Política

El peronismo busca su rumbo lejos de Kirchner

Grave crisis en el ahora partido opositor de Argentina: 18 diputados díscolos, a favor de respaldar algunas iniciativas de Macri.

Cristina Fernández baila ante su hijo Máximo en su despedida como presidenta
Cristina Fernández baila ante su hijo Máximo en su despedida como presidentalarazon

Grave crisis en el ahora partido opositor de Argentina: 18 diputados díscolos, a favor de respaldar algunas iniciativas de Macri.

Menos de dos meses después de finalizar el mandato de la ex presidenta Cristina Fernández, el histórico Partido Justicialista (peronista) afronta su primera crisis política. El miércoles, tras una extensa reunión en el Parlamento, un grupo de 18 diputados decidió alejarse del kirchnerismo, romper con el bloque legislativo que integraban y conformar otro que contempla la posibilidad de respaldar con su voto algunas iniciativas que envíe al Parlamento el presidente, Mauricio Macri.

«Traidores», los llamaron enseguida los otros diputados kirchneristas, muchos de ellos integrantes de La Cámpora, la agrupación que dirige Máximo Kirchner, hijo de la ex jefa de Estado y legislador que representa a la provincia de Santa Cruz. Las principales críticas fueron dirigidas al diputado Diego Bossio, quien hasta el último día del mandato kirchnerista ejerció como director de la Administración Nacional de Seguridad Social, que gestiona las pensiones de millones de argentinos, de varios programas sociales y de viviendas.

El enojo del kirchnerismo con Bossio llegó a tal nivel que partidarios de La Cámpora publicaron en Facebook su número de teléfono. Los insultos y agravios recibidos se contaron por cientos en pocas horas. Bossio llegó a ocupar la dirección de la Seguridad Social cuando Amado Boudou, hoy procesado por varios delitos y a punto de afrontar un juicio, se transformó primero en ministro de Economía y luego decidió acompañar a Fernández como candidato a vicepresidente para el periodo 2011-2015.

En varios discursos, la entonces presidenta dedicó elogios a su gestión. Bossio, sin haber surgido como dirigente político desde La Cámpora, comenzó a tener aspiraciones más importantes. En 2015 lanzó su candidatura a gobernador de Buenos Aires, el distrito más habitado y económicamente más poderoso del país. Sin embargo, sin el respaldo del kirchnerismo, abandonó sus intenciones y se sumó a la lista de aspirantes a una diputación, un cargo que logró el 25 de octubre. «Que ahora devuelva la banca», le exigió el alcalde de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Como respuesta, Bossio dijo: «Queremos que le vaya bien a Macri».

La ruptura del peronismo no sólo representa una crisis política interna del partido ahora en la oposición, sino que le ocasiona un grave revés en la Cámara, donde Macri no tiene mayoría: ahora el presidente estaría en condiciones de reunir quórum para legislar aunque el peronismo no asista al recinto. Dos días después de conocer la decisión del grupo de legisladores peronistas, Macri convocó sesiones extraordinarias en el Congreso para debatir algunos temas relevantes, entre ellos el pago de la deuda externa a los bonistas que denunciaron al país en EE UU. Intentará conseguir que los senadores aprueben la designación de dos nuevos jueces de la Corte Suprema que a principios de su gestión impulsó por medio de un cuestionado decreto. Rápido de reflejos, tras la ruptura del bloque legislativo, Macri compartió diferentes actos con los gobernadores provinciales del peronismo Juan Manzu (Tucumán) y Juan Manuel Urtubey (Salta). A ambos les prometió obras públicas en sus provincias e impulsar la industria local.

Urtubey aspira a ser el presidente del Consejo Nacional del Partido Justicialista, el organismo que rige la formación. Las nuevas autoridades serán elegidas en mayo y ahí se espera una puja entre los dirigentes provinciales del peronismo y los referentes de La Cámpora. Mientras, resta saber qué hará Fernández de Kirchner. Desde que dejó el Gobierno, en diciembre, vive en su residencia en El Calafate, a más de 2.500 kilómetros al sur de Buenos Aires, sus apariciones públicas han sido escasas y su intervención en Twitter, esporádica. La ex mandataria no tiene ningún cargo, aunque es todavía el referente de un sector de la oposición. Sin embargo, en el peronismo, muchos dirigentes ya prefieren verla lejos.