Elecciones en Alemania
El rompecabezas de la «Coalición Jamaica»
Tras la negativa de Schulz (SPD) a seguir en el Gobierno, Merkel deberá explorar un inédito tripartito con liberales y verdes, enfrentados en inmigración y medio ambiente
Tras la negativa de Schulz (SPD) a seguir en el Gobierno, Merkel deberá explorar un inédito tripartito con liberales y verdes, enfrentados en inmigración y medio ambiente.
Tras la negativa de Martin Schulz de repetir una Gran Coalición ante la debacle electoral de los socialdemócratas, la palabra que más se repitió ayer en la esfera política alemana fue «Jamaica». En términos políticos, tras la alusión a este país caribeño estarían los colores y la única alianza posible de partidos que atañería a la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su partido hermano, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), más el Partido Liberal (FDP) y Los Verdes. Una alianza que ya se ha probado en algunos parlamentos regionales, pero que nunca antes se ha visto en el Bundestag y que, por el momento, es la única factible dado que está descartado negociar con La Izquierda (Die Linke) y Alternativa para Alemania (AfD).
Nadie se atreve a augurar que las negociaciones para formar un Gobierno tripartito sean fáciles. Hace tiempo que democristianos y verdes superaron su antagonismo y ahora son capaces de ponerse de acuerdo sobre determinadas políticas, pero un sector del FDP no olvida el trauma que supuso para la formación su caída y salida del Bundestag y muchos liberales culpan de esto a la posición imperante de la canciller. Asimismo, y aunque comparten un similar parcela ideológica, el FDP ha virado en los últimos años hacia una posición distinta a la de la CDU en cuestiones como la inmigración, alivios fiscales o política de la eurozona. Algo que podría complicar la negociaciones entre ambos, aunque, según algunos analistas, nunca saldarse con una ruptura.
Por el momento, el líder FDP, Christian Lindner, aseguró ayer que su formación «está dispuesta» a afrontar la «responsabilidad» que implican los resultados en lo que muchos ya ven un guiño a la canciller. Más directo fue el colíder de Los Verdes, Cem Ozdemir, que declaró que «hay una dramática división en la sociedad alemana» y estableció como prioridades la protección del medio ambiente y avances en justicia social, sin los cuales, dijo, no existe la posibilidad de entrar en una coalición.
Las conversaciones serán, en cualquier caso, laboriosas. En materia de política climática, Los Verdes quieren, entre otras medidas, el cierre inmediato de las centrales de carbón germanas o prohibir, a partir del 2030, la circulación de coches por combustión. Por su parte, los liberales proponen la salida de Grecia de la Eurozona o una política migratoria más estricta. En esa línea, Lindner reivindicó el lugar de su formación «en el centro de nuestra sociedad» y presentó «el espíritu liberal como el contrario más evidente a la extrema derecha». Exigencias que en todo caso chocarían con los diferentes programas de cada partido.
Antes de la determinación de Schulz, la opción más segura era la reedición de la Gran Coalición que apoya a Merkel, la CDU/CSU y el SPD. La alternativa menos problemática escondía, sin embargo, ciertas reticencias por parte del SPD. A pesar de que en la pasada legislatura los socialdemócratas vieron cumplidas algunas de sus exigencias, Schulz dejó claro en campaña que ésta no sería su opción favorita, después de haber sido arrastrado hasta mínimos históricos en estimación de votos por la fortaleza de la canciller democristiana.
Ahora, desde la oposición, el SPD podría recuperar su peso y discurso político, aunque dejará en manos de la incertidumbre la composición del próximo Gobierno. La Gran Coalición sería, según los analistas, la mejor para ir hacia más Europa porque en ese terreno los dos grandes partidos están de acuerdo en lo fundamental. En esta línea, la CSU dejó de manifiesto lo incómodo de la situación. El hasta ahora ministro de Transporte, Alexander Dobrint, calificó la reacción socialdemócrata de «precipitada», recalcando que «todos nosotros tenemos una responsabilidad para con el país, también el SPD».
También el jefe de la CSU, Horst Seehofer, instó a los socialdemócratas a mantener la puerta abierta a las conversaciones. En cualquier caso, las negociaciones se alargarán mucho más de lo previsto –algunas voces apuntan hasta Navidad–, aunque se descarta que la falta de entendimiento arroje al país a la celebración de unas nuevas elecciones. Según la Prensa, el SPD podría ceder en el caso que no haya posibilidad ninguna de otra coalición. Por ahora, y de cerrarse la alianza Jamaica, el SPD será el mayor grupo de la oposición, junto a La Izquierda y AfD. Lo que vienen ahora son negociaciones difíciles a lo que más tarde seguirá la discusión sobre una estrategia para confrontar a los populistas.
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