El chavismo, gran beneficiario de los sobornos brasileños

Odebrecht, la mayor constructora de la región, pagó 98 millones a funcionarios venezolanos.

Seguir tirando del hilo para escarbar en el lodo de la corrupción. La historia ya es conocida: multinacional soborna a países de gobiernos débiles para conseguir contratos. El problema es que ahora el escándalo salpica a las viejas vacas sagradas de la izquierda latina. Un documento publicado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló que la empresa constructora brasileña Odebrecht y sus «cómplices» pagaron aproximadamente 788 millones de dólares en sobornos a once países, además de Brasil, desde 2001. «Odebrecht está involucrada en un esquema de sobornos integral y sin igual, un fraude que duró más de una década», señala el texto.

De acuerdo con el Departamento de Justicia, los sobornos estaban relacionados con más de cien proyectos en doce países. Uno de los pagos más altos se vincula con Venezuela, donde Odebrecht entregó «aproximadamente 98 millones de dólares a funcionarios gubernamentales y los intermediarios con el fin de obtener y mantener los contratos de obras públicas». La oposición en Venezuela ya ha pedido que se investiguen los pagos realizados durante la gestión del fallecido Hugo Chávez. Otras naciones involucradas son Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá y Perú.

Odebrecht, situada en el corazón del escándalo de Petrobras, y su filial Braskem, acordaron pagar multas récord de 3.500 millones de dólares a Estados Unidos, Suiza y Brasil por sobornos a funcionarios y políticos de esos tres países. Se trata del mayor caso de sobornos pagados por empresas extranjeras que es presentado ante la Justicia de esa nación.

Estados Unidos recibirá el 10% de ese valor, Suiza otro 10% y la cantidad restante quedará para Brasil. En el caso de Braskem, Brasil recibirá el 70% del valor de la multa, mientras que EE UU y Suiza percibirán el 15% cada uno.

Las dos empresas, que cotizan en la Bolsa de Nueva York, utilizaron el sistema financiero y bancario de Estados Unidos para pagar «centenas de millones de dólares en sobornos». De esa forma, Odebrecht y Braskem fueron acusadas de «conspiración para violar» la legislación estadounidense contra sobornos. La subsecretaria adjunta del Departamento de Justicia, Sung Hee Suh, aseguró que «Odebrecht y Braskem utilizaron una unidad de negocios, oculta y funcional, llamada Departamento de Sobornos, que pagó sistemáticamente centenas de millones de dólares a funcionarios corruptos en países de tres continentes».

Como parte del acuerdo para cerrar los casos, Odebrecht y Braskem «deberán continuar su cooperación con la Justicia, incluso en relación con investigaciones y procesos contra individuos responsables por conducta criminal», añadió el Gobierno de Estados Unidos. Por ahora, los países latinos implicados en el caso no han emprendido procesos formales, por lo que no pueden solicitar indemnizaciones.

Odebrecht, que llegó a ser una de las mayores constructoras de América Latina, era un agente financiero clave para muchos políticos brasileños, de acuerdo con la causa que arrojó luz sobre el escándalo en la estatal de hidrocarburos Petrobras. Sólo en Argentina, Odebrecht reconoció el pago de sobornos a funcionarios argentinos por 35 millones de dólares. Por ahora, es lo único que se sabe de la ruta de los sobornos. Pero con el paso de las horas surgen datos que comprometen aún más la gestión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Según documentación a la que accedió LA RAZÓN, hay registros que certifican que la filial argentina de Odebrecht pagó sumas de dinero en concepto de honorarios a la inmobiliaria de la familia Kirchner, los SAUCES –que ya se encuentra embargada por otra causa local por corrupción.