Ataque yihadista en Francia
Un detenido en Alemania por vender las armas a los terroristas en internet
Las investigaciones policiales tras los atentados de París arrojaron ayer nuevos resultados en distintos países europeos. La libertad de movimiento en Europa y el anonimato en internet han protegido a los autores del 13-N no sólo en Bélgica, de donde han salido la mayoría de los yihadistas que han atentado en suelo europeo, sino también en Grecia o Alemania. Mientras Bélgica intenta recuperar la normalidad, las fuerzas policiales retuvieron a dos hermanos en Bruselas y Verviers, en la provincia de Lieja, para ser interrogados, uno como sospechoso y el otro como testigo, según confirmó ayer la Fiscalía belga. Son seis personas ya las acusadas de participar en los atentados, y en este contexto, la Justicia amplió a un mes la prisión preventiva de Ali Oulkdi, francés residente en Molenbeek que transportó al huido Salah Abdeslam el 14 de noviembre. Según el abogado de Oulkdi, Abdeslam reveló a éste que su hermano Ibrahim era uno de los terroristas suicidas, pero no dijo nada sobre si él estaba implicado en los hechos. «Salah le pidió que lo llevara a Schaerbeek [un distrito bruselense]», señaló el letrado. Salah confesó a Oulkdi que su hermano había matado a personas en París y luego se había suicidado, lo que dejó conmocionado a su cliente.
Otra de las piezas del puzle se sitúa en Alemania, donde un hombre de 34 años ha sido detenido por comercio ilegal de armas. Según el diario «Bild», habría vendido las armas a los terroristas que atentaron en París. «Este hombre habría vendido cuatro fusiles de asalto, dos Kalashnikov AK-47 y dos Zastava M70 a un árabe de París», indica. La compra de armas tuvo lugar el día 7 de noviembre por internet, según el diario, y en un intercambio de correos electrónicos se habría captado que el destinatario de las armas era una persona de París de origen árabe. «Puedo confirmar que hay un hombre custodiado bajo la sospecha de tráfico de armas» a quien se arrestó el martes, señalaba a Reuters un portavoz del fiscal del Estado de Baden-Württemberg.
También desde Grecia trascendió que el «cerebro» de los atentados, Abdelhamid Abaaoud, fallecido en el asalto al apartamento de Saint Denis, contaba en Atenas con dos viviendas que le servían de escondite. Tras el registro de dos pisos, las Fuerzas de Seguridad pudieron comprobar que había restos de ADN idéntico al que enviaron las autoridades francesas tras su muerte. Uno de esos registros tuvo lugar en enero en el barrio de Pangrati, donde la Policía detuvo a cuatro hombres de origen argelino. Tres de ellos fueron puestos en libertad y un cuarto, en cuyo móvil se encontró ADN de Abaaoud, fue extraditado a Bélgica. Desde ese terminal, Abaaoud habría llamado al hermano de uno de los presuntos terroristas abatidos en Verviers (Bélgica) tras los atentados de «Charlie Hebdo». También pasó por Grecia Salah Abdeslam, adonde llegó desde Bari el 1 de agosto. Volvió cuatro días después a Italia, y la recorrió en coche hasta llegar a Francia.
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