Guerras y conflictos
El terrorismo y los conflictos regionales asfixian a Erdogan
La campaña antiturca de Rusia y la amenaza kurda se suman a la crisis de la gestión migratoria
La campaña antiturca de Rusia y la amenaza kurda se suman a la crisis de la gestión migratoria
Los diversos frentes que en este momento tiene abiertos el presidente Recep Tayyip Erdogan paracen no amedrentarle. Es más, su etrategia de erigirse como el único capaz de poner fin a toda amenaza le sirvió para que su partido cosechara un rotundo éxito en las últimas elecciones parlamentarias, en noviembre. La guerra abierta con los kurdos, su dudosa relación con el Estado Islámico y la crisis de los refugiados son algunos de los principales problemas que enfrenta Turquía.
El doble juego contra el EI
En julio, Erdogan dio luz verde a su Ejército para que interviniera en Siria y bombardeara al Estado Islámico. Sin embargo, sus ataques fueron más bien dirigidos contra los kurdos. Las críticas comenzaron a surgir cuando diferentes voces apuntaban al doble juego de Erdogan en la lucha contra el EI. Aunque el Ejército turco ha detenido a decenas de yihadistas tras sufrir en su territorio varios ataques, diversos periodistas, especialmente Can Dundar, han demostrado cómo el Gobierno mira a otro lado en su frontera con Siria permitiendo a centenares de terroristas cruzar la frontera hacia Raqa o tolera la venta de petróleo del Estado Islámico en terrritorio turco. Dundar está en prisión por publicar estos informes.
El conflicto kurdo
Desde hace más de un mes, las fuerzas turcas han lanzado operaciones contra los kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el sureste de Turquía. El recrudecimiento de este conflicto ha provocado casi 100.000 desplazados, sobre todo en las ciudades de Cizre, Silopi, Diyarbakir y Mardin. Es decir, un 22% de la población turca está ahora desplazada. Especialmente grave es el caso de la localidad kurda de Cizre, donde desde hace 20 días rige un toque de queda total para facilitar las operaciones militares lanzadas por el Ejército contra la guerrilla kurda. Sin electricidad ni alimentos, han aprovechado el permiso dado por las autoridades a los civiles para abandonar sus hogares. El partido izquierdista prokurdo HDP ha denunciado que 56 civiles han muerto desde comienzos de diciembre en ésta y otra localidad de la provincia de Sirnak, fronteriza con Siria e Irak.
El duelo con Rusia
Desde que Turquía derribó un avión ruso en la frontera con Siria el 24 de noviembre, Moscú ha estado buscando la manera de vengarse de Ankara económica y políticamente, incluso mediante la adopción de medidas para socavar su papel en la región. Las relaciones entre Rusia y Turquía seguirán deteriorándose este año. Es muy probable que Ankara lance una acción militar en el norte de Siria y trate de ampliar su presencia en el norte de Irak. Estas acciones aumentarán el riesgo de confrontación de Turquía con Irán y Rusia. El apoyo fiel de Moscú al régimen de Asad choca frontalmente con la hostilidad de Ankara contra Damasco. La campaña antiturca del Kremlin está afectando a su economía energética y a sus exportaciones en Oriente Medio y Asia central. Además de las sanciones económicas directas contra Ankara, Rusia ha cancelado las negociaciones para una zona de libre comercio entre la Unión Económica Euroasiática (UEE ) y Turquía, anunciando que las negociaciones comenzarían con Teherán en lugar de con Ankara. Turquía también se ha encontrado con problemas como consecuencia de la congelación por parte de Rusia de la expedición de permisos de tránsito para los conductores de camiones turcos. Esto ha interrumpido la exportación de bienes hacia Asia central.
Crisis militar con Irak
La reciente disputa entre Turquía e Irak sobre el despliegue de un pequeño contingente de tropas turcas en un campamento cerca de Mosul para fines de entrenamiento ha generado una crisis de confianza entre ambos países. Después del despliegue de soldados turcos en Mosul, Irak continúa solicitando la retirada turca del norte del país. Esto, y otras cuestiones, como los acuerdos energéticos unilaterales de Ankara con la región del Kurdistán y supuestos acuerdos clandestinos con militantes suníes, han empujado a Bagdad hacia Irán. Irak parece estar decidido a incrementar aún más la crisis a no ser que Turquía ceda a las demandas de Irak para la retirada de las tropas.
Crisis migratoria
Con más de dos millones y medio de refugiados sirios en el país, Turquía se ha visto obligada a exigir un visado a los sirios que procedan de terceros países. Ante la oleada migratoria, la Unión Europea ofreció 3.000 millones de euros a Erdogan en concepto de ayuda, la agilización de visados y acelerar el proceso de ingreso en la UE. Ankara ha destinado más de 7.000 millones de euros para atender las necesidades de los refugiados sirios. Su política de «puestas abiertas», sin embargo, ha generado problemas de convivencia en las localidades del sur de Turquía, donde se refugian la mayoría de los sirios desplazados por la guerra. Los locales ven como los sirios tiene más oportunidades, lo que ha provocado el recelo de muchos turcos.
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