Política

Extrema derecha

Cómo perder las elecciones y ganar el Gobierno

La Razón
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Por primera vez en mucho tiempo, los socialdemócratas alemanes tienen algo que celebrar. Casi tres meses después de haber cosechado su segundo peor resultado electoral desde el final de la Segunda Guerra Mundial (25,7%), el SPD ha sabido hacerse valer en las negociaciones de coalición para arrancar a Angela Merkel sus principales promesas de campaña (un salario mínimo de 8,5 euros, la doble nacionalidad para los hijos de extranjeros y el aumento del gasto público en educación, investigación e infraestructuras) y lograr un número de carteras que no se corresponde con su peso electoral. El artífice de esta proeza ha sido Sigmar Gabriel, al frente del partido desde el batacazo electoral de 2009, que se sacó de la manga unas inéditas primarias entre la militancia que utilizó como principal baza negociadora para presionar a Merkel. «Fue una fiesta de la democracia dentro del partido, una verdadera fiesta de la democracia. Creo que éste no es sólo un gran día para la historia del SPD, sino para la historia democrática de la República Federal Alemana», clamó el sábado con entusiasmo Gabriel tras conocerse que el 76% de los militantes habían votado a favor del pacto de Gobierno.

Ahora los socialdemócratas tienen cuatro años por delante para imponer su sello personal en la gestión del Gobierno y no verse eclipsados por Merkel, como les pasó en la anterior Gran Coalición (2005-2009). En opinión del politólogo Thorsten Faas, profesor de la Universidad de Maguncia, «con Sigmar Gabriel el SPD dará un giro hacia la izquierda. El presidente del partido dio un importante paso en esa dirección cuando mostró su disposición a formar una coalición con el partido La Izquierda» tras las elecciones federales de 2017.