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Supervivencia

La Bóveda del Fin del Mundo: así es el espacio más importante de la Tierra

Existe un lugar escondido bajo el hielo ártico que puede ser la última esperanza de la humanidad

Situada bajo el Ártico, la Bóveda del Fin del Mundo es muy importante para la supervivencia del ser humano Dreamstime

Existe un lugar escondido bajo el hielo ártico que puede ser la última esperanza de la humanidad. Un almacén indestructible que guarda la clave para reiniciar la civilización si el mundo tal y como lo conocemos llegara a su fin.

El 23 de octubre de 2020, la popular marca de galletas Oreo sorprendió con una campaña tan curiosa como inquietante: había construido un búnker en el Ártico. En su interior, guardaron la receta original de sus galletas, varias unidades envasadas en mylar y leche en polvo. ¿El motivo? Prepararse para un posible apocalipsis.

La campaña, titulada "Oreo. For All Humankind", apelaba a la creciente conciencia colectiva sobre un posible colapso global. El búnker estaba diseñado para resistir radiación, terremotos o incluso impactos de asteroides. Pero lo verdaderamente interesante no fue la campaña en sí, sino el lugar donde decidieron levantar su refugio: justo al lado del espacio más importante del planeta.

La Bóveda Global de Semillas: el auténtico búnker del futuro

En una loma helada del archipiélago noruego de Svalbard, a más de 1.000 kilómetros del Círculo Polar Ártico, se alza una estructura de hormigón larga, estrecha e inclinada. Su aspecto recuerda a un monolito alienígena o una baliza perdida en la nieve, con una luz azul que nunca se apaga.

Pero lo realmente importante no está en el exterior. Tras cruzar su puerta, comienza un largo túnel excavado en el permafrost que conduce a tres cámaras subterráneas. Allí se encuentra la Bóveda Global de Semillas, también conocida como la Bóveda del Fin del Mundo.

¿Qué guarda exactamente esta bóveda?

Ni oro, ni documentos secretos, ni tecnología avanzada. Lo que contiene este lugar son semillas. Millones de semillas. Su objetivo: preservar muestras de todas las especies vegetales comestibles —y muchas no comestibles— del planeta.

Es decir, el archivo genético de la vida vegetal en la Tierra.

Desde 2008, el gobierno de Noruega impulsa este proyecto con una finalidad clara: proteger la biodiversidad agrícola del planeta ante cualquier amenaza global, ya sea natural o provocada por el ser humano.

¿Por qué en Svalbard?

El lugar no fue elegido al azar. Svalbard reúne una serie de condiciones que lo hacen perfecto:

  • Está ubicado en una zona neutral y desmilitarizada desde hace más de medio siglo.
  • Su clima es extremadamente frío y estable durante todo el año.
  • El suelo es permafrost, lo que garantiza temperaturas bajo cero constantes.

Además, la bóveda no está construida sobre el terreno, sino excavada en él, lo que refuerza su seguridad. A modo de extra, el recinto cuenta con un sistema de refrigeración artificial capaz de mantener temperaturas de hasta -18 ºC para garantizar la máxima conservación de las semillas.

Un congelador para el futuro

El interior es todo lo contrario a lo que se podría imaginar. Nada de salas futuristas o laboratorios brillantes. La bóveda es un almacén austero, silencioso y perfectamente organizado. Lo que importa aquí no es el diseño, sino su capacidad de resistir terremotos, erupciones volcánicas o incluso un impacto nuclear.

En caso de que una catástrofe global destruyera las cosechas del planeta, las semillas de Svalbard podrían usarse para regenerarlas desde cero. No porque se puedan plantar directamente, sino porque contienen el material genético necesario para recrearlas.

Un faro en la noche ártica

Junto a la Bóveda Global de Semillas se encuentra el Arctic World Archive, otro proyecto que pretende conservar el conocimiento humano en formato digital. Ambas instalaciones estarán conectadas a través de un nuevo centro de visitantes llamado The Arc (El Arca), diseñado por el estudio Snohetta.

Pero lo que queda grabado en la memoria es esa puerta azul, iluminada en mitad del hielo. Un símbolo silencioso que nos recuerda que, mientras el mundo corre hacia un futuro incierto, hay un pequeño rincón del planeta donde se protege la vida con la esperanza de volver a empezar.

Este contenido está basado en un hilo publicado por el divulgador Pedro Torrijos en su perfil de X (antes Twitter), donde relata con su estilo característico todos los detalles sobre la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, su construcción, su importancia y el curioso búnker de Oreo.