no, una coalición Centro-derecha/Verde es otra opción. Aunque se ha intentado con cierto éxito a nivel estatal y comunitario, una coalición tal sería difícil de manejar y podría fácilmente resquebrajar el ala fundamentalista de izquierdas de Los Verdes.
4.La coalición Jamaica (por los colores negro, amarillo y verde) en la que ambos los Verdes y el FDP se necesitarían para asegurar la reeleción de Merkel y dejar al SPD fuera. Esta representaría un reto aún mayor para todos los partidos involucrados por lo tanto es el escenario menos probable.
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