Estado Islámico

El macabro legado del califato

El Estado Islámico siembra de muerte su huida de la ciudad siria de Al Qariatain. Asesinó a 116 civiles acusados de colaborar con Asad

Uno de los cadáveres de los civiles hallados en la ciudad siria de Al Qariatain es cubierto con una manta
Uno de los cadáveres de los civiles hallados en la ciudad siria de Al Qariatain es cubierto con una mantalarazon

El Estado Islámico siembra de muerte su huida de la ciudad siria de Al Qariatain. Asesinó a 116 civiles acusados de colaborar con Asad.

Han bastado 20 días para dar rienda a la locura yihadista, sembrando de cadáveres la simbólica ciudad de Al Qariatain, al sureste de Homs. Al menos 116 civiles fueron asesinados por combatientes del Estado Islámico, después de ser expulsados de la localidad el sábado por las tropas del régimen de Bashar al Asad. La gran mayoría de las víctimas murieron en los dos últimos días antes de que los yihadistas se vieran obligados a abandonarla. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dijo ayer que la masacre fue en represalia contra aquellos que el EI acusó de colaborar con el régimen.

Se cree que todas las víctimas eran vecinos que habían regresado a Al Qariatain, después de la primera liberación de la ciudad por fuerzas progubernamentales en abril de 2016. Según el OSDH, «tras ser liberada nuevamente la localidad, las fuerzas progubernamentales encontraron cadáveres en las calles, las casas y otros lugares», detalló Rami Abdel Rahman, director del OSDH. «Algunos fueron asesinados con armas blancas, otros por disparos», agregó.

Talal Barazi, gobernador de la provincia de Homs, dijo que la búsqueda continúa, con 13 residentes aún desaparecidos y seis cuerpos no identificados. Bazari agregó que la mayoría de los muertos eran funcionarios o personas asociadas con el gobernante partido Baaz. Este antiguo oasis, situado en el desierto de Palmira fue durante mucho tiempo un símbolo de la coexistencia entre los musulmanes y los cristianos de Siria. Antes del conflicto, vivían 30.000 habitantes, incluidos 900 cristianos. Pero desde que el EI se implantó en la ciudad en agosto de 2015, la vida se volvió un infierno, especialmente para los cristianos. Obligados a marcharse a convertirse al islam o tener que pagar un diezmo a los yihadistas para poder mantener sus negocios. En pocos días Al Qariatain se quedó sin cristianos.

Esta simbólica ciudad ha estado dos veces bajo el yugo de los yihadistas. En abril de 2016 las fuerzas del régimen retomaron la ciudad con el apoyo de Rusia. La liberación de Al Qariatain siguió a la de Palmira y ambas corrieron la misma mala suerte de volver a estar acorraladas por las huestes yihadistas. De nuevo el EI ocupó a principios de octubre esta urbe tras una ofensiva sorpresa contra las fuerzas del régimen y sus aliados. La ofensiva relámpago del EI coincidió con el primera «prueba de vida» de Al Baghdadi al que se le había dado por muerto en un a mediados de junio pasado.