Colombia

Colombia afronta una tensa transición de 180 días

Las FARC temen ser atacadas en las 27 zonas donde serán recluidas

Un colombiano lee el periódico con la portada dedicada a la firma del acuerdo de paz en Cartagena de Indias, ayer
Un colombiano lee el periódico con la portada dedicada a la firma del acuerdo de paz en Cartagena de Indias, ayerlarazon

La paz ya se firmó en Colombia, pero todavía queda una extensa hoja de ruta por recorrer llena de desafíos. Tras la rúbrica, comienza la cuenta atrás, seis meses en los que, según lo pactado, la guerrilla tendrá que entregar todo su arsenal militar a las autoridades. El proceso arrancará con la confirmación de las coordenadas de las zonas de ubicación, a fin de poder garantizar que la Fuerza Pública reorganice sus tropas y permita el desplazamiento de las FARC.

Sin embargo, la entrega del armamento propiamente dicha empezará a los diez días de entrada en vigor del acuerdo entre el Gobierno y la guerrilla, con la destrucción de las armas «inestables» que no se puedan transportar a los 27 sitios donde estarán concentrados los guerrilleros de las FARC para prepararse para su reinserción a la vida civil. Estas zonas servirán de refugio para evitar que sean atacados, como sucedió con los miembros del M-19 cuando formaron un partido político en los años ochenta.

El acuerdo parcial sobre el fin del conflicto, cerrado el 23 de junio, contempla un cronograma de 180 días durante los cuales Naciones Unidas «recibirá la totalidad del armamento por parte de las FARC» para fundirlo y construir monumentos. De hecho, el lunes empezó a funcionar el Mecanismo de Monitoreo y Verificación Tripartito, integrado por representantes del Gobierno, de las FARC y la ONU, que se encargará de garantizar la transparencia del proceso de desarme y de mediar en cualquier incidente. El «componente internacional» estará integrado por 450 efectivos procedentes en su mayoría de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), si bien España aportará 22 militares, policías y guardias civiles.

El viernes comenzará el traslado de los guerrilleros de las FARC, con su armamento individual, desde los distintos campamentos que poseen en territorio colombiano a las zonas y puntos donde se concentrarán hasta su plena reincorporación a la vida civil.

A partir del próximo domingo y hasta 60 días después de la firma del acuerdo de paz, se entregará el armamento pesado para acumularlo en contenedores bajo la supervisión del mecanismo tripartito y se destruirá el material «inestable». En los 30 días siguientes, las partes esperan haber inventariado y almacenado un 30% del armamento de la narcoguerrilla; en otros 30 días, otro 30%, y en otros 30 días, el 40% restante hasta completar el cien por cien.

El día 180 –el 25 de marzo de 2017–, la guerrilla habrá completado su desarme. Toda su potencia bélica estará custodiada por el mecanismo tripartito, que la convertirá en tres monumentos: uno en la sede de Naciones Unidas en Nueva York; otro en Cuba, escenario del diálogo de paz; y otro en Colombia, en un lugar aún por decidir. Una vez el desarme sea efectivo, las leyes de amnistía y otras recogidas en los acuerdos se llevarán al Congreso para que se aprueben por la vía rápida y, entonces sí, la paz será un hecho.

En las calles de Cartagena de Indias se respira optimismo, pero también la gente exige que los compromisos entre las partes no queden en papel mojado. Por otro lado, a cuatro días de que se realice el plebiscito necesario para ratificar el acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, la intención de voto por el «sí» continúa llevando la delantera, según las últimas encuestas. Para la consultora Datexco, el 55% de los ciudadanos que afirmaron su interés por votar marcarían su apoyo al acuerdo negociado en La Habana, frente a un 36,6% del «no».

La encuesta fue realizada entre el sábado y el lunes, por lo que no refleja en su totalidad el efecto de la firma de Cartagena de Indias y la petición de perdón a las víctimas que lanzó Rodrigo Londoño «Timochenko», el jefe de la guerrilla. En cualquier caso, los expertos aseguran que los que abogan por el «no» esconden su posición. En conclusión, el domingo podría haber sorpresas.

Después de la firma de paz con las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) es la única guerrilla activa en el país. El Gobierno quiere iniciar un proceso de diálogo similar al que hubo con las FARC, pero los dirigentes de ese grupo armado no quieren liberar a los secuestrados, una condición previa impuesta por Juan Manuel Santos para dar luz verde al proceso. De momento, el ELN ha declarado una tregua este fin de semana para permitir que se vote.