Brexit

Boris Johnson suspende el Parlamento y acelera el «Brexit salvaje»

La reina autoriza esta medida excepcional que pretende evitar que los diputados bloqueen una salida de la UE sin acuerdo. El presidente de los Comunes protesta: «Es un escándalo constitucional».

Boris Johnson junto a la reina Isabel II en una Audiencia /Efe
Boris Johnson junto a la reina Isabel II en una Audiencia /Efelarazon

La reina autoriza esta medida excepcional que pretende evitar que los diputados bloqueen una salida de la UE sin acuerdo. El presidente de los Comunes protesta: «Es un escándalo constitucional».

El anuncio del cierre de Westminster durante cinco semanas crea una crisis institucional sin precedentes en Reino Unido. Con el cierre del parlamento, Johnson frena los intentos de la oposición de evitar un Brexit sin acuerdo y limita el ya de por sí escaso margen de maniobra de la oposición para evitar la salida abrupta de la Unión Europea por la vía legislativa. El parlamento que debía reabrir sus puertas el 6 de septiembre, no lo hará hasta el 14 de octubre, es decir, a apenas quince días de la fecha límite para la salida de la Unión.

En una carta remitida a los parlamentarios, Johnson declaró la necesidad de «sacar adelante una ambiciosa agenda legislativa» como prerrogativa para cerrar el Parlamento. Insistió en que a pesar de la prórroga, los parlamentarios dispondrán de un «tiempo suficiente» para poder debatir el Brexit antes de la celebración del Consejo Europeo del 17 y 18 de octubre.

Una vez puesta la Cámara en sobreaviso, Johnson se reunió con Isabel II y su equipo de asesores en su residencia de Balmoral (Escocia) para poner en marcha el tradicional procedimiento de prórroga. La Reina disponía de poco o ningún margen para romper la neutralidad que ha caracterizado sus 67 años de reinado. Y aunque algunas voces preveían que dadas las excepcionales circunstancias podría haber rechazado la propuesta, ha mantenido la tradición de acatar un requerimiento del primer ministro para suspender el Parlamento.

La prórroga, que desde 1980 nunca ha durado más de una semana, no solo ha causado una ola de indignación a lo largo y ancho de la Cámara de los Comunes, también ha aumentado la brecha ya existente en el partido Conservador. Sin ir más lejos, se espera que Ruth Davidson renuncie como líder del partido conservador escocés debido a sus diferencias irreconciliables con Boris Johnson sobre el Brexit.

El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow ha declarado que la medida es un «atropello constitucional» y que, aunque se «disfrace», este movimiento pretende «impedir al Parlamento que debata sobre el Brexit y que cumpla con su deber».

El que fuera ministro de Economía del Gobierno de Theresa May, Philip Hammond, firme opositor al Brexit caótico, tampoco ha tardado en posicionarse en contra. «Sería profundamente antidemocrático evitar que la Cámara ejerza su función de control al Gobierno durante una situación de crisis nacional como la actual».

Por su parte, el líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, ha ido más allá, exigiendo una reunión con la reina para revertir el retraso, alegando que la monarquía se está posicionando directamente contra la mayoría en los Comunes. «El plan de prórroga del primer ministro aplasta la democracia», aseguró. La también laborista, Diane Abbott, indicó que esta medida representa «un golpe contra el Parlamento» ya que le arrebata la voz al pueblo.

La petición de los laboristas a la reina, también apoyada por el partido Liberal Demócrata, llega demasiado tarde para cambiar la situación. Más bien, la prórroga aumenta la presión sobre Corbyn para llevar a cabo un voto de confianza contra Johnson y situarse como primer ministro interino.

La medida, sin embargo, carece de apoyos suficientes, y los esfuerzos se están centrando en agotar las vías legales. Un plan que ya comenzaron a establecer el pasado martes, en una reunión con los principales partidos de la oposición. Por otro lado, un grupo que aglutina a unos 70 parlamentarios de todos los partidos también contempla recurrir a los tribunales para que eviten la suspensión.

La medida también ha conmocionado a la sociedad británica y se han convocado manifestaciones en el centro de Londres. Una petición pública reclama aplazar la suspensión parlamentaria solicitada por el «premier» ha recabado ya 500.000 firmas, por encima del umbral de 100.000 que obliga a la Cámara de los Comunes a debatir durante un pleno. Por ley, el Gobierno está obligado a responder a este tipo de iniciativas si suman al menos 10.000 firmas y, si la solicitud alcanza los 100.000 apoyos, es la Cámara de los Comunes quien tiene que someterla a debate.

La libra esterlina también ha sucumbido al terremoto político, como ya es habitual. La moneda cayó minutos después de conocerse la prórroga. Contra el euro, la moneda británica se acercaba a mínimos en una década. De este modo, en lo que va de año la moneda británica se ha depreciado un 4,2% respecto del dólar y un 0,8% en relación al euro.

El único que ha aplaudido este movimiento es Trump, quien en su cuenta de Twitter dijo que «Johnson es exactamente lo que el Reino Unido estaba buscando». Y el protagonista de la jugada, Johnson niega poner trabas al proceso. En una entrevista a Sky News declaró: «Eso es completamente, falso. Estamos presentando un nuevo programa legislativo sobre delincuencia, hospitales, asegurándonos de tener los fondos educativos que necesitamos».

Pero medios como el «Financial Times» avanzan que con esta táctica, Johnson estaría ya sentando las bases de su campaña para las posibles elecciones generales del 7 de noviembre. En caso de que la Camara pudiera parar el Brexit, la campana se centraría en «la voluntad del pueblo contra el parlamento». Una estrategia que hasta ahora ha funcionado bien en los sondeos. Sin embargo, llegados a este punto, y con Johnson dispuesto a traspasar fronteras que nadie había traspasado antes, el desenlace Brexit se torna absolutamente impredecible.

La libra se desploma ante la petición de Boris Johnson de suspender el Parlamento