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Bernardino León: «Sin un acuerdo político en Libia, la operación contra las mafias no tendrá éxito»

Bernardino León. Enviado especial de la ONU en Libia

La Razón
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Bernardino León tiene la difícil tarea de promover la estabilidad en Libia, el país norteafricano que se ha sumido en una guerra civil tras su Primavera Árabe. Una de las consecuencias –o tan sólo la punta del iceberg del caos que reina– es el auge de las mafias y el tráfico de personas en las costas libias. Paliar la inmigración y evitar más muertes en el Mediterráneo entró entre las prioridades de la Unión Europea por fin el mes pasado y ya sobrevuela una intervención militar sobre Libia a petición de Bruselas. León, enviado especial de la ONU a Libia, matizó a los medios de comunicación, después de su ponencia en el seminario sobre política de vecindad de la UE organizado por el Club de Madrid, el Real Instituto Elcano y Letonia, que «se plantea una movilización, no una intervención militar». «Será en el mar. No va a llegar a tierra, se trata de medios militares para, en primer lugar, tratar de salvar vidas. Creo que es la gran preocupación de las sociedades europeas, que miles de personas no mueran en el mar. Usar los recursos militares y policiales para detener a esas mafias que trafican con vidas humanas, amenazan nuestros valores, pero también la seguridad, en la medida en que los terroristas del Estado Islámico (EI) pudieran utilizar esas redes de tránsito».

El Ramadán, 27 de junio, es una fecha límite «realista» para llegar a un plan de paz entre Trípoli y Tobruk y evitar el vacío de poder. El tiempo apremia y el diplomático reconoce que «el acuerdo político en Libia no es fácil por la fragmentación y la profundidad de la división de los distintos actores y va a ser muy complicado». Aun así, «no perdemos la esperanza, vamos a hacer una nueva propuesta y ver cómo reaccionan las partes».

León insistió en que «sin una solución política será muy difícil» que la operación contra las mafias de la UE tenga éxito, «porque en Libia todos o gran parte de los recursos de seguridad se destinan a la guerra civil: no hay control de las fronteras, ni en las vías de tránsito ni en los puertos de salida. Las mafias encuentran un país prácticamente abierto para poder operar. No son un problema para estos actores que luchan en la guerra civil: son un problema para nosotros. Por tanto, hay que buscar esa solución política». Para León, en este complejo puesto desde 2014, la clave es «tratar de construir un Estado en Libia y que ese Estado ponga los medios necesarios para el control de fronteras». Obviamente, «aunque se firmara la paz, no se trata de una cuestión de tres días. Es un asunto que requerirá tiempo, muchos medios a disposición y probablemente la presencia de europeos en Libia, como ya se planteó hace tres años con la misión de fronteras de la UE».

Sobre la irrupción de los terroristas del EI en Libia, a pesar de ser una enorme preocupación, el diplomático confesó que paradójicamente está sirviendo de «factor unificador». «En el pasado sólo estaban en el este del país. Era un problema para los actores militares en Darna y Bengasi». Ahora que «están muy activos en Sirte», el EI se ha extendido hacia el oeste, «se están produciendo choques con milicias del oeste libio». Por tanto, quienes luchaban (entre este y oeste) «han encontrado un enemigo común». Según León, éste podría ser un factor que ayudará, pues «les hace pensar a ambos que tienen que concentrarse en esa amenaza que podría complicar la creación de un Estado en Libia».