Reino Unido
El DUP irlandés y Westminster, los últimos obstáculos de Boris Johnson
El líder laborista, Jeremy Corbyn, exige un segundo referéndum
El líder laborista, Jeremy Corbyn, exige un segundo referéndum
Boris Johnson ha dado un gran paso, pero no el definitivo, para conseguir la principal meta con la que llegó al número diez de Downing Street. Ha logrado un nuevo acuerdo con Bruselas. Pero chocará con el muro con el que se estrelló su antecesora, Theresa May: Westminster e Irlanda. Tiene más opciones que ella, pero no se lo pondrán fácil en casa, por lo que le esperan 48 horas de infarto para negociar y convencer a unos y otros y conseguir los 320 votos necesarios el próximo sábado en la Cámara.
Por un lado, Arlene Foster, la líder del DUP irlandés, socio que sostiene la precaria mayoría de Johnson en el Parlamento, emitió hoy un comunicado en el que manifestó sus reservas en relación con el pacto, pocas horas antes de la vital cumbre europea de Bruselas. Aseguró que, en estas circunstancias, no puede apoyar el acuerdo. La frontera entre las dos Irlandas ha sido el asunto más complicado de las negociaciones sobre el Brexit, ya que el objetivo es evitar establecer una infraestructura fronteriza para no perjudicar el proceso de paz de la provincia británica.
"Hemos participado en continuas conversaciones con el Gobierno. Como están las cosas, no podríamos aceptar lo que se está sugiriendo sobre las aduanas y otros asuntos sobre consentimiento, y hay una falta de claridad sobre el IVA", subrayó la nota. No obstante, el comunicado, firmado por Foster y el "número dos"de la formación, Nigel Dodds, añadió que "seguirán trabajando con el Gobierno"para tener un tratado que funcione para Irlanda del Norte y pueda proteger la integridad constitucional del Reino Unido".
Por otra parte, el apoyo de los Comunes se peleará voto por voto. Johnson requiere no sólo el respaldo de la mayor parte posible de su partido -los “tories” proeuropeos lo querrán rechazar por duro y los “brexiters” por blando-, y el del DUP. Requiere respaldos dentro del Laborismo para suplir la disidencia interna, en torno a una docena, según los primeros cálculos, pero Corbyn, líder de la oposición, se lo pondrá todo lo difícil que pueda. El Brexit ha sido su gran oportunidad para llegar a Downing Street y parece que empieza a escapársele entre los dedos.
El líder laborista se ha apresurado a reaccionar al acuerdo asegurando que la mejor manera de “resolver” el Brexit es dando a la ciudadanía “la última palabra” sobre el acuerdo negociado entre Londres y Bruselas mediante un referéndum. “Por lo que sabemos, parece que el primer ministro (Boris Johnson) ha negociado un acuerdo que es incluso peor que el de Theresa May, que fue rechazado de manera abrumadora”, señaló en un comunicado.
En su opinión, el pacto consensuado entre Londres y Bruselas antes de comenzar la crucial cumbre europea “no va a unir al país y debería ser rechazado”, por lo que la mejor manera de resolver el Brexit es dar a los ciudadanos “la última palabra en una votación pública”, informa Efe.
Corbyn argumentó que las propuestas de Johnson a la UE “pondrán en peligro” derechos y protecciones de los británicos, “arriesgando la seguridad alimentaria, recortando los estándares medioambientales y los derechos de los trabajadores” y abriendo el servicio de sanidad pública de este país (NHS) a “una posible compra por parte de corporaciones privadas de Estados Unidos”. El acuerdo de Johnson pone también al líder opositor al borde del precipicio, y tendrá que armar muy bien su estrategia para que los acontecimientos no se lo lleven por delante.
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