Chipre
Dany Dayan: «Hay un doble lenguaje. Europa comercia con Marruecos sin preguntar por el Sáhara»
Ex presidente del consejo de Yesha
Dany Dayan dejó su cómoda vida en Tel Aviv para establecerse en Ma'ale Shomron en 1988, un asentamiento judío en Cisjordania. Lo hizo por razones ideológicas. Entonces eran 80 familias, ahora son 250. Entre 2007 y 2013, Dayan fue la cara más visible de los colonos como presidente del Consejo de Yesha.
–¿Qué diría a quienes sostienen en Europa que los colonos son el gran obstáculo en el proceso de paz?
–Es una impresión errónea. Ya en 2005 se produjo la desconexión de Gaza. El desmantelamiento de los asentamientos judíos en favor del proceso de paz finalmente no trajo ningún acuerdo. Además, el que crea que la paz va a llegar expulsando a la gente de su casa, sean palestinos o israelíes, está equivocado. En Judea y en Samaria (Cisjordania) hay mucho espacio para israelíes y para palestinos. Pero la razón más importante es la intransigencia palestina. Uno puede dudar de la sinceridad de Netanyahu cuando habla de los dos Estados, pero el convencimiento de su antecesor, Ehud Olmert, en el proceso es incuestionable. Hizo entonces la oferta de paz más generosa que ningún otro primer ministro se ha atrevido a realizar y propuso que los lugares sagrados de Jerusalén, incluidos los judíos, estuvieran bajo jurisdicción de cinco entes, tres de ellos musulmanes. Les dio una mayoría. Y fue rechazado.
–¿Qué opina de la directiva de la UE contra las actividades económicas de los asentamientos judíos?
–Europa comete errores políticos y, más grave aún, errores morales en Oriente Medio. Pienso en las vacilaciones de Europa para definir a Hizbulá como una organización terrorista, pero en cambio veo la dureza con la que toman medidas, por ejemplo, contra mi hija, que se quiere hacer una casa en Malim Sombron para vivir junto a sus padres. Veo una fallo moral.
–¿Cómo afecta el boicot económico a los colonos a las relaciones con el Estado de Israel?
–El trato a nuestras comunidades va en detrimento de la relación con Israel. Existe un doble lenguaje, pero es más. Europa no puede aspirar a ser intermediario en el conflicto diplomático en Oriente Medio si toma una posición tan parcial pro palestina.
–¿Cree que existe un doble lenguaje en la política exterior europea?
–Sí, en Israel es el único caso en el que se mezcla la política exterior con la economía. En España, que es uno de los países más importantes de la UE, se hacen – como Europa– negocios con Marruecos sin preguntar por el Sáhara Occidental, o con Turquía sin mencionar el conflicto con Chipre. Mezclan la política exterior y la ideología.
–¿Puede describir un perfil del colono?
–En las colonias está representada toda la sociedad israelí, pero quizá existe con una mayor proporción de sectores religiosos, aunque los fundadores del movimiento eran laicos. Sin incluir Jerusalén Oriental somos 365.000 israelíes, y con Jerusalén Oriental 600.000.
–No cree en el proceso de paz pero sí en las soluciones intermedias. ¿Podría detallarlas?
–Existe un camino alternativo al proceso político que puede cambiar dramáticamente la vida de la gente. ¿Por qué no renovamos y reconstruimos los campos de refugiados palestinos? Elaboremos un plan para darles un trabajo y que no tengan que ser mantenidos por la ONU.
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