Represión en Venezuela
El Parlamento aprueba iniciar el juicio político contra Maduro
La oposición recela de la vía del diálogo auspiciada por el Vaticano y abre un «impeachment» abocado al fracaso.
La oposición recela de la vía del diálogo auspiciada por el Vaticano y abre un «impeachment» abocado al fracaso.
Ni siquiera la mediación del Papa Francisco parece suficiente para desatascar la crisis en la que se encuentra sumida Venezuela. Un día después del anuncio del Vaticano del inicio de un diálogo entre Gobierno y oposición, la Asamblea Nacional (AN) aprobó abrir un juicio político a Nicolás Maduro el 1 de noviembre. La mayoría opositora emplazó al presidente venezolano a que asista al Parlamento para iniciar un proceso de «determinación de responsabilidades políticas». También se le instó a que se mida en elecciones con la oposición. Después de que se aprobase la sanción política al mandatario chavista, la bancada oficialista salió del hemiciclo y los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) entonaron el himno nacional.
Según el jefe de la oposición en la AN, Julio Borges, la citación al mandatario es para que «responda todas las argumentaciones y acusaciones» presentadas en su contra y para que, «con el respaldo del pueblo venezolano, demuestre que se somete a la Constitución y al Parlamento. Debido a que la Constitución no contempla un juicio político, en el hemiciclo se acordó investigar el supuesto abandono del cargo en el que, desde la bancada opositora, habría incurrido Maduro.
La comisión de alto nivel creada el domingo para «desarrollar y definir» lo expresado en los acuerdos del Parlamento será la encargada de analizar la responsabilidad política del mandatario. El presidente de la Asamblea, el opositor Henry Ramos Allup, explicó que el Parlamento tiene potestad para determinar responsabilidades políticas tras la previa evaluación, pero no de desarrollar un juicio que conlleve la destitución del jefe de Estado.
La vía del diálogo había quedado antes en suspenso después de que importantes líderes de la disidencia lo pusieran en duda. El enviado del Vaticano, Emil Paul Tscherrig, informaba el lunes de que delegados del Gobierno y la oposición se habían reunido, por primera vez en dos años y medio, a fin de «establecer las condiciones para convocar una reunión plenaria» el domingo en Isla Margarita. Pero, sorprendentemente, el anuncio, hecho cuatro días después de la suspensión de un proceso de referéndum revocatorio contra Maduro, fue desmentido por uno de los más importantes líderes de la disidencia, el ex candidato presidencial Henrique Capriles, del partido Primero Justicia. «¿Cuál diálogo? En Venezuela no se ha iniciado ningún diálogo. Ellos pretenden usar la buena fe del Papa Francisco, la buena fe del nuncio [Tscherrig], para decir acá no ha pasado nada», dijo Capriles. «Una reunión en Margarita jamás estuvo planteada. Yo me entero por televisión», añadió. En la misma línea se mostró Allup. El dirigente de Acción Democrática sostuvo que «si van los partidos al diálogo promovido por el Vaticano, concurriremos. Como ahora todos nos enteramos por la televisión, nosotros tampoco vamos». Allup descartó que un diálogo pudiera cambiar los planes: «No vamos a mutilar la agenda planteada por un eventual diálogo. Los diputados vamos a cumplir nuestro deber, llueva, truene o relampaguee». Igualmente, Voluntad Popular, partido del encarcelado Leopoldo López consideró que «no se dan las condiciones».
Poco después, la MUD, que agrupa a toda la oposición, emitió un comunicado en el que intentó aclarar los términos del diálogo. «Ratificamos que para nosotros cualquier proceso de diálogo tiene cuatro objetivos fundamentales: respeto al derecho al voto, libertad para los presos políticos y retorno de los exiliados, atención a las víctimas de la crisis humanitaria y respeto a la autonomía de los poderes», indicó la MUD, que calificó de «triunfo la presencia del Vaticano en el conflicto».
La respuesta de Maduro no se hizo esperar. El líder bolivariano cnovoca para hoy al Consejo de Defensa de la Nación (Codena), integrado por los cinco poderes, para tratar sobre el plan de diálogo con la oposición y lo que tildó como «el golpe parlamentario». Frente a miles de chavistas que marcharon en Caracas para manifestarle su respaldo, Maduro dijo que esa reunión se celebrará a las once de la mañana en el Palacio de Miraflores. El Codena está integrado por Maduro, el presidente del Parlamento, el opositor Henry Ramos Allup; la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena; la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Gladys Gutiérrez; y el presidente del Consejo Moral Republicano, Manuel Galindo.
En medio del debate, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, leyó un comunicado en nombre de las Fuerzas Armadas en el que éstas rechazan la existencia de un golpe de Estado en el país y acusó al Parlamento de «incitación a la insubordinación o subordinación».
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