El líder de los Hermanos Musulmanes sufre una crisis cardiaca en la cárcel

El estado de salud del líder de los Hermanos Musulmanes egipcios, Mohamed Badía, ha causado hoy polémica después de que el diario estatal "Al Ahram"informara de que había sufrido una crisis cardiaca. El rotativo, que citó a una fuente de seguridad, afirmó que Badía ya se encuentra estable y fue atendido por un equipo médico que se trasladó a la cárcel cairota de Tora, donde cumple prisión preventiva.

Horas después, el Ministerio del Interior indicó en un comunicado que el guía espiritual de la cofradía "goza de buena salud"y negó las informaciones publicadas por algunos medios de que Badía había muerto.

En su nota, Interior asegura que esa noticia del fallecimiento es "incorrecta y totalmente sin fundamento", pero tampoco aclara por completo si es falso que el líder islamista sufriera una crisis cardiaca.

Una fuente de seguridad consultada por Efe minimizó lo sucedido, pero confirmó que el líder de la Hermandad sufrió dolores en el pecho y tuvo que ser atendido.

Los Hermanos Musulmanes no han informado en su medios oficiales de nada al respecto.

Badía ya mostró claros signos de fatiga hace tres días durante los interrogatorios enmarcados en el proceso judicial que se sigue en su contra.

Los servicios penitenciarios solicitaron entonces a la Fiscalía el aplazamiento de los interrogatorios alegando que el guía espiritual de los Hermanos Musulmanes sufría "fatiga, cansancio y malestar extremo".

Badía fue arrestado el pasado 20 de agosto en un piso del barrio cairota de Ciudad Naser y en las fotografías distribuidas entonces se le veía visiblemente cansando.

El líder supremo de los Hermanos Musulmanes y otros altos dirigentes de la cofradía están acusados de instigar a la violencia y al asesinato de manifestantes.

El juicio contra Badía y sus principales colaboradores, Jairat Al Shater y Rashad Bayumi, comenzó el pasado domingo y fue pospuesto al próximo 29 de octubre, después de que el Tribunal Penal de El Cairo pidiera a la Fiscalía que permita la presencia en las sesiones de los procesados, que se encuentran en prisión preventiva.

Los líderes islamistas no asistieron a la vista por motivos de seguridad y su defensa reclamó el derecho de los acusados a comparecer en el juicio.