Rescate a Grecia

¿Dónde está Varufakis?

El «Terminator» griego rompió su silencio para pedir el voto a favor de Unidad Popular, la escisión de su antiguo partido. Mientras se lame las heridas de la traición de Tsipras y del castigo de Bruselas, medita su futuro

Varufakis, el pasado lunes en un acto organizado por la Asamblea Popular en Londres
Varufakis, el pasado lunes en un acto organizado por la Asamblea Popular en Londreslarazon

El «Terminator» griego rompió su silencio para pedir el voto a favor de Unidad Popular, la escisión de su antiguo partido. Mientras se lame las heridas de la traición de Tsipras y del castigo de Bruselas, medita su futuro

Su imagen dio la vuelta al mundo cuando se convirtió en ministro de Finanzas de Grecia y, por lo tanto, en el líder de las negociaciones con la troika. Su «look» de chico malo unido a los desaires hacia la todopoderosa –y odiada en media Europa– Merkel, así como sus proclamas antiausteridad, lo convirtieron en un ídolo de la izquierda radical y un quebradero de cabeza para los acreedores griegos. Se desenvolvía con soltura en los pasillos europeos y mostraba una amplia sonrisa cuando posaba para los medios junto al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Pero su actitud irritaba sobremanera en Bruselas y sus incipientes victorias (más de titulares que de acuerdos sobre la mesa) fueron eclipsándose a medida que las negociaciones encallaban y la economía griega seguía a la deriva. Después se produjo su caída en picado en el seno de Syriza a finales de abril, cuando el primer ministro griego, Alexis Tsipras, ­hasta entonces su gran amigo y aliado, decidió apartarle de las negociaciones con la Unión Europea. Su actitud en la última reunión del Eurogrupo en Praga había llevado a punto muerto las conversaciones y Tsipras quiso revitalizarlas con un nuevo equipo sin su ministro estrella, aunque sin quitarle su cartera . Esta situación no duró más de un mes. En julio, el «Terminator» heleno anunció su renuncia «por el bien de las negociaciones», y tras su salida del Ejecutivo –cogió el testigo Euclides Tsakalotos–, pasó a ocupar un segundo plano. No sólo abandonó el Gobierno, sino que dadas sus diferencias con Tsipras decidió salir también de Syriza. Durante la campaña del «no» para el referéndum del 5 de julio que se saldó con una negativa del62% de los griegos, Varufakis propuso a su primer ministro realizar una serie de actos para promover el rechazo a la propuesta de la troika. Tsipras le cortó las alas y su relación se enfrió. Esto, unido a su mala relación con el núcleo duro del partido, le impulsó a abandonar la formación. Por este motivo, Varufakis no ha participado ni en la elaboración del nuevo programa de la Coalición de Izquierda Radical ni tampoco se ha sumado a los disidentes ahora reagrupados en Unidad Popular.

Estos meses, aparte de conceder algunas entrevistas, ha optado por mantenerse alejado de los medios y de la política activa. Tanto es así que ayer recurrió a un comunicado de prensa para romper su silencio de semanas y pedir el voto para la escisión de Syriza en las elecciones de mañana. En esa nota, el ex ministro asegura que el objetivo de los comicios es por un lado «eliminar el “no” valiente del 62% del pueblo» a los programas de rescate «humillantes e ineficaces» y, por otro, «legitimar la capitulación que supuso la firma del tercer rescate con Bruselas». Éste es, según el ex ministro, «completamente insostenible y, lo peor, quita a todo gobierno griego, por mucho que quiera, las herramientas para luchar contra la oligarquía y la crisis autoalimentada».

Pero poco más se sabe de sus intenciones futuras. Por el momento tampoco ha comunicado su alta en la Universidad de Atenas, donde ejercía de profesor de Teoría Económica, ya que entre sus manos tiene un proyecto que no dejará tranquilas a las autoridades europeas. Estudia crear una coalición paneuropea con otros políticos, no sólo griegos, para luchar contra las políticas de austeridad de la eurozona. Esta coalición estaría integrada por los «nuevos revolucionarios» europeos. Entre ellos, el francés Jean-Luc Melenchon y el recién elegido líder de los laboristas británicos, Jeremy Corbyn. Es más, a finales de agosto, Varufakis acudió a París para participar en un encuentro entre políticos del ala más izquierdista del Partido Socialista francés, entre los que se encontraba el ex ministro de Economía Arnaud Montebourg, que forma parte de los denominados «les fondeurs», que han plantado cara a las políticas liberales de Manuel Valls y su actual ministro de Economía, Emmanuel Macron.