Egipto

Egipto venga la matanza copta

Aviones egipcios bombardean posiciones del EI en Libia en represalia por el asesinato de 21 cristianos. Mueren 60 yihadistas y siete civiles en la operación militar, que contó con la colaboración libia

DOLOR. Familiares de los cristianos coptos asesinados lloran su muerte en Mynya, al sur de El Cairo
DOLOR. Familiares de los cristianos coptos asesinados lloran su muerte en Mynya, al sur de El Cairolarazon

El Ejército de Egipto bombardea varias posiciones del grupo yihadista Estado Islámico en Libia, horas después de que la formación anunciara la ejecución de 21 egipcios coptos. Libia asegura que tres niños y dos mujeres han muerto en estos ataques.

Egipto no ha necesitado el consentimiento de su vecino ni formar parte de la coalición internacional para bombardear al Estado Islámico (EI) en una dura represalia a las salvajes decapitaciones de 21 cristianos coptos egipcios en Libia. «Afirmamos que vengar la sangre egipcia y tomar represalias contra los criminales y asesinos es un deber que tenemos que cumplir», rezó en un comunicado el Consejo de Defensa Nacional. Sin vacilación, aviones de combate egipcios despegaban al amanecer rumbo al oeste para atacar campos de entrenamiento, arsenales de armas y centros de comunicación del EI en el este de Libia. En la operación militar, que estuvo coordinada con el Ejército libio, murieron alrededor de 60 combatientes yihadistas, según informó a la televisión egipcia el comandante libio Saqer al Jurushi. Sin embargo, no sólo murieron combatientes del EI en los ataques aéreos, sino también siete civiles, entre ellos tres niños y dos mujeres, en la localidad de Derna, al este de Trípoli.

Los bombardeos se produjeron horas después de que la filial del EI en Libia difundiera en internet el vídeo de la carnicería de los rehenes egipcios. La brutalidad de las imágenes conmocionó a una nación de más de 80 millones de habitantes en solidaridad con la minoría cristiana copta, que apenas representa el 10%. En un comunicado oficial, la iglesia ortodoxa copta expresó su dolor por el asesinato de «mártires inocentes», y reiteró su confianza en que «el Estado y sus instituciones no descansarán hasta que los criminales sean castigados». A pesar de ello, los familiares de los rehenes egipcios coptos organizaron movilizaciones de protesta durante las últimas semanas para quejarse por la inacción del Gobierno.

Nada más darse a conocer la terrible noticia, el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, decretó el domingo siete días de luto y prometió castigar a los «asesinos» de una manera «adecuada».

Egipto está luchando contra una creciente insurgencia islamista centrada en el estratégica península del Sinaí, donde grupos yihadistas han declarado recientemente su lealtad al Estado Islámico y dependen en gran medida de las armas de contrabando que llegan a través de la frontera entre Egipto y Libia.

El vídeo de las decapitaciones, el primero que se realiza fuera del territorio de Irak y Siria, es la confirmación de que el Estado Islámico se está extendiendo más allá de la región de Oriente Medio, con bases permanentes en Libia. Esto mismo ya lo advirtió a principios de este mes el analista Aref Nayed al sitio web Al Monitor. «El Estado Islámico ha convertido a Libia en su cajero automático, su estación de gasolina y aeropuerto, desde el cual puede atacar a cualquier objetivo europeo», señaló el diplomático libio.

La presencia del EI en Libia es un riesgo importante para la seguridad de toda la región y vuelve a sacar a debate que no se puede combatir de manera efectiva al EI en Irak y Siria sin incluir a sus bases en territorio libio.

La inclusión de Libia en los bombardeos de la Coalición Internacional que lucha contra los yihadistas es lo que solicitó ayer el Gobierno egipcio. «Egipto renueva su llamamiento a una coalición internacional contra la organización terrorista Daesh [término árabe del EI] para que adopte las medidas necesarias para hacer frente a esta organización terrorista y a otras organizaciones similares en territorio libio», reclamó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.

Precisamente, el jefe de la diplomacia egipcia, Sameh Shoukry, se dirige mañana a Washington para participar en una cumbre antiterrorista y reafirmar «la posición de Egipto ante el terrorismo», señaló su Ministerio en un comunicado.

A esta petición de El Cairo se ha sumado el presidente de Francia, François Hollande, quien, tras mantener una conversación telefónica con su homólogo egipcio tras el suceso, convocó una reunión del Consejo de Seguridad para que «se adopten nuevas medidas para afrontar este peligro», en referencia a la actividad del Estado Islámico en Libia.

Un Estado fallido

La inestabilidad política y el descontrol han ayudado al Estado Islámico a aumentar sus actividades en ese país. Libia ha vivido en los últimos meses los peores disturbios desde el levantamiento de 2011, que derrocó y mató al coronel Muamar Gadafi, lo que complicará cualquier esfuerzo para combatir a los principales grupos extremistas islámicos en el país. El Gobierno reconocido internacionalmente ha sido confinado al extremo oriental del país desde que milicias islámicas aliadas tomaron la capital, Trípoli, el año pasado, y políticos islamistas reconstruyeron el anterior Gobierno y el Parlamento.

El último acto bárbaro del Estado Islámico ha recibido una repulsa mundial. Estados Unidos condenó la decapitación de los 21 egipcios en Libia, calificándola de «despreciable» y «cobarde». El responsable de Prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, señaló que la barbarie del grupo «no conoce límites». Por su parte, el Papa Francisco expresó su profunda tristeza por la decapitación de 21 egipcios cristianos coptos en Libia, en declaraciones espontáneas durante un discurso emitido ayer para enfatizar la unidad de todos los cristianos más allá de la doctrina que sigan.