Política

Unión Europea

Corbyn se resiste a otro referéndum

Los laboristas solo reclamarán una consulta si May no modifica el acuerdo de retirada de la UE.

Manifestantes reciben a los dirigentes laboristas antes de la reunión de su ejecutiva
Manifestantes reciben a los dirigentes laboristas antes de la reunión de su ejecutivalarazon

Los laboristas solo reclamarán una consulta si May no modifica el acuerdo de retirada de la UE.

El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, sigue mostrándose reacio a convocar un nuevo referéndum sobre el Brexit. A pesar de la gran presión de sus filas e incluso de los sindicatos –con gran poder en la formación–, el veterano político consiguió ayer imponer su postura en una importante reunión del Comité Ejecutivo Nacional (NEC, por sus siglas en inglés). El organismo se dio cita para definir la estrategia de los laboristas de cara a las elecciones europeas del 23 de mayo. La posibilidad de un nuevo plebiscito es una cuestión que desde hace tiempo levanta grandes divisiones en la dirección del partido. Y aunque pesos pesados como Tom Watson, «número dos», pedía una campaña por un segundo referéndum «en cualquier circunstancia», tras una intensa reunión de seis horas, finalmente el NEC decidió que solo se apoyará una nueva consulta si el Gobierno de Theresa May no modifica el Acuerdo de Retirada que cerró con la UE o no se logra forzar la convocatoria de nuevas elecciones generales.

La conclusión supuso un jarro de agua fría para los más de cien parlamentarios laboristas que habían escrito a la NEC para pedir un nuevo plebiscito y los más de 20 candidatos a las elecciones europeas que estaban dispuestos además a hacer luego campaña por la permanencia.

A pesar de que en 2016 los británicos votaron por el Brexit, todo apunta a que Reino Unido tendrá que participar en las elecciones europeas porque se antoja prácticamente imposible que para entonces Westminster haya ratificado el Acuerdo de Retirada. Sus señorías han rechazado ya el texto hasta en tres ocasiones. El Ejecutivo y la oposición llevan cuatro semanas de conversaciones intentando solventar la peor crisis institucional de la historia del país, pero no hay atisbo de avances. La «premier» quiere evitar a toda cosa la humillación de tener que celebrar comicios europeos. La próxima semana podría llevar a cabo un cuarto intento para ratificar el pacto. Pero en la Cámara de los Comunes se da prácticamente por hecho que las elecciones son inevitables.

Aunque durante estos últimos tres años el foco de atención ha estado en la guerra civil del Partido Conservador, el Brexit también crea grandes divisiones entre los laboristas. En este sentido, Corbyn ha recibido críticas por parte de sus propias filas ante la tibieza de su discurso.

Pero el veterano político sigue sin querer mostrar sus cartas. Sobre todo esta semana, de cara a las elecciones locales de mañana que celebran algunos municipios de Inglaterra e Irlanda del Norte. Muchos bastiones laboristas votaron por el Brexit y, aunque la gran mayoría de sus diputados son europeístas, Corbyn no quiere perder ningún voto con la promesa de un nuevo referéndum sobre Europa.

En este sentido, es muy significativo el comunicado que publicó ayer la formación tras la reunión de su Comité Ejecutivo Nacional: «Somos el único partido que representa tanto a la gente que votó por el Brexit como por la permanencia».

Ésta no es la primera vez que la formación debate la polémica cuestión del segundo plebiscito. En septiembre del año pasado, cuando tuvo lugar el último congreso anual del partido, ya quedaron en evidencia las grandes diferencias que existían entre bases, cúpula, votantes y sindicatos. Tras varios días de debate, finalmente los afiliados votaron a favor de apoyar una segunda consulta, si no se conseguía forzar unos comicios anticipados.

En enero, cuando May cosechó la mayor derrota para un Gobierno en funciones en la historia moderna de Reino Unido al presentar por primera vez el Acuerdo de Retirada, Corbyn forzó una moción de confianza contra el Ejecutivo. La perdió. Pero aun así no cumplió con la promesa realizada a sus filas y se mostró reacio a la hora de defender un nuevo plebiscito.

Los diputados laboristas Phil Wilson y Peter Kyle, responsables de la enmienda que exige un referéndum como condición para apoyar el acuerdo de May, aseguran que esta opción cada vez tiene más apoyo en la formación. En una carta remitida a la dirección laborista, los parlamentarios explican que «si finalmente se implementa un pacto sin consultar primero a la gente, en los próximos meses y años el electorado tendrá derecho a decir: ‘Éste no es el Brexit por el que voté'».