
Asia
Cientos de parejas del mismo sexo en Tailandia formalizan su unión bajo la histórica ley de matrimonio igualitario
Se une a los 37 países donde es legal el matrimonio homosexual
Con el potente repique de las campanas de boda resonando, cientos de parejas LGBT+ han dado el «sí, quiero» este jueves en la vibrante Bangkok, que se enorgullece de tener una de las comunidades más grandes y visibles de Asia. Este momento histórico marca la legalización del matrimonio igualitario en Tailandia, y establece al país como pionero en el sudeste asiático en hacerlo, mientras que en naciones como Indonesia, Malasia o Brunéi los derechos de las minorías sexuales siguen en retroceso. Las banderas del arcoíris ondearon con fuerza, y una majestuosa alfombra se desplegó para recibir a los novios. Con actuaciones de artistas de renombre y "drag queens" que encendieron el escenario, esta ocasión sea ha convertido en un evento inolvidable que no solo celebra el amor, sino que también desafía las normas y reivindica los derechos en una región que aún enfrenta serias dificultades.
La entrada en vigor de la nueva ley matrimonial, aprobada el año pasado con un apoyo abrumador en el Parlamento, elimina cualquier referencia al género, garantizando así la igualdad de derechos para todas las parejas, independientemente de su orientación sexual. Esta normativa no solo permite la unión legal entre parejas del mismo sexo, sino que también otorga los mismos derechos en materia de herencia, propiedad y adopción, alineándose con los principios de igualdad consagrados en la Constitución tailandesa. Este avance es un testimonio del cambio social en el territorio, donde, a pesar de la resistencia cultural, la aceptación de la diversidad sexual ha ido en aumento. Activistas y defensores de los derechos humanos celebran este momento como un paso crucial hacia una mayor inclusión y reconocimiento en la región.
Los esfuerzos por alcanzar dicha igualdad jurídica comenzaron en 2012, cuando una pareja homosexual se acercó a una oficina gubernamental en busca de una licencia de matrimonio. Sin embargo, su solicitud fue rechazada por un funcionario que invocó una cláusula del Código Civil y Comercial, el cual definía el matrimonio únicamente como la unión entre un hombre y una mujer, excluyendo así cualquier vínculo entre personas del mismo sexo. Este acto de discriminación llevó a los afectados a presentar una demanda ante el Tribunal Administrativo, argumentando que su derecho constitucional a la protección contra la discriminación por motivos de género había sido vulnerado.
A pesar de que la Corte falló en contra de la solicitud, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (NHRC) respaldó la causa, reconociendo la necesidad de avanzar hacia la igualdad matrimonial. En respuesta a esta situación, la NHRC impulsó la creación de un comité de redacción parlamentario con el objetivo de elaborar un proyecto de ley destinado a reformar el Código Civil y Comercial, buscando abordar dicha desigualdad. Sin embargo, la falta de apoyo de los partidos políticos y las agencias gubernamentales obstaculizó este esfuerzo por el cambio. La resistencia a la reforma resultó en el colapso del proyecto, evidenciando la complejidad del panorama político y subrayando la urgente necesidad de un compromiso renovado para avanzar.
Tras un largo periodo de lucha, el respaldo del Rey Maha Vajiralongkorn al Proyecto de Ley de Igualdad Matrimonial fue publicado en el Boletín Oficial el pasado 24 de septiembre, marcando un hito crucial para la legislación en este país. Esta normativa entró en vigor 120 días después de su difusión, permitiendo las nupcias a todas las personas con quien elijan, sin distinción de género. La propuesta establece la equidad legal y va más allá de intentos anteriores de crear un estatus de pareja civil exclusivo para los casamientos del mismo sexo. Ahora, estos individuos contarán con los mismos derechos y responsabilidades legales que los vínculos conyugales heterosexuales.
La iniciativa recibió un apoyo político abrumador. En marzo, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto con una votación de 400 a 10. A pesar de la tendencia conservadora del Senado, este también respaldó la ley, con 130 senadores a favor y solo 4 en contra del matrimonio igualitario. En un ambiente de euforia colectiva, los vibrantes colores del arcoíris se alzaron con orgullo mientras una Caravana del Orgullo avanzaba desde el Parlamento hasta la Casa de Gobierno. Figuras prominentes de este movimiento se unieron en una celebración conmovedora, marcando la histórica aprobación de la norma.
Este gran paso adelante en Bangkok no solo conlleva un cambio social, sino que también abre la puerta a un potencial económico considerable. Tailandia, reconocido como un destino vibrante para el turismo LGBT+, podría experimentar un auge en el interés de viajeros internacionales. Ante las barreras legales en sus países de origen, muchas parejas asiáticas podrían elegir el "País de las Sonrisas" para formalizar sus uniones, lo que podría traducirse en ingresos millonarios para los sectores turístico, hotelero y nupcial. Así, no solo se posiciona como un modelo de inclusión, sino que demuestra que los derechos igualitarios pueden ser un motor de crecimiento económico.
Qué pasa en otros países
En el complejo panorama de los derechos humanos en Asia, Taiwán se erige como un ejemplo de progreso. En mayo de 2019, se convirtió en el primer territorio en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, un logro que tuvo su origen en una decisión judicial de 2017 que declaró inconstitucional la prohibición de tales uniones. A pesar de la resistencia evidenciada en un referéndum de 2018, el Parlamento tomó una valiente decisión, marcando un precedente histórico en la lucha por la igualdad.
Nepal también ha comenzado a cambiar su narrativa. Aunque su código civil aún define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, la Corte Suprema dio un paso crucial en julio de 2023 al permitir el registro legal de matrimonios entre parejas homosexuales. Este fallo culminó en la celebración del primer matrimonio LGBT en el país, reflejando un cambio de paradigma en la jurisprudencia y la percepción social, donde la discriminación por orientación sexual es ahora prohibida.
En un estado de indecisión, Japón se encuentra en una encrucijada crucial. Como el único integrante del G7 que no reconoce formalmente estas uniones, el apoyo popular se manifiesta con una intensidad palpable. A pesar de que varias sentencias judiciales han indicado que esta omisión es inconstitucional, la inercia legislativa ha mantenido a las parejas atrapadas en una lucha incesante por la igualdad que merecen.
En China, a pesar de un creciente grado de aceptación social hacia las minorías sexuales, el colectivo LGTBI+ continúa sin derechos fundamentales como la adopción y el matrimonio igualitario. La homosexualidad fue despenalizada en 1997, pero aún enfrentan una serie de prejuicios y obstáculos significativos. En los últimos años, estos desafíos se han visto exacerbados por campañas oficiales que promueven un modelo de masculinidad tradicional, lo que ha llevado a un aumento de la discriminación y la estigmatización. Por su parte, Hong Kong ha dado un paso hacia adelante al reconocer este tipo de uniones civiles. Sin embargo, su máxima corte ha denegado el derecho al matrimonio, otorgando un plazo de dos años a las autoridades para establecer un marco legal que regule estas alianzas. A pesar de la mayoría de apoyo popular, las autoridades pro-Pekín parecen reacias a avanzar en esta dirección.
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