Política

Nueva York

EE UU contra Snowden

Washington pide a Hong Kong la extradición del ex analista de la CIA, acusado de espionaje

Una pantalla de televisión de un centro comercial de Hong Kong muestra las últimas noticias acerca del ex empleado de la CIA, Edward Snowden, ayer sábado, tras conocerse que EE UU le acusa de espionaje y que pedirá su extradición.
Una pantalla de televisión de un centro comercial de Hong Kong muestra las últimas noticias acerca del ex empleado de la CIA, Edward Snowden, ayer sábado, tras conocerse que EE UU le acusa de espionaje y que pedirá su extradición.larazon

El Gobierno de EEUU solicitó a las autoridades de Hong Kong la extradición de Edward Snowden, a quien acusa de revelar programas de espionaje secretos, dijo hoy el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tom Donilon.

Edward J. Snowden ha sido acusado formalmente de espionaje, robo y transferencia de propiedades del Gobierno de Estados Unidos, según indicaron fuentes del Departamento de Justicia. Washington también ha solicitado formalmente a las autoridades de Hong Kong –donde se cree que se encuentra el filtrador– la extradición del perseguido. Previamente, la fiscalía había emitido una orden de arresto provisional para que las autoridades de Hong Kong detengan al «topo» de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas in inglés), que filtró a «The Washington Post» y «The Guardian» documentos sobre los programas de vigilancia masiva realizados por la inteligencia norteamericana.

La demanda se presentó el 14 de junio en el distrito este de Virginia, donde la compañía en la que trabajó Snowden, Booz Allen Hamilton, tiene su sede central. Además, dicho tribunal cuenta con un largo historial en casos que afectan a la seguridad nacional. De ser encontrado culpable, Snowden podría ser condenado a treinta años de prisión y no se descarta que el Departamento de Justicia añada más cargos a los que ya se le imputan.

Los funcionarios de dicho departamento consideran que ha atentado contra la seguridad nacional al proporcionar a los terroristas información sobre cómo evadir la red de inteligencia. Por el contrario, los activistas de los derechos civiles, que han demandado al Gobierno de Estados Unidos, han alabado la decisión del antiguo trabajador de la NSA.

De hecho, entre las razones esgrimidas por Snowden para filtrar los documentos destaca el argumento de que los límites a los programas de vigilancia deben marcarlos los ciudadanos y no los gobiernos. Al presentar la demanda, los fiscales han contado con una base legal para solicitar a las autoridades de Hong Kong la extradición de Snowden. Los representantes de la acusación tienen 60 días para cumplimentar la formulación de cargos, que estará bajo secreto de sumario. Entonces, empezará el procedimiento de extradición para que sea juzgado en Estados Unidos. Sin embargo, el filtrador huido puede acudir a los tribunales de Hong Kong para oponerse a la petición de extradición, iniciando así una batalla que podría prolongarse durante meses. Estados Unidos y Hong Kong tienen un tratado bilateral de extradición, pero en él se contempla una excepción en caso de delitos políticos, apartado donde, por tradición, se incluye el espionaje.

Snowden, que cumplió 30 años el pasado viernes, el mismo día en que se presentó la demanda en su contra, se trasladó a Hong Kong en mayo con un gran archivo de documentos clasificado bajo el brazo tras dejar su trabajo en la oficina de la NSA en Hawái. Los «papeles» del antiguo analista de la CIA ofrecen una lista detallada de las operaciones secretas de espionaje llevadas a cabo por Washington y Londres. Entre ellas, figuran registros de las llamadas de teléfono de millones de estadounidenses y correos electrónicos de ciudadanos extranjeros usuarios de Google, Yahoo, Microsoft, Apple o Skype.

El escándalo ha abierto un encendido debate sobre el equilibrio entre libertades civiles y seguridad, aunque el 56% de los estadounidenses acepta sin problemas la vigilancia a cambio de mantener el país a salvo de ataques terroristas. Dos de los cargos que pesan sobre Snowden se basan en la ley de espionaje de 1917, la misma que se usó contra el soldado Bradney Manning, informante de WikiLeaks. Esta norma se aprobó poco después de la entrada de EE UU en la Primera Guerra Mundial y se aplicó a casos como los de los acusados de comunismo Julius y Ethel Rosenberg, o el informante de los papeles del Pentágono Daniel Ellsberg.

La Administración Obama es la que más veces ha acudido a ella, lo ha hecho siete de las nueve veces que anteriores gobiernos han echado mano de este instrumento legal. Snowden se convierte en el séptimo acusado en el marco de la ley de espionaje y nadie en EE UU duda de que el Departamento de Justicia no descansará hasta que logre dar con el protagonista de la mayor filtración en materia de seguridad nacional de la historia del país. La investigación criminal está en manos del FBI en colaboración con la División Nacional de Seguridad.

ASSANGE, A FAVOR DEL ASILO

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se mostró ayer partidario de «intensificar» los esfuerzos para que Snowden encuentre asilo político. Assange tenía previsto realizar este anuncio desde el balcón de la Embajada de Ecuador en Londres, pero lo anuló por motivos de seguridad. En su discurso, difundido finalmente por WikiLeaks, denunció que EE UU busca «intimidar» a cualquier país que defienda a Snowden.