Estados Unidos
EEUU: del sueño a la pesadilla
Y si gana Donald Trump. A un sólo punto de Clinton, Trump debe imponerse en la mayoría de estados decisivos y lograr la abstención de mujeres y latinos para ser presidente. Como comandante en jefe advierte de que no dudará en lanzar una bomba atómica contra los terroristas del Estado Islámico. Los mercados reaccionarán con fuertes sacudidas si un populista como el magnate consigue el puesto más poderoso del mundo
La posible victoria del populista Trump a dos días de las elecciones desata la inquietud internacional y financiera. A un sólo punto de Clinton, Trump debe imponerse en la mayoría de estados decisivos y lograr la abstención de mujeres y latinos para ser presidente
Supongamos que Donald Trump, el candidato más odiado por parte de los demócratas y no pocos republicanos, gana las elecciones. Hasta ahora, «este outsider» ha logrado romper todos los pronósticos y atraviesa su «momentum» tras la reapertura del caso de los emails a su rival. Para ganar a Hillary Clinton, el republicano debe imponerse en varios estados clave y conseguir una abstención de las mujeres, los jóvenes, los afroamericanos y los latinos. Si lo logra, ¿qué podemos esperar?
Muro con México
El muro, el «hermoso muro» de miles de kilómetros en la frontera entre México y EE UU, tiene pocas posibilidades de edificarse, entre otras cosas porque el flujo de inmigrantes ilegales mexicanos a EE UU está en sus cifras más bajas desde 2008 y, encima, cada día son más los que entran por los aeropuertos, con visados legales de turista. ¿Y qué hacer con los 11 millones de indocumentados en EE UU? Deportarlos costaría más de medio billón de dólares y su salida dañaría sectores estratégicos como la agricultura, la construcción y la hostelería, mientras se calcula que al menos 4 millones pagan impuestos y más de 6 contribuyen al mantenimiento de la seguridad social.
Guerra nuclear contra el EI
Partidario de la mano dura, Trump alardea de que restituirá la tortura en los interrogatorios, ha amenazado con asesinar a las familias de los terroristas y enfatiza que no dudará en usar el arsenal nuclear de EE UU. Nadie sabe qué ocurrirá con su deseo de prohibir la entrada al país de los inmigrantes de fe musulmana, una medida radicalmente contraria al espíritu y la letra de la Constitución, y menos todavía de sus planes geoestratégicos en Siria o Irak. «Si Trump quiere quitarle el petróleo al Estado Islámico», declaraba Matthew Reed, vicepresidente de Foreing Reports, a la revista «Politifact», «necesitará un plan para invadir y ocupar el territorio durante años, así como otro para reconstruirlo con un coste de billones de dólares».
Proteccionismo económico
Una cuestión tan poliédrica aparecerá, inevitablemente, en muchos de los siguientes apartados, pero puede afirmarse que la victoria del republicano provocará el pánico en los mercados financieros, «recelosos», en palabras del locutor y columnista John Ziegler, «de contemplar a un hombre muy poco cualificado en el puesto más importante del mundo». A fin de revertir la situación, Trump querrá aplicar sin dilaciones su recetario económico, pero cuesta creer que pueda sacar adelante medidas estrella como su cacareada reforma de los impuestos con un Congreso de uñas, en el que muchos republicanos le consideran poco menos que su némesis. Su apuesta por el proteccionismo, su promesa de traer de vuelta a los cerca de 4 millones de puestos de trabajo que desaparecieron de EE UU en las últimas décadas, se antoja impracticable y, en el mejor de los casos, sólo sostenible mediante fuertes subsidios.
Fin del «Obamacare»
Donald Trump ha reiterado que tumbará el «Obamacare», pero no ha sido capaz de razonar alternativas; tampoco sabemos qué hará con los millones de ciudadanos que se verían privados de seguro médico. Aparte, ni siquiera «tiene los votos necesarios para abolirlo» (Ziegler dixit). La clave estará en los escaños al legislativo que hay en juego este martes, y ni siquiera una victoria abrumadora de la bancada republicana podría ser suficiente.
«My friend Putin»
Rusia: fan declarado del presidente Putin, del que admira sus impulsos autocráticos, crece el temor en los países bálticos a que EE UU incumpla sus compromisos en defensa exterior en el caso de que Trump llegue a la presidencia. Irán: prometió renegociar de forma unilateral el acuerdo nuclear alcanzado con Irán por el G5+1 (EE UU, Reino Unido, Alemania, Rusia, Francia y China). China: Trump aplicará unas tasas del 45% a los productos chinos. Sus ataques contra el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, así como las advertencias contra Japón y Corea del Sur, a los que considera poco solidarios, han sido recibidos con enorme satisfacción por el gigante asiático. Aaron Mark, en la revista «Político», advertía de que «un creciente contingente de chinos cree que la potencial presidencia del magnate beneficiará a China (...) convencidos de que el lema de Trump, “América Primero”, les concederá ventajas en sus relaciones con EE UU». México: la promesa de encarecer un 35% las exportaciones con su vecino del sur tendría unas espantosas consecuencias económicas. También existe un razonable temor a que se desvirtúe la relación transatlántica. Trump ha dejado claro que su EE UU no piensa seguir costeando la seguridad de los europeos e incluso ha planteado abandonar la OTAN si el resto de socios no aporta más al presupuesto.
- Gana por un puñado de votos.
Con una victoria ajustada, Trump consigue los 270 votos electorales para alzarse como presidente. Su victoria provoca un terremoto político y una sacudida de los mercados, que recelan del carácter imprevisible del magnate inmobiliario.
- Pierde y deslegitima el resultado.
Clinton gana las elecciones pero Trump, que va a desplegar a vigilantes en los centros de votación, alega un fraude para presentar una batalla legal. Entonces, el Supremo tendrá que dirimir el resultado como en 2000, pero es difícil que Trump lo acepte como sí hizo AlGore.
- Acepta la derrota.
Es el escenario más razonable, pero con un candidato tan temperamental como Donald Trump parece poco probable. Hillary deberá ganar con gran diferencia para dejar sin argumentos a su rival político.
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