Siria

La tregua da alas a Asad: «Vamos a liberar toda Siria de terroristas»

Varias ONG denuncian bombardeos y disparos de cohetes en Alepo y Hama durante las primeras horas del alto el fuego. Rusia presiona a Estados Unidos para que convenza a los grupos rebeldes de que respeten el cese de las hostilidades

Bachar al Assad pasea por una calle de Daraya
Bachar al Assad pasea por una calle de Darayalarazon

Varias ONG denuncian bombardeos y disparos de cohetes en Alepo y Hama durante las primeras horas del alto el fuego. Rusia presiona a Estados Unidos para que convenza a los grupos rebeldes de que respeten el cese de las hostilidades

Un nuevo capítulo de la guerra de Siria está a punto de empezar: el principio de una tregua que podría ser un referente para allanar el camino hacia la paz o, por el contrario, una nueva derrota de la diplomacia internacional. El día de ayer comenzó con una mezcla de desconfianza y escepticismo ante el esperado alto el fuego, pero también fue un día de celebraciones en todo el país, ya que coincidió con la fiesta musulmana del Eid el Adha (fiesta del sacrificio).

Una calma relativa se estableció en todas las provincias sirias a las siete de la tarde (hora local), cuando entró en vigor la tregua. No obstante, el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, reportó varios disparos de proyectiles de mortero en Deraa y Al Quneitra así como bombardeos en Hama y Alepo sin notificarse víctimas mortales. Por su parte, Ahmad al-Masalmeh, activista de la ciudad de Deraa, dijo que la calma había prevalecido sobre la ciudad desde las cuatro. Sin embargo, en Alepo, helicópteros del régimen lanzaron bombas barril en los barrios del este de la ciudad y se registraron intensos bombardeos a lo largo de la carretera Castello, señaló el activista Mahmoud Raslan. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, habló ayer por la noche de una reducción de la violencia en el país tras el alto el fuego, aunque matizó que aún es demasiado pronto para concluir cómo de efectiva está siendo la tregua. Kerry insistió en su llamamiento «a todas las partes a observar el cese de hostilidades», ya que puede ser «la última oportunidad para salvar una Siria unida», dijo.

La tregua ha sido aceptada a regañadientes por los principales grupos opositores. Por su parte, el Ejército sirio se reserva el derecho a responder con fuego a cualquier violación del alto el fuego de los grupos armados. Rusia, el arquitecto de la tregua junto con EE UU, dijo ayer que cuenta con Washington para que éste presione sobre los grupos rebeldes moderados a aceptar el algo el fuego.

Con motivo de la celebración religiosa, el presidente Bachar al Asad hizo una aparición pública cargada de simbolismo en Daraya, en los suburbios de Damasco, donde el pasado 25 de agosto las autoridades sirias y los rebeldes firmaron un acuerdo para su pacificación, que fue auspiciado por la ONU. «Visitando esta zona también queremos enviar el mensaje de que el Estado sirio está decidido a recuperar el control de cada una de las zonas en manos de los terroristas. Estamos decididos a restaurar la paz y la seguridad. Nos comprometemos a reconstruir las infraestructuras y a restaurar todo lo destruido a nivel humano y material», declaró Asad en un discurso en la mezquita de esta localidad.

Lo que debía haber sido un mensaje conciliador más bien despertó escepticismo sobre la viabilidad del acuerdo de alto el fuego. «Las Fuerzas Armadas proseguirán su trabajo, sin dudar y sin respiro, e independientemente de las circunstancias internas o externas», señaló el sátrapa sirio, antes de explicar que se dirige a todos los ciudadanos y a «aquellos que han trabajado en contra de Siria, especialmente, a los países inmersos directamente en la conspiración contra el país y que apoyan a los terroristas». «Cuando digo esto, asumo que la mayoría de los sirios son patriotas y que la mayoría de los que están en zonas en manos de los armados está dispuestos a regresar al seno de la nación», destacó Asad, en un llamamiento a la reconciliación.

Si la tregua prospera, el régimen de Asad deberá dejar de bombardear las posiciones rebeldes, y la oposición tendrá que disgregar sus fuerzas de los yihadistas del Frente de la Conquista del Levante (el antiguo Frente al Nusra). Decenas de grupos rebeldes se entrelazan con Al Nusra en el norte de Siria en una compleja serie de alianzas locales que harán más difícil separarlos, por lo que corren el peligro de ser objetivo de bombardeos.

El acuerdo entre EE UU Y Rusia estipula que a partir del próximo fin de semana comenzarán a coordinar ataques contra los combatientes del EI del Frente de la Conquista. También se espera que la ayuda humanitaria empiece a llegar a las ciudades sitiadas, especialmente a Alepo, donde más de 250.000 civiles permanecen atrapados en los barrios orientales de la ciudad. Si las condiciones de seguridad lo permiten, Turquía se ha ofrecido a enviar hoy un primer convoy con ayuda al este de Alepo. Concretamente, Ankara tiene previsto enviar un convoy de 33 camiones cargados con alimentos a Alepo.

Mientras tanto, el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, confía en recibir el visto bueno del Consejo de Seguridad el próximo día 21 para impulsar la reanudación de las negociaciones de paz de Ginebra entre el Gobierno y la oposición de Siria, que se congelaron la pasada primavera tras las violaciones de la anterior tregua. Por su parte, el vicecanciller de Rusia, Mikhail Bogdanov dijo que las conversaciones de paz entre ambas partes podrían reanudarse el próximo mes.

Los precedentes

- 12.04.2012. Las autoridades sirias se comprometieron a implementar el plan de paz de Kofi Annan, enviado del país por Naciones Unidas y la Liga Árabe por aquel entonces.

- 02.05.2014. El segundo armisticio se llevó a cabo entre las fuerzas de Asad y los rebeldes en Homs y se extendió durante 48 horas.

- 27.02.2016. EE UU y Rusia trataron de que hubiese un cese de hostilidades entre todas las partes implicadas en la guerra, excluyendo los grupos terroristas.

- 29.04.2016. Washington y Moscú llevaron a cabo una tregua temporal de 72 horas en la provincia siria de Latakia.