Política

Turquía

Çetin Cem Yilmaz: «No es una revolución. Los jóvenes quieren ser escuchados»

Çetin Cem Yilmaz: «No es una revolución. Los jóvenes quieren ser escuchados»
Çetin Cem Yilmaz: «No es una revolución. Los jóvenes quieren ser escuchados»larazon

Çetin Cem Yilmaz es un joven periodista que escribe para el diario turco «Hurriyet» (libertad). Ha informado sobre las protestas relacionadas con la demolición del parque Gezi desde su comienzo, antes de que estallara la actual crisis y antes de que tuvieran cabida en los medios turcos más grandes y en los internacionales. En la última semana, el parque y la plaza Taksim son su lugar de trabajo, y también su vida.

–¿Esto es una revolución o simplemente un movimiento ciudadano?

–Los manifestantes no quieren hacer una revolución, quieren ser escuchados, poder contribuir en el proceso de toma de decisiones y que Erdogan no sea el que decida por todos. Piden su dimisión pero saben que eso no ocurrirá, es más bien simbólico pues saben que son una minoría. Esto es muy positivo porque por primera vez vemos vida política en Turquía desde el golpe de Estado militar de los 80 y los jóvenes que están saliendo a la calle eran considerados una generación apolítica y también apática, pero están demostrando que no es así.

–¿Qué papel podría tener el Ejército?

–Ahora mismo no puede ni tiene la voluntad de intervenir, porque uno de los logros de Erdogan fue el de apartar al Ejército de la vida política y quitarle bastante poder, lo cual fue un éxito para la democracia.

–¿Y el presidente?

–Erdogan le hace sombra y hay una cierta tensión entre ambos, y por ello el presidente no puede intervenir aunque ha tratado de calmar los ánimos.

–¿Cuál es el perfil de los manifestantes?

–El movimiento es sobre todo de la clase media y alta de las ciudades, y no es un movimiento laico contra los islamistas, sino en contra de Erdogan y su forma de control.

–¿Qué importancia han tenido las redes sociales?

–Todo se canalizó a través de las redes, porque los medios de comunicación no estaban prestando atención a las protestas. El descontento viene de mucho tiempo atrás porque en los últimos años una parte de la población estaba sintiendo la presión del Gobierno, en su estilo de vida.

–¿Hubo un punto de inflexión?

–Sí, el 1 de mayo, porque prohibieron manifestarse y la Policía reprimió de forma muy brutal a los que lo hicieron. Pero el Gobierno lleva silenciando y reprimiendo desde hace tiempo, no sólo con el uso de la fuerza. En su primer mandato, no fue tan evidente, pero tras de la reelección y después de 11 años en el poder, el Gobierno y Erdogan se sienten muy fuertes. Erdogan ha empezado a decidir sobre todos los asuntos: lo que él decide se lleva a cabo, es muy personalista y despótico.