Guerra en Gaza
Israel toma el control del paso de Rafah con Egipto
Mientras se negocia la tregua, el Ejército israelí lanza una operación limitada en el enclave palestino que acoge a un millón de refugiados
Tanques israelíes entraron y tomaron este martes el paso de Rafah del lado de Gaza, el cruce de 3.5 kilómetros que une el enclave palestino con Egipto. El Ejército israelí comunicó que sus operaciones militares en la zona van a ser limitadas y específicas. Las autoridades sanitarias de Gaza dirigidas por Hamás informaron sobre al menos 21 personas fallecidas por fuego israelí en lo que va de incursión terrestre en el enclave palestino. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), por su parte, comunicaron que tropas de infantería y del Ejército del aire habían destruido «infraestructura subterránea de Hamás en el área del cruce, tres entradas a túneles y eliminado a unos 20 terroristas».
Israel anunció también que estaba ampliando la zona segura en Mawasi, un área agrícola en la costa entre Jan Yunis y Rafah, con el objetivo de alentar a los habitantes a trasladarse allí. Pero tanto los palestinos en Gaza como las organizaciones internacionales se quejaron de que el lugar carece de la infraestructura necesaria para absorber a una gran cantidad de personas desplazadas de los campamentos de Rafah. También denunciaron que los bombardeos israelíes sobre el enclave dificultan la evacuación de la población civil.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos se pronunció por primera vez desde que las fuerzas israelíes tomaron el control del cruce entre Egipto y Gaza reiterando la opinión de la Administración Biden en contra de una operación en aquella ciudad. «Seguimos creyendo que un acuerdo sobre los rehenes es lo mejor para los pueblos israelí y palestino; traería un alto el fuego inmediato y permitiría una mayor asistencia humanitaria a Gaza», comunicó el portavoz estadounidense. La misma postura había mantenido el lunes el presidente Joe Biden en una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Por su parte, las familias de los rehenes salieron a manifestarse nuevamente y pidieron a Estados Unidos y otros actores que presionen a Israel para que llegue a un acuerdo con Hamás para el regreso de los suyos. «En este momento crucial, mientras está sobre la mesa una oportunidad tangible para la liberación de los rehenes, es de suma importancia que su gobierno manifieste su firme apoyo a tal acuerdo», afirmó el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas en un mensaje enviado a los embajadores de todos los países con ciudadanos entre los rehenes capturados por Hamás el 7 de octubre.
El anuncio de Hamás de aceptación de la última propuesta de los mediadores sobre un acuerdo para liberar a los rehenes israelíes pareció tomar por sorpresa al Gobierno de Netanyahu la noche anterior. En los últimos días reinaba la sensación de que las negociaciones en El Cairo no iban hacia ningún lado, con cada una de las partes enfrentadas enrocada en sus exigencias. Así, el lunes amaneció con el Ejército israelí instando a unos 100.000 palestinos a evacuar sus hogares en los límites orientales de Rafah, en lo que parecían ser los preparativos para la tan anunciada invasión de la ciudad. Pero luego vino el giro de Hamás, que al anochecer notificó su decisión a los mediadores egipcios y qataríes.
En el lado israelí hubo silencio. Un escueto «recibido» y «lo estamos revisando, aunque no parece ser el texto que habíamos aprobado». Según una fuente no israelí relacionada con las negociaciones, el texto que aprobó Hamás fue redactado por Estados Unidos y Qatar sobre la base de una propuesta egipcia que Israel ya había aprobado. Sin embargo, fuentes políticas israelíes dijeron que Egipto y Estados Unidos podrían haber llegado a un entendimiento a espaldas de Israel para actualizar la propuesta egipcia que Israel aceptó hace dos semanas. Lo que parece que ha sucedido es que los mediadores han mediado, ofreciendo a Hamás una propuesta que Israel ya había aceptado, pero con algunos cambios.
Sobre los puntos en conflicto, el diario Haaretz detalló cuatro. Por ejemplo: Israel pidió que Hamás liberase a 33 rehenes vivos en la primera fase del acuerdo. En la versión de Hamás, la primera fase incluye 33 cautivos «vivos o muertos», sin especificar cuántos regresarán vivos. Además, Israel pidió que Hamás soltase tres rehenes cada tres días y Hamás propone soltar tres cada semana. Hamás dijo que está dispuesto a recibir menos en el intercambio de cadáveres. Al parecer, Israel no se opone a estos extremos, salvo a que los 33 rehenes los quiere vivos. Otros dos puntos podrían causar discordia: que Israel no podrá vetar a los prisioneros palestinos que serán intercambiados, tampoco a aquellos que sirven condena por haber matado israelíes, y segundo que las FDI tendrán que retirarse del centro de Gaza y los gazatíes podrán moverse libremente del norte al sur.
Las especulaciones sobre por qué seguir adelante con este ataque a Rafah son básicamente dos: porque Netanyahu prefiere una incursión terrestre a un pacto diplomático que le impida cualquier operación militar ulterior en Gaza o porque pretende forzar a Hamás a que llegue a un pacto de este modo. La oficina del ministro de Defensa, Yoav Gallant, estudia planes para operaciones adicionales en Gaza.
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