Reino Unido
El «Tory» que bloqueó la ley contra las personas que hacen fotos por debajo de la falda
El diputado conservador Christopher Chope se ha convertido esta semana en el protagonista de Westminster. Y lo ha conseguido sin hablar ni una sola palabra del Brexit
El diputado conservador Christopher Chope se ha convertido esta semana en el protagonista de Westminster. Y lo ha conseguido sin hablar ni una sola palabra del Brexit. Pero el hecho de que haya paralizado el proyecto de ley que pretendía convertir en delito sexual realizar fotos por debajo de las faldas en Inglaterra y Gales le ha servido para captar todos los titulares.
El viernes por la tarde tan sólo había un puñado de diputados en la Cámara de los Comunes. Tras unos días frenéticos con jornadas maratonianas de votaciones clave al proyecto de ley de retirada de la UE, en la cámara baja se respiraba una inusual tranquilidad. A tan sólo horas de que diera comienzo el fin de semana, nadie prestaba atención al debate que transcurría en la sala.
Al fin y al cabo, se trataba tan sólo de las primeras fases de un proyecto de ley nada polémico que tenía el visto bueno del Ejecutivo. En definitiva, puro trámite de una jornada tremendamente aburrida. Pero todo cambió cuando, al preguntarse por las objeciones, Chope se oponía a la normativa.
Los pocos parlamentarios que estaban en la sala levantaron la ceja. Se miraron unos a otros y la noticias pronto a empezó a correr como la pólvora por redes sociales: ¡un tory se ha opuesto a criminalizar a aquellos que van tomando imágenes íntimas debajo de las faldas! Inaudito.
El reglamento de la Cámara de los Comunes permite la paralización de la ley en esta fase de la tramitación si un solo diputado muestra alguna objeción. Chope quiso explicarse. Es miembro destacado de un grupo de conservadores que quieren asegurarse de que lo que ven como una legislación bien intencionada, pero un tanto floja en redacción, se pueda colar en el boletín simplemente por debatirse en una sesión de viernes poco concurrida. Después de todo, defiende que este es un proyecto de ley para crear una nueva ofensa criminal, por la cual las personas pueden ir a la cárcel. Y en este sentido, el tory cree que se debe estudiar la cuestión con más profundidad.
Pero claro, paralizando el debate se convirtió en el centro de las miradas y tanto la oposición laborista como sus propios colegas, mostraron su “sorpresa”. La secretaria de Estado de Industrias Digitales, Margot James, aseguró que el Ejecutivo británico está “decidido” a que “fotografiar a personas por debajo de su ropa sin su consentimiento sea ilegal” y afirmó que Chope “podrá retrasarlo, pero no evitarlo”.
Por su parte, la diputada liberaldemócrata Wera Hobshouse, que fue quien presentó el proyecto de ley, ha propuesto que la norma vuelva a ser evaluada el 6 de julio. Hobshouse acusó al conservador de tratar de “sabotear” la normativa, que llegó a Westminster gracias a una campaña que inició el pasado año la joven de 26 años Gina Martin, quien sufrió un episodio de estas características en verano de 2017 cuando se encontraba en un festival de música en el londinense parque de Hyde Park.
Según relató a la cadena pública británica BBC, estaba con su hermana esperando a que comenzara el concierto de la banda “The Killers” cuando dos hombres se les acercaron. Entablaron entonces una conversación, pero estos comenzaron a comportarse de manera extraña cuando Martin se percató de que uno de ellos no solo le había tomado fotografías por debajo de la falda con su teléfono móvil, sino que las estaba enviando por Internet.
“Sentí como que no tenía ningún tipo de control sobre mi cuerpo”, relató la joven, antes de contar que advirtió a la Policía de lo que había ocurrido, pero poco pudieron hacer porque, tal y como le adelantaron los agentes, existía un vacío legal para este tipo de supuestos.
Martin lo comprobó y, efectivamente, descubrió que esta práctica no estaba registrada como un delito específico en la ley inglesa, tampoco en la de Gales, y decidió emprender una campaña para que se penalizara.
La joven declaró tras la objeción del diputado sentirse “extremadamente disgustada y decepcionada” con lo sucedido, aunque subrayó que se mantiene “positiva y esperanzada” tras haber hablado con él y haber concertado una cita para debatir sobre la ley.
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