Política

Argentina

Dos países bajo sospecha

La Razón
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¿Qué paralelismos pueden establecerse entre las revueltas turca y brasileña?

–En primer lugar, el agotamiento del sistema político de representación en ambos casos. Los partidos tradicionales ya no convencen a los ciudadanos. Están muy distanciados del pueblo. Por otra parte, el elevado grado de corrupción de la clase política. Esto en Brasil ha ocasionado la dimisión de varios representantes, una solución que parece insuficiente a los brasileños. En Turquía, la corrupción no sólo ha afectado a altos funcionarios sino a varios familiares del primer ministro.

¿Han sabido estas dos potencias emergentes conjugar el crecimiento económico con las políticas sociales?

–No. Ahí radica gran parte del descontento. A pesar de que uno de sus compromisos ha sido la lucha contra la pobreza no se ha conseguido del todo. Tanto Brasil como Turquía han dado mayor protagonismo a sus políticas de cara a la comunidad internacional que a la gestión doméstica. Esa descompensación ha provocado el estallido ciudadano.

¿Existe una falta de derechos fundamentales?

–Ambos son países democráticos, en los que se realizan elecciones, pero en cuestión de derechos fundamentales están en una fase bastante incipiente. Existe un déficit ciudadano y social más que uno democrático.

¿Por qué cuando Lula da Silva era presidente el pueblo no se levantó contra él?

–Porque era un líder más próximo y carismático, que mantenía un mayor grado de compromiso social, que impedía contestaciones polémicas. La actual presidenta carece de esta habilidad.

¿Existe riesgo de contagio a otros países emergentes?

–Es probable. Colombia, Argentina y también Chile presentan dinámicas similares.