Bruselas

El 56% de los europeos confía más en los nuevos partidos políticos

El Eurobarómetro predice un Europarlamento ingobernable a un año de las elecciones.

El 56% de los europeos confía más en los nuevos partidos políticos
El 56% de los europeos confía más en los nuevos partidos políticoslarazon

El Eurobarómetro predice un Europarlamento ingobernable a un año de las elecciones.

A un año de las elecciones a la Eurocámara, Bruselas contiene la respiración. Tras una década de encadenar crisis tras crisis, el proyecto de integración europea se encuentra sumido en una constante reflexión sobre sí mismo y las elecciones al Parlamento el año que viene serán la prueba definitiva.

«Cambiar las cosas no es destruir», aseguró ayer el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, que acaba de comprobar cómo un Ejecutivo de populistas está a punto de formar Gobierno en su país con un programa que supone un serio desafío a los postulados de Bruselas. «Las elecciones serán una batalla, no ya entre los partidos tradicionales y los nuevos, sino entre aquellos que quieren continuar la integración europea y los que no», reseñó el político italiano mientras presentaba los resultados del último Eurobarómetro.

A pesar de que los partidos euroescépticos han ganado terreno en los últimos años, los datos conocidos ayer suponen un cierto alivio para la Eurocámara. Según este estudio, dos tercios de los entrevistados creen que su país se beneficia de ser un miembro del «club» comunitario, el nivel más alto desde 1983. Luxemburgo es el país en el que un mayor número de entrevistados comparte esta afirmación, mientras que en el otro extremo, tan sólo un 39% de Italianos lo cree.

En España la cifra es del 68%. Por primera vez, una mayoría del 48% cree que su voz cuenta en el desarrollo de las políticas europeas. A pesar de esto, el 68% de los europeos considera que es de gran importancia votar en las elecciones nacionales, pero cuando se les pregunta por las europeos esta cifra cae hasta el 49%.

El Eurobarómetro refleja que menos de la mitad de los ciudadanos europeos (el 45%) está satisfecha con el funcionamiento de la democracia en los Veintiocho, un descontento que se concentra mayoritariamente en países del sur y del oeste como Grecia, España, Francia o Italia. En este sentido, Tajani propuso trasladar a través de «acciones de comunicación» la idea de que la labor de la UE es «más política y menos burocrática», pues entiende que esta percepción es la que provoca la insatisfacción con el funcionamiento de las instituciones.

Entre 2013 y 2018, han emergido 43 nuevos partidos y alianzas en los Veintiocho. El estatu quo europeo ha estado dominado en los últimos años por una Gran Coalición en la que populares y socialistas suelen votar a la par en los temas más importantes. Pero el castigo a los partidos tradicionales ha sido una constante en los últimos años y esta tendencia también tendrá su eco en las elecciones europeas. El mayor peligro reside en el carácter eurófobo de muchas de las nuevas formaciones, aunque en el extremo contario se encuentra el partido de Emmanuel Macron en Francia, la República en Marcha, y que ha hecho del europeísmo una de sus principales señas de identidad. El 38% de los encuestados ve peligrosos a los denominados «partidos protesta». Mientras, el 56% de los entrevistados considera que estos nuevos partidos son los únicos que pueden conseguir «el gran cambio que se necesita». En España, el 62% de los encuestados no ve a los nuevos partidos (en el caso español estarían bajo este epígrafe Ciudadanos y Podemos) como una amenaza y el 64% cree que su actuación puede ser mejor que la de los partidos tradicionales.

El 61% de los encuestados considera el «Spitzenkandidaten» como un avance para la democracia europea. Este método defendido por la Comisión Europea y la Eurocámara supone que el candidato de la fuerza política más votada se convierta en el nuevo presidente del Ejecutivo comunitario. Una opción a la que se opone Macron, que no cuenta con una fuerza política propia y el resto de las capitales europeas, que quieren tener la última palara en esta elección.

Precisamente una de las grandes incógnitas es si el presidente francés se unirá a algunas de las grandes familias europeas (los liberales ya le han tirado los tejos), formará un grupo propio con fichajes de diferente signo y romperá el grupo liberal o si negociará su apoyo al candidato de populares o socialistas. En cualquier caso, su presencia amenaza a los partidos tradicionales y apunta a un hemiciclo más diverso e impredecible que nunca.