Bruselas
El garante de la Constitución
Cuando ya todos daban por hecho que la coalición nacional-populista formada por el Movimiento Cinco Estrellas y la Liga iba a hacerse con el control del Consejo de Ministros, poniendo en marcha el gobierno número 65 de la historia republicana, el Presidente Mattarella sorprendió a todos con un auténtico puñetazo en la mesa: no solo no permitió ese gobierno, sino que incluso retiró a Giuseppe Conte, el elegido por la coalición para presidir ese Consejo de Ministros, el encargo de liderarlo. Ahora llega la hora de las críticas feroces por parte de la coalición, que acusan a Mattarella de haber actuado de parcialidad (supuestamente en favor de los grupos de poder económicos) e incluso llega a darse el caso, por parte del líder del Movimiento Cinco Estrellas (Luigi Di Maio), que en un ejercicio de ignorancia supina pretende someter al Presidente de la República italiana a una especie de “impeachment” por supuestamente haber violado la Constitución, cuando realmente quien no siguió lo establecido por la Carta Magna italiana no fue Mattarella, sino precisamente Di Maio y Salvini. Explicaremos por qué.
La Constitución italiana dice muy claramente lo siguiente en su artículo 92: “El Presidente de la República nombrará al Presidente del Consejo de Ministros y, a propuesta de éste, a los ministros”. Eso fue lo que precisamente hizo Mattarella al encargar formar gobierno al jurista Conte (a pesar de que su “curriculum” estaba plagado de sombras) pero, llegado el momento de conformar el nuevo Ejecutivo, Conte olvidó, como también Di Maio y Salvini, que Mattarella tenía derecho a intervenir en ese proceso porque, tras realizar esa propuesta de Ejecutivo, es necesario contar con el “visto bueno” del Jefe del Estado, quien por lo general no suele poner obstáculos y menos aun cuando se trata de un gobierno que sale de una coalición que se había llevado el pasado 4 de marzo el 50% de los votos.
Pero lo que Mattarella no estaba dispuesto a aceptar era que le impusieran un Ministro de Economía y Finanzas (Paolo Savona) que era conocido, no por ser euroescéptico (como algunos dicen), sino directamente contrario a la moneda única. Recordemos, por ejemplo, que en 2014 afirmó en una entrevista al informativo Tv2000 lo siguiente: “(...) nos encontramos ante una encrucijada: o dar un paso hacia adelante hacia la unificación política o atrás regresando al viejo sistema del mercado único en el que los países podían devaluar”. Como la unificación política sabido es que no será posible hasta que concluya la unión bancaria y monetaria, es de suponer que Savona hubiera dados los pasos necesarios para sacar a Italia de la moneda única, provocando seguramente una auténtica catástrofe en un país de economía cada vez más precaria (132% de deuda nacional, crecimiento del PIB raquítico, desempleo cercano al 11%). Una situación nada deseable de la que seguramente Mario Draghi, italiano y Presidente del BCE, debió avisar en su momento al Presidente Mattarella.
Así que este veterano hombre de Estado, quien como Presidente de la República siempre será el referente último de los italianos al tiempo que personalidad de reconocido prestigio (la suya, más en concreto, marcada por la honestidad y el rigor, pasando por la condición de ministro, VicePrimer Ministro y miembro del poder judicial, además de ser víctima de la Mafia tras ser asesinado su hermano Piersanti en 1980), decidió hacer uso de sus prerrogativas constitucionales con todo el coste personal que ello seguramente conllevará. Ahora ya, ni Conte será Primer Ministro ni la coalición nacional-populista gobernará Italia (al menos de momento). Una vez más, Italia de nuevo en la encrucijada, ante la perspectiva de un “gobierno de tregua” (con pocas posibilidades prosperar) o la convocatoria de unas nuevas elecciones. Y, mientras, Mattarella, aunque a algunos no guste, reforzado como Jefe del Estado italiano, dando la razón a todos aquellos que le apoyaron en la elección presidencial de aquel enero del año 2015.-
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