Elecciones
Bolsonaro alienta el ruido de sables en Venezuela
El candidato ultra aboga por un cambio de alianzas en la región y propugna el fin del madurismo.
El candidato ultra aboga por un cambio de alianzas en la región y propugna el fin del madurismo.
El ultraderechista Jair Bolsonaro ya se ve presidente. La última encuesta de Ibopé le da un 57% de votos (dos puntos menos que la semana pasada) frente al 43% de su rival Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores. El ex capitán del Ejército, al frente del Partido Social Liberal (PSL), ha dicho que si gana en las urnas su gobierno se acercará a Estados Unidos, Israel e Italia. En Latinoamérica pretende formar una alianza de gobiernos conservadores.
Según ha revelado el diario “Folha de Sao Paulo”, Bolsonaro ha mantenido ya contactos con los presidente de Argentina, Mauricio Macri, y de Paraguay, el también ex capitán Mario Abdo Benítez. Asimismo, su equipo se ha reunido con diputados conservadores chilenos. El propio presidente chileno, Sebastián Piñera, alabó recientemente el programa económico de Bolsonaro. El objetivo sería crear “una alianza liberal” para avanzar hacia una integración de los países de América del Sur “que estén libres de dictaduras”, según el periódico brasileño.
Eduardo Bolsonaro, hijo del candidato, ha dicho que hay que enviar “una acción humanitaria” a Venezuela para “derrocar” a Nicolás Maduro. Según Haddad, si gana su rival “se puede entrar en una escalada armamentista” en la región que podría desembocar en una guerra contra Venezuela. El candidato petista afirmó que “el fascismo” se puede instalar en Brasil y poner en riesgo la estabilidad de la región. “Los vecinos ya están en alerta, todo el mundo están prestando atención a Brasil. Eso puede debilitar la posición de Brasil”.
La campaña de Bolsonaro ha usado la crisis de Venezuela como arma electoral. “Las personas de bien de Brasil quieren dejar atrás el socialismo, no quieren un régimen como el de Venezuela. Quieren una economía liberal y proteger los valores familiares. No queremos que Brasil sea mañana lo que Venezuela es hoy”, dijo recientemente.
Al mismo tiempo, sus seguidores están usando las redes sociales para hacer creer que si gana el izquierdista Haddad, Brasil avanzará hacia “una venezonalización”. Para ello han difundido imágenes de supermercados vacíos de Caracas y de policías cargando contra la población civil en las manifestaciones.
Tampoco ha jugado a favor de Haddad la llegada de miles de venezolanos a Brasil a través del estado de Roraima, en el norte, donde en agosto se establecieron campos de refugiados con antichavistas que llegaron huyendo de la crisis de su país. Los roces con los locales dieron lugar a protestas de los vecinos de la localidad de Paracaima, puerta de entrada para el exilio venezolano. El Gobierno federal de Brasilia mantuvo las puertas para los que huyen del hambre, pero las críticas ante esa ola migratoria han caldeado las posturas.
Haddad no ha criticado abiertamente al régimen de Maduro, pero ha dicho que si vence este domingo no se va a alinear con gobiernos autoritarios y ha expresado que Venezuela no se puede definir como una democracia puesto que vive un conflicto interno. Durante los gobiernos de Lula da Silva, Brasil cooperó con el entonces presidente Hugo Chávez. Al principio de la revolución chavista, en 1999, hasta el propio Bolsonaro dijo en una entrevista que el comandante recién llegado al poder en Caracas “era una esperanza para América Latina”.
El diputado Luiz Philippe de Orleans, uno de los nombres que más suenan para dirigir la política exterior brasileña si ganara Bolsonaro, aseguró en una entrevista a la agencia Sputnik que “el problema número uno de Brasil es Venezuela. Para resolverlo hay que sacar a Nicolás Maduro del poder, y que Venezuela no sea más una dictadura”. El diputado del PSL añadió que se podría comenzar a limitar el acceso de venezolanos y, aunque sería la última opción, no descartó una intervención “gradual” en ese país financiado a los opositores.
Carlos Malamud, investigador principal del Instituto Elcano, asegura que “de momento” descarta que Brasil apoye una intervención militar en Venezuela. “Brasil no se sumó a la iniciativa de varios países de la región de llevar a Venezuela ante el Tribunal Penal Internacional”, asegura Malamud, quien añade que Caracas tiene “una deuda importante con Brasil que debe pagar”, por lo que “serán cuidadosos”.
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