Asia
La desconcertante postura de Corea del Sur ante la invasión rusa
Los lazos de Seúl y Moscú se debilitan tras las declaraciones
del presidente Yoon sobre Ucrania
Las relaciones entre Corea del Sur y Rusia empeoran vertiginosamente hasta ensombrecer la diplomacia en el noreste asiático. Moscú ha respondido mordazmente a las declaraciones del presidente Yoon Suk Yeol, según las cuales Seúl podría proporcionar ayuda militar a Ucrania si se produce una situación que la comunidad internacional no pueda tolerar. Parece evidente que Yoon ha dado un giro a su política al considerar más beneficioso responder a los llamamientos de Washington y Europa para proporcionar ayuda militar a Kyiv que mantener unas relaciones armoniosas con Rusia.
El presidente surcoreano insinuó el martes la posibilidad de que su país proporcionara ayuda militar a Ucrania. Se trata de la primera vez que este considera abiertamente la posibilidad de cambiar su política de no suministrar armas letales a Kyiv. Sin embargo, Rusia no tardó en arremeter, advirtiendo a Seúl de que esta opción equivaldría a intervenir en la contienda. No obstante, Seúl aclaró ayer que la decisión de enviar o no soporte militar «dependerá de las acciones de Rusia».
«Si se produce una situación que la comunidad internacional no puede condonar, como un ataque a gran escala contra civiles, masacres o una grave violación de las leyes de la guerra, puede que nos resulte difícil insistir solo en la ayuda humanitaria o económica», declaró el líder. Estos comentarios se produjeron en medio de la creciente presión de los aliados occidentales –EE UU y la OTAN– para que proporcionen armas directamente a Ucrania, dado que este último consume más munición de la que pueden producir los fabricantes de armas estadounidenses y europeos. Corea del Sur es el octavo exportador mundial de armas, muy demandadas en Polonia.
La invasión rusa de Ucrania ha supuesto un doble reto para la diplomacia surcoreana. El desafío inmediato ha sido la necesidad de que este país elabore una respuesta diplomática eficaz a corto plazo a la invasión, en consonancia con EE UU y Europa, y que satisfaga eficazmente las expectativas tanto de la opinión pública coreana como de sus aliados. El segundo reto geopolítico, de mayor trascendencia, es la tarea de garantizar que el desafío revisionista ruso al «statu quo», en el que un Estado con armas nucleares desea revisar o borrar una frontera nacional existente, no siente un precedente para Corea del Norte, otra nación con armas atómicas y con aspiraciones geopolíticas revisionistas.
Hasta ahora, Seúl se ha mostrado reacio a exportar directamente armas a Ucrania, dado que su legislación prohíbe la exportación de armamento a países implicados en un conflicto, pero Corea del Norte es un factor adicional. A la anterior Administración Moon le preocupaba dañar las relaciones con Rusia, que veía como un socio potencial para retomar las conversaciones sobre el programa nuclear de Pyongyang. Sin embargo, a Yoon le preocupa enormemente la posibilidad de que Rusia tome represalias contra el suministro militar proporcionando a los norcoreanos aviones modernos u otra tecnología que necesiten para avanzar en sus programas armamentísticos.
Por ello, en lugar de enviar armamento directamente a Kyiv, ha adoptado un enfoque diferente. Seúl ha autorizado la exportación de piezas o armas que contienen partes surcoreanas, pero que no son sistemas de armas totalmente coreanos. También ha vendido munición a EE UU para que la haga llegar a Ucrania y al parecer está en conversaciones para vender munición adicional a Washington.
Con todo, el Kremlin reaccionó con furia al cambio de postura de Seúl y advirtió de la posibilidad de suministrar armas avanzadas a su adversario. Moscú sigue siendo uno de los principales apoyos de Pyongyang, que continúa desarrollando armas nucleares y misiles.
Dimitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional ruso, llegó a decir: «Me pregunto qué dirán los habitantes de esta nación (Corea del Sur) cuando vean las armas rusas más nuevas en manos de su vecino más cercano: nuestro aliado Corea del Norte». Para Seúl, «la respuesta del presidente se basó en el sentido común y los principios. El Gobierno ruso parece estar comentando una situación que aún no se ha producido, pero las medidas que tomemos en el futuro dependerán de los movimientos de Rusia», declaró ayer un alto funcionario presidencial.
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