Alemania
El pacto sobre refugiados allana la Gran Coalición en Alemania
Merkel y Schulz acuerdan reanudar en agosto la reunificación familiar, una exigencia del SPD
Merkel y Schulz acuerdan reanudar en agosto la reunificación familiar, una exigencia del SPD.
El bloque conservador de Angela Merkel y los socialdemócratas de Martin Schulz dieron ayer un importante paso hacia la formación de un Gobierno al llegar a un acuerdo en torno a la reunificación de familiares de refugiados. El tema era uno de los principales obstáculos en las negociaciones y uno de los puntos que Schulz impuso como decisivo para continuar con las conversaciones. Tras días de intensas discusiones, en los que los conservadores abogaron por un freno al derecho de llegada de parientes de refugiados, ambas partes acordaron una congelación de la reunificación hasta el 31 de julio para después permitir la llegada de un máximo de mil familiares por mes.
El pacto apenas varía del preacuerdo alcanzado anteriormente. No obstante, pocas horas después de su anuncio, la prensa alemana destacó las diferentes interpretaciones que desde ambas partes se estaba haciendo del acuerdo. El pacto fue recibido por los medios «como una muy buena noticia» después de más de cuatro meses de estancamiento político. En esta línea, el diario «Bild» destacó las palabras de la canciller que aludió al «éxito» de lo acordado y Schulz aseguró a través de las redes sociales que la formación se había «impuesto» en el tema con «un buen acuerdo». Su compañera Eva Högl, vicepresidenta del grupo parlamentario, destacó que la nueva redacción «garantiza que a partir de agosto también las personas con protección subsidiaria tendrán derecho a la reagrupación familiar» y subrayó que en el cupo fijado no se incluyen los casos graves, que seguirán siendo aceptados por razones humanitarias.
El SPD había anunciado públicamente su intención de mejorar el preacuerdo sobre la reagrupación familiar. Hasta entonces, el Gobierno había suspendido por dos años el derecho a la reagrupación familiar para aquellas personas que no hubieran sido reconocidas como refugiadas, pero que contaran con protección en Alemania y esa restricción desaparecerá finalmente a finales de julio.
En opinión de diversos analistas políticos, el acuerdo en el polémico punto supone en realidad un tanto a favor del bloque conservador, defensor de fijar un cupo máximo de refugiados, ya que los casos graves son muy limitados, como se ha visto en años anteriores. Otros, como Stefan Braun desde el periódico «Süddeutsche Zeitung» fue incluso más crítico y acusó a la esfera política de dar demasiada importancia a un solo tema cuando el país sigue padeciendo importantes deficiencias en áreas como la educación, el sistema social o una creciente división de la sociedad. La organización Pro Asyl, que lucha por la defensa de los derechos de los refugiados, definió el acuerdo como «absolutamente inadecuado». En el Bundestag, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania quiere frenar en seco la reunificación familiar de los solicitantes de asilo, mientras que los liberales apoyan un límite de llegadas, aunque sin dar cifras.
A pesar de este avance en las conversaciones, los próximos días sean decisivos. Junto a la política de refugiados, los socialdemócratas sitúan otros dos puntos prioritarios en las negociaciones: una reforma del sistema sanitario que evite desigualdad en la atención a los pacientes con seguro público o con seguro privado y cambios en la legislación laboral para limitar los contratos temporales. El objetivo que se han marcado el SPD, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU) es que las conversaciones concluyan el domingo, aunque ambos bloques han previsto dos días adicionales de reuniones por si se necesita cerrar flecos.
Con el acuerdo de coalición firmado, se abrirá el plazo para informar del mismo a los más de 440.000 militantes del SPD, de cuyo voto dependerá en última instancia si se formaliza una nueva alianza con Merkel. Las afiliaciones al partido están creciendo y la dirección ha acordado que podrán votar todas las personas registradas antes del 6 de febrero. Mientras, las Juventudes Socialdemócratas prosiguen con su campaña de boicot para reunir nuevos militantes que voten en contra de la Gran Coalición.
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