
Amenazas
China aumenta su presión militar en Taiwán como desafío a Trump y su política de defensa
China rodea la isla en unas maniobras militares con decenas de barcos y aviones y Taipei responde activando sus sistemas de defensa
China emitió otra contundente advertencia este martes, al afirmar que cualquier intento de Taiwán por avanzar hacia la independencia culminará en un “conflicto armado”, en medio de ambiciosos simulacros militares conjuntos que involucraron a las fuerzas terrestres, navales y de misiles del país, diseñados para practicar el bloqueo de la isla democrática. El régimen de Xi Jinping calificó este despliegue como una “advertencia severa” dirigida a los líderes “separatistas” de Taipéi. En un tono agresivo, Pekín no dudó en utilizar insultos, tildando al presidente taiwanés, William Lai, de "parásito", en un intento flagrante por desprestigiar su administración y reforzar su narrativa sobre la soberanía de China.
Ante la creciente amenaza representada por la flota china, Taiwán respondió con el despliegue de sus buques de guerra, en un esfuerzo por salvaguardar su soberanía. La armada china, ya posicionada estratégicamente cerca de la costa taiwanesa, plantea de nuevo un desafío inminente a la seguridad de la isla, que continúa siendo un foco de contención en la política asiática.
La reciente escalada de actividades militares del Ejército Popular de Liberación (EPL) está generando alarmas en Taipéi. El Ministerio de Defensa de la isla reportó la participación de 19 buques de guerra chinos en maniobras en aguas adyacentes entre el lunes y el martes, destacando estas acciones como las más extensivas registradas hasta el momento. Un punto crítico en esta situación fue la incursión del portaaviones Shandong en la zona de respuesta taiwanesa, un área que se extiende más allá de las aguas territoriales de la isla y que es objeto de vigilancia constante por parte de las fuerzas armadas locales para interceptar movimientos hostiles. Se confirmó que el Shandong se acercó a solo 24 millas náuticas de la costa taiwanesa, estableciendo un récord en proximidad a la línea costera.
Los guardacostas chinos justificaron sus maniobras al calificarlas de "acciones concretas para ejercer la jurisdicción y el control legítimos sobre la isla bajo el principio de una sola China". En una representación cartográfica, indicaron que tres flotillas estaban operando activamente.
El despliegue chino ha llevado al líder taiwanés a intensificar los esfuerzos para mejorar la preparación militar y civil del territorio ante la inminente amenaza de una agresión china. Lai, quien el mes pasado describió al gigante asiático como una "fuerza extranjera hostil", ha enfatizado la imperiosa necesidad de fortalecer las defensas nacionales frente al espionaje y las infiltraciones provenientes del continente. Taipéi rechaza las reivindicaciones territoriales de Pekín y afirma que no necesitan declarar la independencia porque ya es un Estado en funcionamiento con derechos democráticos.
En esta ocasión, el EPL anunció que sus fuerzas navales, aéreas, terrestres y de misiles estaban realizando ejercicios destinados a "la toma del control integral, ataques a objetivos marítimos y terrestres, así como operaciones de bloqueo". Este belicismo, que revela la postura agresiva de Pekín, es parte de una estrategia más amplia para consolidar su dominio sobre Taipéi y desafiar su soberanía.
Paralelamente, la Guardia Costera china informó sobre la implementación de "patrullas de aplicación de la ley", orientadas a llevar a cabo inspecciones, interceptaciones y detenciones de "embarcaciones injustificadas". Este incremento en la actividad militar y de patrullas en el entorno taiwanés, con incursiones casi diarias de aeronaves y buques del EPL en zonas adyacentes a la isla, evidencian un patrón sistemático de presión y asedio.
El secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Taiwán, Joseph Wu, arremetió contra estos simulacros, calificándolos de "temerarios" e "irresponsables". Según Wu, estas acciones no solo representan una amenaza directa a la isla, también ponen en peligro la paz y la estabilidad de toda la región. "Estas maniobras carecen de justificación, violan las leyes internacionales y son completamente inaceptables", afirmó Wu a través de un mensaje en la plataforma social X. "Las democracias del mundo deben alzar su voz y condenar a China por su papel como alborotador", añadió, subrayando la necesidad de una respuesta unificada ante el creciente militarismo chino.
Los últimos juegos de guerra se llevaron a cabo poco después de un informe revelado por The Washington Post, que el domingo dio a conocer que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha revisado la estrategia militar del país para centrar sus esfuerzos en disuadir a China de una posible invasión a Taiwán y fortalecer la defensa nacional. Ante la limitación de personal y recursos, El informe clasificado sugiere que el Pentágono "asumirá riesgos" en Europa y otras regiones para alcanzar este objetivo crucial.
El documento está marcado como "secreto/sin acceso a extranjeros" en varias de sus secciones y fue distribuido al personal del Departamento de Defensa en marzo, con la firma de Hegseth. Este marco operativo se alinea con la visión de Trump, que prioriza la preparación para un conflicto potencial con Pekín mientras se protegen los intereses regionales estadounidenses, que abarcan desde Groenlandia hasta el Canal de Panamá.
El reporte destaca que la nueva estrategia del Pentágono para Taiwán incluye el incremento de despliegues de submarinos, bombarderos, drones navales y fuerzas especiales del Ejército y el Cuerpo de Marines. Adicionalmente, plantea reforzar la defensa de las instalaciones militares estadounidenses en el Indo-Pacífico, incorporar suministros y mejorar la logística operativa en la región. Aunque enfatiza el compromiso de disuadir una invasión china, también advierte sobre la necesidad de "presionar" a Taiwán para "incrementar significativamente" su presupuesto de defensa, poniendo de relieve la cuestión de la autosuficiencia en la defensa nacional.
Debido a las restricciones operativas, el Pentágono ha comunicado que asumirá riesgos en otros teatros de operaciones, instando a sus aliados en Europa, Oriente Medio y el Este asiático a aumentar sus gastos en defensa para hacerse responsables ante las amenazas emergentes de Rusia, Corea del Norte e Irán. Con esta reorientación estratégica, la Casa Blanca reafirma su compromiso de mantener la estabilidad en la región del Indo-Pacífico, mientras enfrenta los desafíos geopolíticos planteados por un régimen chino cada vez más asertivo
Por otro lado, el Instituto Americano en Taiwán, que opera como la embajada de facto de Estados Unidos en la isla, ha subrayado la voluntad de Washington de "seguir apoyando a Taiwán frente a la constante campaña de presión militar, económica, informativa y diplomática china". A pesar de que Washington es el único dispuesto a respaldar activamente la seguridad taiwanesa, la crítica de la administración Trump hacia Taipéi, acusándola de aprovecharse de la protección defensiva estadounidense y de "robar" tecnología del sector de semiconductores, revela las complejidades de la relación bilateral. No obstante, tales críticas no han mellado su compromiso estratégico con la defensa del territorio. El instituto condenó enérgicamente las recientes demostraciones de fuerza de Pekín, y resaltó la falta de justificación para las intimidaciones sentenciando: "Una vez más, China ha probado ser un actor irresponsable que no tiene reparos en poner en riesgo la seguridad y la prosperidad regional".
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